Dos Principios para Apologética Responsables
Por Ben Edwards
Alguien que va a dar una charla pronto sobre apologética me pidió que ofreciera un par de principios que creo que ayudaría a la gente a hacer apología de manera responsable. Yo pensé en compartir mi respuesta aquí.
Presentar Correctamente la posición de su oponente
A nadie le gusta ser tergiversado, sobre todo en una discusión. Ya sea que usted está siendo acusado de creer en algo que usted rechaza, sus palabras se retuercen en el sentido de algo que nunca dijo, o que se vinculan a las posiciones con las que no tienen nada en común, es frustrante estar obligados a defenderse en de afirmaciones sin fundamento.
Aunque podemos despreciamos cuando estamos en el extremo receptor, podemos caer fácilmente en estos ataques defectuosos nosotros mismos. Una de las formas más comunes en que los cristianos hacen esto es asumir que todos los adeptos de una religión creen las mismas cosas. Pero al igual que en el cristianismo, hay una multitud de sectas para la mayoría de las religiones, e incluso en aquellas sectas algunas personas no creen lo que es la enseñanza oficial. (En el cristianismo, observamos esto como una diferencia entre la enseñanza oficial y las creencias de la "persona en la banca.")
Así que cuando hacemos apologética con una persona de otra religión, debemos evitar decirles lo que ellos creen. Puede ser válido señalar lo que la religión misma enseña (o tal vez lo que la perspectiva tradicional de la religión pretende -no alguna enseñanza oscura), pero no hay que acusar a todos los seguidores de esa religión de la celebración de ese punto de vista.
Haga Frente a los Grandes Temas
Relacionado con el punto anterior, también es frustrante interactuar con alguien que trata de enmascarar la debilidad de su argumento apilando una serie de cuestiones de menor importancia. Por ejemplo, tuve una conversación con un ateo, donde los argumentos en contra de la Cristiandad iban de la acusación de que el relato de Adán y Eva era falso, porque en realidad era Adán y Lilith (una figura de la mitología judía desarrollada alrededor de 300 años después de Cristo), hasta afirmar que la Biblia enseña la reencarnación porque los Judios preguntaron a Juan el Bautista si él era Elías, hasta una acusación de que los predicadores cristianos están tratando de obtener dinero de la gente. Si usted ha experimentado este tipo de conversaciones, usted sabe lo desalentador que puede ser nunca hacer frente a los problemas reales.
Pero, de nuevo, los cristianos pueden hacer lo mismo. Hay poco valor en la discusión con un musulmán en cuanto a si o no Mahoma sabía leer y escribir (NOTA: Muchos dicen que era analfabeta, por lo que la producción del Corán debe ser un milagro). Lo que importa es si es o no verdad lo que Mahoma enseñó, si concuerda con lo que Dios ha revelado en la Biblia. Así que no gaste su tiempo en asuntos periféricos para poder marcar puntos fáciles. Entienda correctamente y presente el corazón de la posición de la otra persona y demuestre por qué es falso.
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