martes, septiembre 15, 2015

La Lluvia y la Sequía

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La Lluvia y la Sequía

¿Le gusta la lluvia?

En un día de verano pegajoso, la lluvia puede ser un bienvenido descanso del calor. La lluvia riega su jardín del patio trasero, mientras que da vida a los cultivos vitales después de una larga sequía. La lluvia le dará a su coche un lavado gratis, y es posible que incluso cancele el evento deportivo de su hijo del que usted no quiere ir!

Pero seamos honestos: para la mayoría de la gente normal, nos gusta estar dentro cuando llueve.

La lluvia se interpone en el camino de nuestra comodidad. Se empapa la ropa y desordena el pelo y nos da escalofríos. Yo vivo en el corazón de Filadelfia y camino en la mayoría de los lugares – he sido sorprendido por la lluvia demasiadas veces, y yo rara vez celebro la bondad de Dios cuando siento el charco formándose alrededor de mis dedos de los pies!

Hoy quiero que usted considere la metáfora espiritual de la lluvia. Hay muchas referencias en las Escrituras, y muy a menudo, representan la bendición de Dios. Por ejemplo: " yo os daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto." (Levítico 26:4).

Por otro lado, cuando no hay lluvia, las bendiciones parecen pocos y distantes entre sí: " No sea que la ira del Señor se encienda contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la buena tierra que el Señor os da."(Deuteronomio 11:17).

La lluvia de Dios siempre rendirá frutos, pero a veces, va a enviar una lluvia fría e incómoda en la que usted no va a querer bailar. Se puede enviar la lluvia de dolor físico, para ayudar a madurar bajo juicio. El puede enviar la lluvia de un amigo honesto, para confrontar su pecado. El puede enviar la lluvia de una situación difícil, por aprenda a confiar en él solamente por consuelo.

Dios también nos bendice con la sequía - sí, he dicho bendice. Él puede retener el éxito de nosotros, de manera que nos encontramos una identidad en él solamente. Él puede permitir que nuestro sueño de muera, para en cambio ayudarnos a descubrir una visión para su reino. Él puede permitirnos experimentar deshidratación espiritual, sólo para producir una sed más profunda de relación con él.

Así que la próxima vez que Dios le duche con una lluvia fría e incómoda, no corra en la ira de su paraguas. Considere las bendiciones que él tiene en el almacén.

Y la próxima vez que Dios le permita disfrutar de la sequía, no cuestione Su amor y fidelidad. Su propósito es siempre restaurar y producir una cosecha más abundante que antes.

Dios bendiga

Paul David Tripp


Preguntas para Reflexión

  1. ¿De qué manera está usted actualmente experimentando una lluvia fría e incómoda? ¿Cómo está respondiendo?
  2. ¿De qué manera están actualmente experimentando sequía espiritual? ¿Cómo está respondiendo?
  3. ¿Cómo puede usted animar a otros a responder bíblicamente en tiempos de lluvia y sequía incómoda?

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