La Depresión y la Serotonina

por Jesse Johnson

. Si usted ha sido pastor por más de una semana, es probable que haya aconsejado a alguien que estaba tomando medicamentos para la depresión. Esto presenta un dilema pastoral consumado porque los pastores quieren llevar la Biblia a todas las vidas, y al mismo tiempo, no ir a la escuela de medicina.

Existe la realidad de que la ayuda que Dios nos da en el mundo viene en la forma de revelación especial (su Palabra nos ha dado todas las cosas pertenecientes a la vida ya a la piedad) y la revelación general (medicina realmente puede ayudarle cuando usted está enfermo). La depresión parece tener un pie en ambos mundos, por lo que puede ofender a los psicólogos seculares cuando los pastores llevan a la gente al evangelio para traer gozo, y que puede amargar la vida a los pastores cuando una persona dice que está tomando medicamentos para encontrar una manera de lidiar con la vida .

Y permítanme reconocer de inmediato que el único conocimiento médico que tengo viene de Wikipedia, hice trampa en la biología de la escuela secundaria (fui capturado y arrepentido en la conversión), y no se nada sobre el funcionamiento interno del cerebro.

Así que me remito a los profesionales cuando se tratan de problemas médicos, y si un médico dice que alguien tiene un desequilibrio químico que la medicina puede corregir, estoy ciertamente en posición de objetar.

Esta es la razón de porque un informe que escuché esta semana en la NPR (apenas un bastión de consejeros bíblicos) me sorprendió tanto que tuve que retirarme de centrarme en él. El corresponsal Alix Spiegel fue en una búsqueda para encontrar la evidencia médica de que la depresión puede ser causada por un desequilibrio químico. Le animo a escuchar la pieza en todos los nueve minutos de gloria en radio , pero aquí está un resumen.

Spiegel comienza por relatar lo que le pasó a ella cuando tenía 17 años, estaba tan deprimida que se sentía como si tuviera un agujero negro en su pecho. Sus padres la llevaron al Hospital Johns Hopkins, y se le dijo:

“El problema con usted,” ella explicó, “es que usted tiene un desequilibrio químico. Es biológico, como la diabetes, pero está en su cerebro. Este producto químico en el cerebro llamado serotonina es demasiado, demasiado bajo. No hay suficiente de él, y eso es lo que está causando el desequilibrio químico. Tenemos que darle medicamentos para corregir eso.”

Luego le entregó a mi madre una receta de Prozac.

Como pastor, he escuchado historias similares en incontables ocasiones. Para ser claro, no tengo (y nunca lo haría) que aconsejar a alguien que deje de tomar la medicina que el médico le da. Como he dicho antes, me remito a los profesionales. Pero la pregunta del millón que Spiegel está haciendo es esta: “¿es la depresión causada por un desequilibrio químico?” Después de todo, si se espera los pastores cedan ante la comunidad médica sobre este tema, entonces, evidentemente, el mundo médico tiene pruebas de que la depresión está vinculada a una diversidad de problemas biológicos, ¿verdad? El Dr. Joseph Coyle (un profesor de neurociencias de Harvard y editor de la revista Archives of General Psychiatry) dice Spiegel: “El desequilibrio químico es una especie de pensamiento del siglo pasado. Es mucho más complicado que eso. Es realmente una forma anticuada de pensar.”

Spiegel entonces lleva al oyente a un recorrido por la historia del Prozac. Ella explica que se utiliza para combatir la depresión. Aparentemente, la depresión puede ser causada por niveles bajos de una sustancia química llamada serotonina en el cerebro, y el Prozac ayuda a corregir eso. Pero Spiegel explica que este relato –que ella llama la “historia baja de serotonina”, se propaga más por su sencillez que por su veracidad médica.

Alan Frazer, director del departamento de farmacología de la Universidad de Texas Health Science Center en San Antonio, con franqueza, explica: “Yo no creo que haya algún cuerpo convincente de datos que nadie haya encontrado que la depresión se asocia en gran medida con un pérdida de la serotonina.”

Otro investigador, Pedro Delgado (director del departamento de psiquiatría de la Universidad de Texas) añade que incluso se han realizado estudios que refutan la idea de que la depresión es causada por una serotonina baja.

La pieza de Spiegel concluye con algunas admisiones sorprendentes. Uno tras otro, los expertos están consientes que no hay evidencia real de que relacionen la depresión a la serotonina baja. Sorprendentemente, justifican la propagación de la “historia baja de serotonina”, simplemente porque es fácil de entender. En otras palabras, no tiene que ser verdad para ser útil. Voy a imprimir una transcripción de sus conclusiones:

¿Entonces por qué tanta gente sigue hablando de la baja serotonina causando la depresión?

Frazer dice que es probablemente debido a que ha tenido y sigue teniendo, importantes usos culturales. Por un lado, dice, inicialmente enmarca el problema como una deficiencia - algo que debía ser devuelto a la normalidad - los pacientes se sentían más cómodos de tomar un medicamento.

“Si había una razón biológica para ellos de estar deprimido, alguna deficiencia que la droga estaba corrigiendo”, dice Frazer, y luego de tomar un medicamento estaba bien. “Ellos tenían un desequilibrio químico y la droga estaba corrigiendo ese desequilibrio.” De hecho, dice, la historia permite a muchas personas a salir del armario de estar deprimido, lo cual ven como una buena cosa.

Sin embargo, no hay duda de que la historia también tiene desventajas. Describir el problema exclusivamente en términos biológicos, ha convencido a muchas personas a tomar antidepresivos cuando otros tratamientos - como la terapia de conversación - pueden funcionar igual de bien.

Un crítico con el que hablé para contarle la historia de la serotonina distrajo a los investigadores de buscar otras causas de la depresión. Pero Delgado está de acuerdo con Frazer y dice que la historia tiene algunos beneficios. Señala que los años de investigación han demostrado que la incertidumbre puede ser perjudicial para la gente - por cual, dice él, las explicaciones claras y sencillas son tan importantes.

“Cuando usted siente que usted lo entiende, muchos de los niveles de estrés se reducen drásticamente”, dice. “Así que el estrés, las hormonas y un montón de factores biológicos cambian.”

Por desgracia, la verdadera historia es complicada y no es, en cierto modo, no del todo tranquilizante. Los investigadores no saben realmente lo que causa la depresión. Están haciendo progresos, pero que no lo saben. Esa es la historia real.