Un Manual Sobre el Legalismo
El Nuevo Testamento ve la obediencia cristiana como la práctica de las “buenas obras”. Los cristianos deben ser “ricos en buenas obras” (1 Timoteo 6:18;.. Cf Mateo 5:16; Efesios 2:10; 2 Tim. 3:17, Tito 2:7, 14; 3:8, 14). Una buena acción es un hecho de acuerdo con el criterio correcto: la voluntad revelada de Dios; por un motivo justo: el amor a Dios y a los demás, y con un propósito correcto: la gloria de Dios.
El legalismo es una distorsión de la obediencia que no puede producir buenas obras en este sentido. Se sesga el motivo y el propósito, al ver las buenas obras como una manera de ganarse el favor de Dios. Se puede ser arrogante y despectivo de los que no trabajan de la misma manera. Finalmente, el propósito de la auto-promoción del legalismo estruja la bondad humilde y la compasión del corazón.
El legalismo es una distorsión de la obediencia que no puede producir buenas obras
Dos tipos de legalismo en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento nos encontramos con diferentes tipos de legalismo. Los legalistas entre los fariseos pensaban que porque eran descendientes de Abraham se les garantizaba la aprobación de Dios, mientras que, paradójicamente, ellos formalizaron la vivencia cotidiana de la ley, hasta los detalles más mínimos, como la regla de la vida. Al hacerlo, ellos abolieron lo que la ley realmente demandaba. Los judaizantes eran legalistas que enseñaban a los creyentes cristianos que debían pasar a convertirse en Judíos al ser circuncidados y observar el calendario religioso y las leyes rituales, y de esta manera ganar el favor con Dios. Jesús atacó el legalismo de los fariseos, Pablo, el de los judaizantes.
Los fariseos
Los fariseos que se oponían a Jesús pensaban de sí mismos como fieles guardianes de la ley mosaica. Sin embargo, para hacer hincapié los detalles de menor importancia se olvidaron de lo que más importa (Mateo 23:23, 24). Sus interpretaciones elaboradas y equivocadas de la ley negaban su verdadero espíritu y finalidad (Mateo 15:3-9; 23:16-24). Sustituyeron la tradición humana por la ley autoritativa de Dios, atando a la conciencia la cual Dios les había hecho libres (Marcos 2:16-03:6; 7:1-8). En el fondo eran hipócritas, en busca de la aprobación humana de ellos y condenar a otros (Lucas 20:45-47; Mateo 6:1-8;. 23:2-7).
Los judaizantes
Los judaizantes que se opusieron a Pablo añadieron exigencias al Evangelio para la salvación que oscurecían y negaban la suficiencia de Cristo (Gálatas 3:1-3; 4:21; 5:2-6). La idea de que debe haber requisitos adicionales para perfeccionar el evangelio era la raíz de su error. Pablo se opuso a esta idea, no importaba quien la promovía (Col. 2:8-23), porque corrompía el camino de la salvación. Al igual que Jesús, él no toleraría a los que trajeron nuevas cargas para ponerlas sobre las ovejas.
Legalismo enseña erróneamente que debe haber requisitos adicionales para perfeccionar el evangelio.
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