martes, diciembre 20, 2016

La Relación Amor-Odio de Charles Spurgeon con la Navidad

ESJ-2016 1220-001

La Relación Amor-Odio de Charles Spurgeon con la Navidad

Por Jordan Standridge

Charles Spurgeon tenía una relación amor-odio con la Navidad. Debido a la influencia católica romana sobre las festividades de Navidad (especialmente en Inglaterra en ese momento) él no era un gran fanatico e iba y venia animando a su congregación a celebrar la Navidad.

En su sermón llamado "El Nacimiento de Cristo" predicado el 24 de diciembre de 1854, terminó su sermón diciendo:

Ahora, una feliz Navidad a todos ustedes; y será una feliz Navidad si tienen a Dios con ustedes. No voy a decir nada hoy en contra de las festividades acerca de este día del nacimiento de Cristo. Yo sostengo que, tal vez, no es correcto celebrar este día, pero nunca estaremos en medio de aquellos que consideran un deber celebrarlo de una manera incorrecta así como otros lo celebran de una manera correcta. Pero mañana reflexionaremos acerca del día del nacimiento de Cristo; nos sentimos obligados a hacerlo, estoy seguro, independientemente de cuán vigorosamente nos aferremos a nuestro áspero puritanismo… Y, "Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad." No festejen como si desearan celebrar el festival de Baco; no vivan mañana como si adorasen una deidad pagana. Festejen, cristianos, festejen, tienen derecho a festejar. Vayan al salón de festejos mañana, celebren el nacimiento de su Salvador; que no les dé vergüenza estar contentos, tienen derecho de ser felices…. Salomón dice, "Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza." …."La religión nunca fue diseñada Para disminuir nuestros placeres."…. Recuerden que nuestro Señor se alimentó de mantequilla y miel. Regresen a sus casas, gocen el día de mañana; pero, en sus festejos, piensen en el Hombre de Belén; permitan que Él tenga un lugar en sus corazones, denle la gloria, piensen en la virgen que lo concibió, pero sobre todo piensen en el Hombre que nació, el Hijo dado. Concluyo diciendo otra vez:

"¡UNA FELIZ NAVIDAD PARA TODOS USTEDES!""

Pero en 1871 su tono cambió un poco y él comenzó su sermón de la Navidad con estas palabras,

“No tenemos un respeto supersticioso por los tiempos y las estaciones. Ciertamente no creemos en la presente disposición eclesiástica llamada Navidad; primero, porque de ninguna manera creemos en la misa, sino que la aborrecemos, ya sea hablada o cantada en latín o en inglés. Y en segundo lugar, porque no encontramos ninguna base en la Escritura para guardar algún día como el del nacimiento del Salvador. Y entonces, como no es por autoridad divina, su observancia es una superstición. La superstición ha fijado de la manera más concluyente el día del nacimiento de nuestro Salvador, aunque no exista la posibilidad de descubrir cuándo ocurrió realmente. Fabricio nos da un catálogo de 136 diferentes opiniones de eruditos sobre el asunto. Y diferentes teólogos inventan diversos argumentos de peso para abogar por una fecha en cada mes del año. No fue sino hasta mediados del siglo tercero que una parte de la iglesia celebró la natividad de nuestro Señor; y no fue sino mucho tiempo después que la iglesia de occidente había puesto el ejemplo, que la iglesia oriental adoptó esa celebración. Puesto que el día es desconocido, la superstición lo ha determinado. A pesar de que el día de la muerte de nuestro Salvador podría determinarse con mucha seguridad, la superstición mueve la fecha de su observancia cada año. ¿Acaso existe un método en la locura de los supersticiosos? Probablemente los días santos fueron establecidos para ajustarse a los festivales paganos. Nos aventuramos a afirmar que si hay algún día del año del cual podemos estar muy seguros que no fue el día en que nació el Salvador, es el veinticinco de diciembre. Sin embargo, como la corriente de los pensamientos de la gente ya está encauzada por ese camino y yo no veo ningún mal en esa corriente en sí misma, orientaré la barca de nuestro sermón hacia esta corriente y haré uso de ese hecho, que no voy a justificar ni condenar, intentando conducir los pensamientos de ustedes en la misma dirección. Puesto que es legítimo y digno de elogio meditar en la encarnación del Señor en cualquier día del año, no está en el poder de las supersticiones de otros hombres, convertir tal meditación en impropia el día de hoy. Entonces, sin importar el día, demos gracias a Dios por el don de Su Hijo amado..

Independientemente de cómo se sintiera, podemos estar seguros de que Spurgeon vio la Navidad como una gran oportunidad para el evangelismo y llamar la atención sobre Jesús. Y él amaba estimular el amor de la gente para tiempo de navidad como recordatorio sobre la brevedad de la vida. Steve Lawson escribe en su biografía de Spurgeon llamada The Gospel Focus of Charles Spurgeon que Spurgeon amaba advertir a los oyentes acerca de cómo la muerte estaba a la vuelta de la esquina.

Lawson escribe,

“Spurgeon presentó el evangelio con severas advertencias a los pecadores perdidos. Si los llamamientos tiernos, los razonamientos sólidos, las persuasiones convincentes y órdenes autoritarios no llegan al corazón del incrédulo, creía, entonces que se requerían palabras más fuertes. Spurgeon dijo abiertamente a aquellos que persistían en la incredulidad de su inminente peligro de condena eterna. Si no se arrepentían, advirtió, ciertamente perecerán para siempre. Spurgeon a menudo subrayaba la naturaleza tenue de la vida. Por ejemplo, una vez afirmó: "

¿Estás seguro que ese corazón tuyo está perfectamente sano? ¿Circula tu sangre con toda precisión? ¿Estás completamente seguro de eso? Y si así es, ¿cuánto tiempo te va a durar? Oh, tal vez hay aquí quienes nunca verán el día de Navidad. Puede ser que el mandato ya haya salido: "Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás.”

Lawson continúa citando a Spurgeon,

Hay algunos en este lugar, que si fueran etiquetados esta mañana en cuanto a dónde van, tendrían que ser dirigidos "al infierno." Usted sabe que éste es el caso.¿Y cuándo llegarás al final de tu viaje? Algunos aquí pueden vivir otros cincuenta años. Ruego a Dios que esa pregunta mía te persiga, y si nunca te ha bendecido antes, puede ser entonces: "¿Cuándo llegarás al final de tu viaje? ¿Cuándo llegará usted al infierno?” Esta mañana algunos de ustedes en sus corazones dirán: “Voy camino hacia allá, pero, por la gracia de Dios, he llegado a un punto muerto, y no voy avanzar otra pulgada. Señor, prepárame para ir al cielo, dame ahora la confianza en el Salvador para que yo viva ".

Spurgeon no era Buddy el-Elf cuando se trataba de Navidad, de hecho, se parecía más al Grinch, pero nadie puede negar que le encantaba la oportunidad de Navidad creada para exaltar y señalar a la gente a Jesucristo. A pesar del deseo de tantos ateos en este país, la Navidad no parece ir a ningún lado, en cualquier momento pronto. Y donde quiera que su corazón resida en el espectro de Buddy hasta el Sr. Grinch, le animo a escuchar los tres recordatorios de Spurgeon para nosotros esta Navidad, que no estamos garantizados otro minuto de vida y debemos estar listos para ver al Señor aún hoy, que la encarnación debe ser celebrada en nuestros corazones no una vez al año, sino todos los días del año, y que debemos ver esta temporada como una gran oportunidad para el Evangelio.

¡Feliz Navidad!

No hay comentarios: