Predicando a Cristo desde el Antiguo Testamento: Interpretación vs Aplicación
por Mike Riccardi
Uno de los temas más populares de la discusión en la Iglesia Evangélica en todo el mundo, especialmente en el mundo evangélico de la predicación –es como predicar a Cristo desde el Antiguo Testamento. Me acordé de esto de nuevo el otro día cuando me encontré con un video del Pastor Matt Chandler discutiendo diferentes métodos de interpretación de la Biblia, y sobre todo las historias del Antiguo Testamento. Eche un vistazo al video de 3 ½ minutos aquí:
Ahora, por favor, escúchame. Lo que sigue no es mi intento de dar a Matt Chandler un momento difícil o poner su fidelidad en tela de juicio. No he seguido su predicación mucho, pero todo lo que le he oído predicar, me ha gustado. También reconozco que el contexto de este escrito, 3 minutos de vídeo no es uno que se preste a la precisión académica o una calificación de matices. Lo entiendo. Así que por favor no piense en este post como menospreciando a Matt Chandler.
Sin embargo, creo que sus comentarios son un buen representante de una visión muy popular de la interpretación del Antiguo Testamento, que creo que pierde el punto. Y por eso quiero usar sus comentarios como un trampolín para hacer frente a una tendencia hermenéutica más amplia que me parece preocupante.
Ahora, estoy totalmente de acuerdo que no debemos predicar las narrativas del Antiguo Testamento de manera moralista. La predicación del Antiguo Testamento no debe desembocar en un aluvión de sermones “seamos”: “Seamos como Daniel. No seas como Jonás.” También estoy de acuerdo, como dice Matt, que la Biblia no es fundamentalmente o en última instancia acerca de mí, sino sobre Dios y lo que está haciendo en la historia para manifestar la gloria de Su nombre. Usted no debe leer la historia de David y Goliat y creer que el punto de esa historia es que usted puede ser un pequeño David y matar al gigante de su deuda. Pero en serio chicos. La afirmación de que el punto de David y Goliat es “Jesús, mata al gigante del pecado”, es tan sólo una alegoría y tan horrible como matar al gigante de mi deuda.
Tal conclusión interpretativa es un síntoma de un creciente movimiento en la interpretación bíblica a nivel popular. Y eso es: en el nombre de ser “Cristocéntrico” (una buena motivación), se está haciendo popular leer a Cristo en los textos del Antiguo Testamento donde Él simplemente no está.
Sombra y Sustancia
Uno de los argumentos para la lectura del Antiguo Testamento de esta manera es en realidad articulada en el video, justo a partir de antes de 2:00. El Pastor Matt dice:
“La historia de David y Goliat es una imagen de lo que Colosenses llamaría una sombra de lo que estaba por venir en Cristo [Col 2:17], de manera que Cristo es la sustancia y ... la historia de David y Goliat es la sombra.”
He oído este argumento muchas veces, pero me temo que los que lo hacen no han considerado cuidadosamente el punto de Pablo en Colosenses 2. Pablo dice que los creyentes están unidos con Cristo (Col 2:9-12), y que ahora tenemos la libertad de la deuda que había contra nosotros, con sus exigencias legales (Col 2:13-14). Debido a esto, Pablo llega a la conclusión de que no se puede condenar a un cristiano sobre la base de las demandas que pertenecieron a la Ley Mosaica (Col 2:16). Ya no adoramos a Dios a través de fiestas, fiestas de luna nueva, y días de reposo. Nosotros le adoramos en espíritu y en verdad a través de Jesús (Juan 4:21-24).
Fueron estos elementos de adoración ceremonial los que eran sombras de lo que ahora vino en Cristo. No es correcto aplicar el apodo “tipos y sombras” –tanto aquí como en Colosenses 2:17 y Hebreos 10:1 –al texto del Antiguo Testamento en sí, como si el Antiguo Testamento fuese confuso y poco claro de entender. Las leyes ceremoniales fueron una sombra, pero el Antiguo Testamento fue la revelación –Dios hablando con claridad a los padres por los profetas, en muchas ocasiones y de muchas maneras (Heb 1:1).
El Camino de Emaús
Otro de los argumentos, no hechos en el video, es que Jesús interpreta el Antiguo Testamento de esta manera, y nos da permiso para hacerlo a través de su conversación con los dos discípulos en el camino a Emaús. Lucas nos dice: “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.” (Lucas 24:27). Así que cuando Jesús llegó a David y Goliat, ¿qué les dijo, si no es que Él vino y mató a los gigantes del pecado como el Hijo de David?
Bueno, primero tenemos que considerar la posibilidad de que Jesús no pudo haber discutido este texto con los dos hombres. Explicando “les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” no significa necesariamente que había cosas acerca de sí mismo en todas las Escrituras. Esto significa que Él fue a seleccionar los textos que hablaban de El, y explicó que la totalidad del Antiguo Testamento en su conjunto miraban hacia a El. Aquellos que usan Lucas 24:27 para apoyar la afirmación de que Jesús está en todos los textos del Antiguo Testamento dicen más de lo que Lucas ha dicho.
El Punto de David y Goliat
Pero si Jesús mencionó 1 Samuel 17 en el camino a Emaús, Él habría honrado la intención del autor y el contexto original del pasaje. Desde una perspectiva histórica-redentor, el punto de la historia de David y Goliat es traer a David en la escena de la prominencia. Él será el Rey de Israel, que confía en el Señor de una manera en la que es evidente que Saúl no lo hizo (1 S. 13:8-13). Él será el hombre conforme al corazón de Dios (1 S. 13:14), de la tribu de Judá (1 S. 17:12; Cf Gen 49:10), no-Benjamín, como Saúl fue (1 S. 9:1), quien gobernaría a Israel en justicia. Esto prepara el escenario para el Señor para hacer su pacto con David, que promete un gobernante justo en Israel para sentarse en el trono de David para siempre. Esto, por supuesto, encuentra su cumplimiento en Jesús, el Hijo de David, el León de Judá, cuyo dominio será eterno (Dan 7:14, Apocalipsis 11:15).
Así que eso es hablar redentora e históricamente. Pero desde una perspectiva más “de carca”, el propio texto establece el punto muy claramente. David dice:
“Jehová te entregará hoy en mi mano… y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla” (1 S. 17:46, 47).
Y así que creo que Matt exagera las cosas cuando dice: “En [la historia de David y Goliat], Dios se comunica con nosotros y con Israel un Salvador que iba a venir y que iba a matar al gigante del pecado y la muerte de una vez para todas.” En cambio, el texto nos dice que Dios estaba comunicando a nosotros y con Israel, que Su soberanía es más fuerte que el más grande guerrero humano o ejército. Yo creo que el principio aquí es que Dios va a usar a los débiles que confían en Él. Para avergonzar a los fuertes que confían en sí mismos (cf. 1 Co 1:27). Así como Dios escogió a los más jóvenes Abel por Caín, al joven Isaac por Ismael, al joven Jacob por Esaú, al joven Moisés por Aaron, así Él elige al pequeño de la camada, al pequeño pastor joven David sobre el más alto de todos Saúl. Dios elige al menos probable de ser sobresaliente, y en algunos casos, para triunfar sobre lo que habría parecido ser la opción obvia. Y, en definitiva, Él elige el pesebre por encima del palacio real, la humildad por encima de pompa y circunstancia, al potro de un burro por encima de un carro armado, y la cruz sobre la corona.
Interpretación vs Aplicación: Se Puede Llegar Desde Aquí
Ve, aunque el Evangelio no es la correcta interpretación de cada texto individual, podemos obtener el Evangelio en la aplicación de cada sermón. Y la comprensión de la historia en su propio contexto y por sí misma nos llevará hasta allí, a la intención del autor y al contexto intacto. Y no sólo tiene la ventaja de ser fiel al texto, realmente pone de relieve aún una luz más gloriosa en el Evangelio que mirar el texto, encogiéndose de hombros y decir: “Uhhh ... ¡Jesús!”
No tenemos que elegir entre (a) una hermenéutica cristológica, por un lado, y (b) un error al leer el Antiguo Testamento como cristianos, por el otro. Debemos permitir que el texto hable por sí mismo, teniendo en cuenta tanto lo que el autor original se proponía y lo que el público original habría entendido. Y también debemos fielmente hacer la aplicación a Cristo y al Evangelio. Lo que necesitamos es una interpretación contextual, histórico-gramatical con una aplicación Cristocéntrica.
Podemos llegar a Jesús, el clímax de la historia de la redención, desde cualquier punto de la historia de la redención. No necesitamos insertarlo a Él en cada frase de la historia, donde los autores bíblicos no lo hicieron. Eso es realmente la manera de “predicar la Biblia como Escritura cristiana.” Permitimos que hable por sí misma en todas sus partes. Hacemos las conexiones de interpretación de Cristo sonde el texto lo hace, y no donde no lo hace. Nosotros no “reinterpretamos” el Antiguo Testamento, sino que aplicamos cada escena de la historia de la redención a la luz de su punto culminante: el Evangelio de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. De esta manera, vamos a demostrar que creemos que el Antiguo Testamento ya es Escritura cristiana, y no necesita de nuestra creatividad para hacerlas Escrituras cristianas.
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