Una Verdad Profundamente Simple

De la Boca de los Bebés

Lunes por la noche durante el culto de la familia leí el Salmo 17:6 un

“Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás...”

Después de leer este verso le pregunté a mis tres niñas, “¿Por qué orar?”

Cuando les hago preguntas durante el culto familiar sus respuestas son muy variadas. Sus edades son de cinco, tres y dos años. En ocasiones la respuesta será profunda y perspicaz, otras veces será una respuesta estándar de escuela dominical de “Jesús”, y aún otras veces voy a obtener una referencia a caramelos (dulces) y muñecas de juguete.

Esta noche, la respuesta fue profunda y perspicaz. Fue al mismo tiempo, profundamente simple.

Mi hija de cinco años respondió: “Porque Dios es Dios.”

Me llamó la atención por su respuesta. Físicamente me detuvo.

Yo estaba esperando una respuesta acorde a “porque Dios nos va a responder.” Pero fue algo más profundo que eso. Dios nos va a responder, porque Dios es Dios.

Pasamos el resto de nuestro tiempo hablando de su respuesta como familia. “Dios es Dios” es la razón por la que oramos, la razón para la adoración, la razón por la que respiramos, y por qué podemos ser salvos.

La Vida Puede Ser Abrumadora... Salvo.

Cuando reflexiono acerca del 2011 en la víspera de Año Nuevo me acordé de un año de muchos cambios, un año con altas y bajas.

Cuando miro hacia adelante al 2012 veo muchas nuevas oportunidades por las que estoy agradecido. Sin embargo, espero concluir el año, observando –como el 2011– parte de las altas y bajas.

Cuando miro los papeles en mi escritorio, las notas de cosas por hacer en mi pizarra, y las reuniones y citas en mi calendario, me recuerdan que hay un montón de cosas que suceden en mi vida en este momento. Y seguro que las hay para usted también.

Para muchos cristianos, ser demasiado reflexivo pueden ser bastante abrumador... a excepción de una verdad profundamente simple: Dios es Dios.

Él está en control. Esta es Su historia. Él es nuestro Pastor. Y podemos confiar en Él porque Él es Dios.

Una Moneda de Dos Caras

Curiosamente, al mismo tiempo que estas tres palabras ofrecen consuelo a los cristianos, deben traer terror a los no cristianos. Como Michael Horton nos recuerda, “Dios nos ha salvado de sí mismo...”

Tiempo para Masticar

Como puede ver, hay mucha carne en estas tres palabras. Las he estado masticando durante las últimas 24 horas. Así que se las dejo para reflexionar hoy en día en cualquier situación que le suceda y en la que se encuentre.

Nathan W. Bingham