El Primer Adán, el Ultimo Adán y el Evangelio
¿Era Adán una persona real?
La iglesia ha afirmado históricamente que Adán era un hombre histórico, sin embargo, con la aceptación de la ciencia evolutiva, algunos afirman ahora que este no es el caso. Aquellos que creen que la Tierra tiene millones o miles de millones de años no aceptarán que Dios formó completamente al Adán humano unos días después de crear el universo. Sin embargo, Génesis presenta a Adán como un verdadero hombre histórico, no el resultado de eones de evolución.
La interpretación más simple y natural de Génesis 1 declara que Dios creó a la persona específica Adán en el sexto día de la creación. Génesis 2 entonces ofrece más detalles sobre la creación de Adán y Eva. La conexión de Adán con otras personas históricas apoya la afirmación de que él era de hecho una persona específica. Adán es el padre de Caín, Abel y Set (Génesis 4: 1-2, 25; 5: 1-3). Adán también se dice que tuvo relaciones conyugales con su esposa Eva para llevar a Caín y Set, y Génesis 5: 3 afirma además que Adán engendró a Set a la edad de 130 años. Estos detalles no pueden identificarse legítimamente como lenguaje poético o figurativo que describe algo distinto de la realidad.
La larga lista de descendientes de Adán que vivieron y murieron hasta Noé en Génesis 5 confirma que Adán es una persona histórica específica. Así Génesis 5: 1 declara explícitamente: "Este es el libro de las generaciones de Adán". Adán es real, así como los que descendieron de él son personas reales. No sólo se menciona la creación de Adán, sino también su muerte. Adán murió a la edad de 930 (Génesis 5:5).
La teología de la simiente en el Génesis afirma un Adán literal. El término hebreo para "simiente", zera , se usa seis veces en Génesis 1, todo acerca de la vegetación. La presencia de simiente significa que cada planta y árbol producirán otra vegetación según su especie. En Génesis 3:15, Dios promete que una "simiente de la mujer" venidera derrotará al poder detrás de la serpiente (Satanás).
El resto de Génesis desarrolla el tema de la semilla cuando Dios despliega sus planes para salvar y restaurar a la humanidad. Noé, Sem, Abraham, Isaac y Jacob son parte del plan de simientes de Dios. Ellos son la descendencia de Adán, y así como son personas reales, también lo es Adán, su antepasado. Además, uno no debe aceptar la historicidad de Génesis 12-50-incluyendo a Abraham, Isaac y Jacob- y luego desconectar esta sección históricamente de las personas en Génesis 1-11. La línea de la simiente prometida de Génesis 3:15 y su relación con todo el Génesis no permite esta separación.
Adán en el Nuevo Testamento
Los escritores del Nuevo Testamento también afirman a Adán como una figura histórica. La genealogía de Jesús en Lucas incluye a Adán (3:38). Esto es consistente con 1 Crónicas 1: 1, que también incluye a Adán en su genealogía. El apóstol Pablo claramente creía en un Adán literal. En Romanos 5:12 y 14, Pablo declara: “tal como el pecado entró en el mundo por un hombre,” y “Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir.” Pablo trata a Adán como persona, así como trata a Moisés como persona.
Además, en Romanos 5: 12-21, Pablo hace varias comparaciones entre Adán y Jesús, mostrando que ambos son cabezas literales de la humanidad que traen ciertas consecuencias para la humanidad. Adán el hombre trae la muerte, la culpa y la condenación a todos los que están en él (es decir, todos los que poseen la vida humana, a excepción del Señor Jesús), mientras que el hombre Cristo Jesús trae vida, justicia y justificación a todos los que se les concede vida espiritual a través de su fe-unión con él. Si Adán no es una persona, entonces la comparación se derrumba, incluyendo el papel de Jesús como el que representa a la humanidad como Salvador. Rechazar la historicidad de Adán socava verdaderamente el evangelio mismo.
De manera similar, Pablo contrasta a Adán y, a Jesús varias veces en 1 Corintios 15:
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. (1 Corintios 15:22)
Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. (1 Corintios 15:45)
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo (1 Corintios 15:47)
Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. (1 Corintios 15:49)
El punto de Pablo es que así como los seres humanos llevamos la imagen de Adán, así con la glorificación venidera llevaremos la imagen de Jesús. La comparación supone que tanto Adán como Jesús son personas históricas que representan a la humanidad. Jesús como persona sólo puede ser un "último Adán" si Adán fuera también un ser humano real. Además, en 1 Timoteo 2:13, Pablo hace un argumento para las distinciones funcionales entre hombres y mujeres en la iglesia porque "Adán fue formado primero, luego Eva." Su punto de vista no tendría sentido si Adán no fuera más que una figura simbólica.
La historicidad de Adán no es una cuestión trivial. Un Adán literal es fundamental para comprender el origen y la historia de la raza humana, la naturaleza de la humanidad, el origen del pecado, el comienzo de la muerte humana y animal, la necesidad de salvación, la base de los acontecimientos históricos del Génesis, el orden funcional dentro de la iglesia, e incluso la existencia futura de la humanidad. [1
Este post fue adaptado de Biblical Doctrine: A Systematic Summary of Bible Truth por John MacArthur.
Notas:
1. Para una defensa adicional de la historicidad de Adán, véase William D. Barrick, “A Historical Adam: Young-Earth Creation View,” in Four Views on the Historical Adam , ed. 1 Matthew Barrett y Ardel B. Caneday, Counterpoints: Bible and Theology (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2013), 197–227.
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