El Verdadero Contentamiento
Filipenses 4:11
Por Cameron Buettel
El contentamiento es difícil de alcanzar en este mundo caído. La gente se mueve por la vida llena de pesar del pasado, ansiedad sobre el futuro, e insatisfacción con el presente.
Francamente, eso es comprensible. La vida rara vez se alinea con nuestros deseos. O como un "filósofo" de los años sesenta lo dijo: “Puede no siempre obtenerse lo que quiere." Sin embargo, la insatisfacción con nuestro pasado o las circunstancias actuales es sólo una parte de lo que causa la falta común en contentamiento.
El pesimismo sobre el futuro también juega un papel necesario en nuestro descontento inquieto. Interminables guerras, la deuda en espiral, elecciones escandalosas y anarquía moral conspiran juntos para acabar con cualquier esperanza para el futuro. Más cerca del hogar el panorama no es mejor: la disfunción familiar, la enfermedad, el envejecimiento y las preocupaciones financieras amenazan constantemente para socavar cualquier contentamiento que quede en nuestros hogares.
Además de todo eso, un mundo incrédulo busca satisfacción en lugares donde nunca se puede encontrar. Riqueza, poder, prestigio y placer temporal, todos tienen un fuerte atractivo, pero que sólo cultivan nuestra sed de más. Terminan convirtiéndose en la fuente de más insatisfacción en lugar de la solución a la misma.
La única verdadera satisfacción viene de vivir la vida en armonía reconciliada con el soberano Dios, inmutable del universo. Es por eso que el apóstol Pablo instruyó a la iglesia de Filipos que,
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
En ese mismo capítulo, Pablo continúa diciendo que "he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación" (Filipenses 4:11). Eso no quiere decir que Pablo había encontrado un estado de existencia en el que estaba libre de sufrimiento, de catástrofe o de oposición. Más bien, él era capaz de abrazar todas las dificultades como componentes esenciales del plan soberano de Dios. El contentamiento ( autarkes en el griego ) que describe trasciende todas esas cosas. Su unión con Cristo trajo consigo una profunda sensación de satisfacción e independencia de las distracciones mundanas. Y ello se debe a la dependencia y la suficiencia que Pablo encontró en Cristo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
John MacArthur da más detalles:
Pablo estaba diciendo, "He aprendido a ser suficiente en mí mismo, sin embargo, no en mí mismo como a mí mismo, sino como habitado por Cristo." El expresó en otros lugares esa sutil distinción: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20). Cristo y el contentamiento van de la mano [1] John MacArthur, Anxious for Nothing (Colorado Springs, CO: David C. Cook, 2006) 129.
Pero la opinión de Pablo estaba en desacuerdo con los filósofos griegos de su época: los estoicos. John MacArthur explica:
Los estoicos afirmaron que toda la realidad es material, y puntuializaron en dejar a un lado la pasión y la extravagancia para cumplir con sus obligaciones y obtener una verdadera libertad. . . . . . . Creyeron que el autarkes o el contentamiento se lograba sólo cuando uno llegó al punto de la indiferencia total. [2] Anxious for Nothing , 129.
Pero el contentamiento que Pablo describió nunca fue separado de sus pasiones; más bien, encontró su última gran pasión: Cristo. No estaba siendo desconectado de todas las cosas que contentaron a Pablo. Fue su conexión con Cristo, que era todo lo satisfacía y la causa de Cristo le consumia del todo. Sus cartas a las iglesias que él plantó están rebosantes de amor por Cristo y amor por Su pueblo. Como John MacArthur señala: “Bajo la inspiración del Espíritu Santo, el tuvo la idea de contentamiento mucho más lejos de lo que se tomó incluso en la cultura griega, donde la palabra encontró por primera vez su significado.” [3] Anxious for Nothing , 130. Lo que Pablo nos dejó fue nota de agradecimiento divinamente inspirada.
10 Me alegré grandemente en el Señor de que ya al fin habéis reavivado vuestro cuidado para conmigo; en verdad, antes os preocupabais, pero os faltaba la oportunidad. 11 No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad.13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 14 Sin embargo, habéis hecho bien en compartir conmigo en mi aflicción. 15 Y vosotros mismos también sabéis, filipenses, que al comienzo de la predicación del evangelio, después que partí de Macedonia, ninguna iglesia compartió conmigo en cuestión de dar y recibir, sino vosotros solos; 16 porque aun a Tesalónica enviasteis dádivasmás de una vez para mis necesidades. 17 No es que busque la dádiva en sí, sino que busco fruto que aumente en vuestra cuenta. 18 Pero lo he recibido todo y tengo abundancia; estoy bien abastecido, habiendo recibido de Epafrodito lo que habéis enviado: fragante aroma[i], sacrificio aceptable, agradable a Dios.19 Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezasen gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:10-19)
Las palabras finales de Pablo a la iglesia de Filipos eran una expresión de su profunda gratitud por ellos. Y detrás de ese reconocimiento era un contentamiento que se encuentra en medio de dificultades extremas en una prisión romana. Expresó ese contentamiento – diseñado y provisto por Dios – porque quería que los filipenses conocieran como experimentarlo también.
En los versículos 10-19, mientras agradecía a los Filipenses por su don, indirectamente el se ofreció como un ejemplo de contentamiento. Pablo sabía cómo gozarse en todas las circunstancias y estar libre de ansiedad y preocupación, porque su corazón estaba custodiado por la paz de Dios y el Dios de la paz. Su ejemplo es especialmente relevante para nuestra cultura totalmente descontenta [4] John MacArthur, The MacArthur New Testament Commentary: Philippians (Chicago: Moody Press, 2001) 297.
En los próximos días vamos a echar un vistazo más de cerca a Filipenses 4:10-19, un pasaje que contiene cinco principios indispensables para encontrar el verdadero contentamiento.
Disponible en línea en: http://www.gty.org/resources/Blog/B160822
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