Entretenimiento y Adoración
Por Joe Thorn
En cada iglesia y cada generación de cristianos, existe el potencial de perder nuestro enfoque en las cosas que son más importantes (Hebreos 2: 1). Debemos recordarnos constantemente y centrar de nuevo nuestras iglesias para que no nos encontremos confiando en algo que no sea el evangelio de Dios y la Palabra de Dios.
Una de las desviaciones más peligrosas que suceden en nuestras iglesias locales hoy es dentro de nuestra adoración corporativa. En muchas iglesias hay un énfasis disminuido en los medios de la gracia (Escritura, oración, y los sacramentos u ordenanzas), y una dependencia en el entretenimiento. Algunos tratan de equilibrar los dos en nombre de llegar a más personas con el evangelio, pero hay un peligro ineludible en la sobrevaloración del entretenimiento y su aplicación en la adoración corporativa.
Esto no es un nuevo fenómeno. El pastor del siglo XIX Charles Spurgeon dijo: "El diablo rara vez ha hecho algo más listo que insinuar a la iglesia que parte de su misión es proporcionar entretenimiento para el pueblo, con el fin de ganarlos". Puede que no sea nuevo, pero es cada vez más popular, especialmente a la luz de nuestra cultura de entretenimiento. Vemos esto en canciones seculares interpretadas por bandas de adoración para impresionar a la multitud. Es difícil perderse el valor de la diversión en la predicación llena de comedia pero vacia de teología,, de muchos púlpitos. Muchos de nosotros lo hemos sentido en actuaciones elaboradas para que la congregación observe, pero no para participar. Para algunos, el domingo por la mañana se asemeja más a un espectáculo de variedades que a una ofrenda hecha a Dios. El peligro de llevar entretenimiento a la adoración reunida radica en el objetivo del entretenimiento y su trabajo contra el objetivo de la adoración.
No estoy sugiriendo que la iglesia debe ser aburrida o que cada iglesia debe tener servicios de adoración idénticos, como si sólo hay una forma apropiada para adorar al Señor. El culto corporativo de la iglesia a la iglesia varía de muchas maneras. Los estilos, la música y las liturgias desarrolladas en contextos y tradiciones particulares llevan a diferentes sabores en la adoración. La iglesia de Jesucristo está formada por personas, y por lo tanto congregaciones, de cada tribu, lengua y nación, y esto significa diversidad de iglesia a iglesia. Esto a menudo es algo bueno, algo que podemos celebrar, siempre y cuando la adoración de la iglesia sea ordenada de acuerdo con los parámetros de la Escritura y ofrecida por la fe.
La invasión del entretenimiento en nuestra adoración no es una cuestión de estilo sino de sustancia. El entretenimiento es algo bueno, pero su propósito es refrescar la mente y el cuerpo, no la transformación de la mente o la edificación del espíritu. El peligro del entretenimiento en la adoración no se refiere a qué instrumentos musicales se permiten o qué era de himnos que la iglesia debe cantar. El peligro se encuentra en lo que la iglesia está apuntando. El entretenimiento tiene un objetivo diferente de la adoración. El entretenimiento es algo que se ofrece a la gente para su diversión. Sin embargo, la adoración tiene un enfoque diferente y produce un resultado diferente.
El enfoque de la adoración es Dios, no el hombre, que inmediatamente se opone al entretenimiento. Nos ofrecemos al Señor de manera individual y colectiva el domingo por la mañana. La iglesia atribuye honor a Dios en la lectura, predicación, canto y oración de Su Palabra. La verdadera adoración está inherentemente centrada en Dios y dirigida por Dios. Lo que se hace cuando la iglesia está reunida debe hacerse de acuerdo con la voluntad de Dios y para Su placer. Esto se opone al entretenimiento, que es una obra espiritualmente impotente dirigida al pueblo.
Mientras que la adoración debe ser dirigida a Dios, simultáneamente ofrece mucho más de lo que el entretenimiento puede ofrecer. A medida que la iglesia se acerca a Dios, el Señor se acerca a nosotros, y recibimos gracia. Gracia-gracia regeneradora, gracia renovadora, gracia revivificante- es ofrecida a la congregación por los medios de gracia. El resultado de adorar a Dios en espíritu y verdad es transformación. El entretenimiento no puede conducir a la edificación. El entretenimiento puede agitar las emociones, pero Dios usa los medios de gracia para cambiar nuestros afectos. El entretenimiento puede atraer a una multitud o cautivar a una congregación, pero sólo los medios de gracia atraen a la gente a Cristo y la conforman a Su imagen.
La belleza de la adoración es que es infinitamente más poderosa que el entretenimiento. El entretenimiento busca reproducir drama y temor. Pero la gracia de Dios en la adoracion revela el drama más profundo del mundo y produce temor auténtico a la luz de la revelación de Dios.
La adoración verdadera puede ser dolorosa en un momento y gozosa la siguiente, cuando nos encontramos con la ley y el evangelio de Dios, confesando nuestros pecados y descansando en el perdón que tenemos en Jesucristo. ¿Qué es más dramático que los pecadores condenados que son perdonados por un Dios santo? ¿Que esclavos sean liberados por el Salvador? ¿Qué es más emocionante que el Hijo de Dios se coloque en el lugar de los impíos para salvarlos de la ira de Dios? La iglesia no necesita una actuación de ningún tipo para ayudarnos en la adoración. Necesitamos que la Palabra de Dios sea leída y predicada, orada y cantada, pues en ella exaltamos y experimentamos a nuestro Dios trino.
El entretenimiento tiene su lugar y sirve a un buen, si acaso terrenal propósito. Nuestras iglesias locales harán bien en tener cuidado de moverse hacia ella en un esfuerzo por atraer o atender las necesidades de hombres y mujeres pecadores. La Escritura es lo que Dios usa para penetrar el alma y cambiar el corazón. Que nos entreguemos a adorar al Señor en espíritu y verdad, en lugar de a una mera emoción y diversión.
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