Vale la Pena Esperar
¿Cuándo fue la última vez que sintió rendirse en medio de algo difícil?
Hace una semana, he compartido que muchos de nosotros nos sentimos abrumados incluso antes de empezar algo difícil. Cuando sentimos el llamado de Dios, solemos medir el tamaño de la tarea por delante, y medimos nuestra trayectoria anterior. Muchas veces, sin embargo, olvidamos calcular que Dios nos acompañará dondequiera que nos envíe, por lo que erróneamente medimos nuestro potencial.
Pero ¿qué pasa después de que hemos dado el primer paso? ¿Por qué es que perdemos el corazón tan fácilmente ante los obstáculos o la oposición? Es un principio similar al de medir nuestro potencial: nuestra motivación para continuar es sólo tan fuerte según en lo que hemos puesto nuestra esperanza.
Tal vez lo que hemos hecho, sin saberlo, es tratar de construir nuestra razón para continuar en la arena movediza de las cosas imperfectas y no permanentes que no fueron pensadas como la base de nuestro significado, propósito y sentido interior de bienestar.
En otras palabras, nos desanimamos porque anclamos nuestra esperanza en las cosas equivocadas. ¿Lo ha hecho? ¡Yo se que yo si!
Ningún ser humano es capaz de llevar su esperanza; de este lado del cielo, todos somos débiles y defectuosos. Ninguna circunstancia puede llevar su esperanza; cada situación en la que está es tocada por el quebrantamiento de la caída y no está bajo su control. Acumular placeres físicos y posesiones no le dará esperanza duradera; porque todo su goce momentáneo, llenan los sentidos, pero no satisfacen el corazón.
Cuando se mira horizontalmente para su razón de continuar, terminará inevitablemente perdiendo la esperanza. Esta es precisamente la razón de porque no puede escuchar mejor consejo que el que encuentra en el Salmo 27:14 – “Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.”
Sólo hay un lugar donde la esperanza estable y fiable se puede encontrar. Sólo hay un lugar de descanso para el corazón y fiador de su alma. Sólo hay un lugar confiable para encontrar su razón para levantarse por la mañana y continuar. Sólo hay una fuente de motivación que es lo suficientemente resistente como para soportar las tormentas de la vida en un mundo caído.
Cuando su esperanza está en el Señor, cuando usted está recibiendo su sentido interno de bienestar y seguridad de él, y cuando él es la razón para continuar incluso cuando las cosas son difíciles, entonces usted está construyendo su vida en algo que es fiable y seguro. Cuando está esperando en el Señor, ha puesto su esperanza en Aquel que es la fuente última de todo lo que es sabio, bueno y verdadero.
Cuando espera en el Señor, usted está colocando su seguridad en manos de uno cuyo poder es inconmensurable. Cuando espera al Señor, está recibiendo su consuelo de uno cuyo amor no tiene límites. Cuando espere al Señor, puede estar seguro de la realidad de que él gobierna sobre todas las cosas. Cuando espere al Señor, puede vivir con confianza, porque usted sabe que cada una de sus promesas es verdad. Cuando espera al Señor, puede tener la esperanza incluso en la debilidad, porque usted sabe que su gracia es suficiente.
"Espera en el Señor" ¡realmente lo dice todo!
Dios le bendiga
Paul Tripp
Preguntas para Reflexión
- ¿Cuándo fue la última vez que se sintió rendirse en medio de algo difícil?
- ¿Se siente abrumado y desanimado porque su esperanza está en una relación, circunstancia o material defectuosa?
- ¿Cómo cambiaría su vida diaria si estuviera esperando activamente en el Señor? Piense en por lo menos en 2 ejemplos específicos.
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