¿Me Regocijaría en Ese Día?
Por Tim Challies
Me encanta hablar de la soberanía de Dios. Me encanta escribir sobre ello y predicar sobre ello. La soberanía de Dios en la creación, la soberanía de Dios en la salvación, la soberanía de Dios en el evangelismo, la soberanía de Dios en todo. Me encanta la soberanía de Dios, y estoy convencido de que esto es bueno, porque refleja y describe quién es Dios. Él es un Dios soberano.
En su soberanía Dios ha decretado que a este punto voy a tener toda una vida fácil. Yo vivo en un país de primer mundo y tengo la libertad de ser cristiano sin temor a la persecución. Nunca he perdido de una comida o un pago de facturas, mis hijos están sanos y mi matrimonio es sólido. Tengo un trabajo que me encanta y una afición que me ha dado algunos privilegios raros. La soberanía de Dios hacia mí se ha expresado en maneras que son innegablemente buenas.
Predique recientemente a través del libro de Jonás, un libro que pretende ser una muestra clara de la soberanía de Dios. “Designa” es una palabra clave en Jonás. Dios designa las cosas que hacen las delicias del profeta –un pez gigante para tragárselo cuando casi es ahogado y una planta para darle sombra cuando hace calor. Dios designa cosas que enfurecen a Jonás –viento caliente para quemarlo, un gusano para destruir la planta que hace que se sienta cómodo y, sobre todo, el gran avivamiento en la ciudad de Nínive. Jonás se deleitaba en la soberanía de Dios cuando él le gustaba la forma en que le impactó y odiaba la soberanía de Dios cuando no le gustaba la forma en que lo impactó. El libro termina con una pregunta y estoy convencido de que una faceta de esa pregunta era la siguiente: Jonás, ¿Amaras a mi soberanía, incluso cuando no la veas tan buena? ¿O vas a confiar en mi soberanía sólo cuando te ofrece todo lo que has elegido de todos modos?
Y como he estado leyendo la Biblia y en vista de mi propia vida, creo que Dios me ha estado haciendo el mismo tipo de preguntas. Él y yo hemos estado conversando en y a través de la Biblia y teniendo una especie de conversación como esta:
Tú eres una de esas personas Reformadas, uno de esos calvinistas. Tu dices que amas mi soberanía. ¡Eso es genial! Pero quiero preguntarte algunas cosas ...
... Me has dicho lo agradecido que estás por el ministerio, el testimonio, de Joni Eareckson Tada . Tu crees que era mi voluntad soberana que ella tuviese ese accidente, que iba a sufrir con alegría, y a través de ello ser un gran despliegue de la belleza y el poder del evangelio. Ella ha sido para ti un poderoso ejemplo de santidad a través de la prueba, de la paciencia por una discapacidad. Estás orgulloso de que ella está en tu equipo. Estoy orgulloso de ella también. ¿Vas a seguir regocijándote en mi soberanía si decreto que vas a ser como ella, si yo te llamo para ser la próxima Joni Eareckson Tada? O ¿estás muy seguro de que me puedes glorificar mejor al servir con un cuerpo intacto?
… Estas agradecido por John y Betty Stam , por su voluntad de ir a un país peligroso para que pudieran llevar a mi evangelio con ellos. Te he visto llorar a medida que has leído de su valor frente al peligro y su constancia al morir la muerte del mártir. ¿Amaras aun mi soberanía si yo te llamo a ser una de esas personas que pierde su vida por el Evangelio? Or ¿O crees que su ejemplo es lo suficientemente potente y suficiente que la iglesia no sería bendecida por ti también? ¿Mi soberanía todavía será buena si tu cuello es cortado por la espada? ¿Todavía me alabaras por eso entonces?
. ... Sé que te maravillas con la firmeza de Helen Roseveare . He visto lo que ha pasado en tu mente y corazón, como has leído de su voluntad de ponerse adelante al ser violada, incluso que-con la esperanza de que mediante el sacrificio de su cuerpo podría proteger a otros de la misma suerte que paso . Ella presentó su propio cuerpo, confiando en Aquel que hizo lo mismo. Oigo en tus oraciones: “Por favor, no me hagas nunca pasar ese gran sacrificio – tener cicatrices por tu nombre que traerán vergüenza y duraran durante el resto de mi vida.”¿Declararas aun tu gozo en mi soberanía si soberanamente decreto algo tan doloroso, algo tan vergonzoso, para ti o para alguien a quien amas? ¿Tienes fe para creer que incluso eso podría obrar para bien, para alguien que ama al Señor y es llamado conforme a su propósito?
... La semana pasada leías la historia detrás de “He Decidido Seguir a Cristo”, la historia de un cristiano en la India que se le dijo que se retractara de su fe o vería a sus hijos y esposa morir. Él se mantuvo firme y observó la muerte de las personas que más amaba en el mundo. En cuanto los vio traspasado por flechas, declaró: “He decidido seguir a Cristo, y vuelvo atrás.”¿Seguirá siendo buena y loable mi soberanía si te conduce a tomar esa decisión, si las personas que mas valoras pueden ser prescindidas con un simple “¡Me retracto!”? Ese día ¿serás un calvinista coherente y todavía dirás: “Él es un Dios soberano y amo su soberanía.”?
. ... Haz leído de los mártires, atados a estacas y ahogados en las mareas, atados a estacas y quemados con fuego. Lees a Thomas Cramner hundiendo su “mano indigna” en el fuego y maravillarse. Me das las gracias por Martin Lutero que ante todo el mundo y aun a riesgo de su vida tuvo que decir: “Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa.” Lees mi dura providencia y ver mi mano en ella. Amas a sus ejemplos, pero ves a todo el mundo como si te resistieras a ser un ejemplo. Quieres seguir viviendo una vida tranquila donde puedes escribir mi “aquí estoy” en un teclado en la seguridad de un país del primer mundo.
…Mi soberanía se ha expresado de una manera tan suave en tu vida. ¿Te alegrarás en mi soberanía si mis planes buenos y perfectos para ti pueden incluir sufrimiento que parece insensible o sin sentido? Y pasaría si tuvieras que sufrir como Joni, pero sin ser capaz de contar tu historia y tener a todo el mundo diciéndote lo mucho que tu ejemplo significa para ellos? ¿te gozaras con mi soberanía sólo porque has sido elegido estas cosas de todos modos?
Lo que he tenido que tener en cuenta es que tal vez mi visión de la soberanía de Dios es casi impertinente, que hablo a la ligera, ya que se ha aplicado a mi vida en tales buenas formas innegables, en una manera que las habría elegido para mí. No es una cuestión de querer o orar cosas malas sobre mí, sino de confiar en la bondad de Dios – la bondad de Dios expresada a través de su soberanía – que estoy realmente dispuesto a que la soberanía se exprese de una manera que no desearía para mí mismo a menos que Dios sea glorificado a través de ellas. Es un deseo de ver a Dios glorificado que supera mis propios deseos por seguridad, comodidad y facilidad. Es la voluntad de sufrir tanto y duramente, y sin respuestas, si eso es lo que más glorifica a Dios y si lo que realmente es para mi bien. ¿Me regocijaría aun en Su soberanía en ese día?
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