lunes, febrero 22, 2016

El Carácter del Cristiano: Amable

Post-ESJ-226

El Carácter del Cristiano: Amable

Por Tim Challies

Hoy continuamos nuestra serie sobre el carácter del cristiano. Estamos explorando cómo las diversas cualidades de carácter de los ancianos son en realidad el llamado de Dios para todos los cristianos. Mientras que los ancianos tienen el propósito de ejemplificar estos rasgos, todos los cristianos deben exhibirlos. Quiero que examinemos si estamos mostrando estos rasgos y aprendamos juntos cómo podemos orar para tenerlos en mayor medida. Hoy vamos a ver lo que significa para un anciano, y todos los cristianos ser suave.

Pablo escribe a Timoteo: " Un obispo debe ser, pues, no pendenciero, sino amable," (1 Timoteo 3:2-3). Del mismo modo, le dice a Tito que un obispo debe ser " no obstinado, no iracundo…, no pendenciero, " (Tito 1:7). La característica positiva aquí es la amabilidad y que se opone a las dos características negativas de la violencia y peleas. El anciano (y, por lo tanto, todo cristiano maduro) busca la amabilidad y huye de la violencia y de las peleas.

Para ser suave es ser tierno, humilde, y justo, saber qué postura y respuesta es apropiada para cualquier ocasión. Indica una gracia, un deseo de extender la misericordia a los demás, y el deseo de rendirse a la voluntad de Dios y las preferencias de otras personas. Tal amabilidad se expresará primero en la casa y sólo posteriormente en la iglesia. Es un rasgo poco común, pero uno que conocemos y amamos, cuando lo vemos y experimentamos.

Alexander Strauch señala que buscar la amabilidad es imitar a Jesús. Él escribe: "Jesús nos dice quien es Él como persona: Él es manso y humilde. Demasiados líderes religiosos, sin embargo, no son manos ni son humildes. Son de dominantes y orgullosos. Ellos usan las personas para satisfacer sus egos anchos. Pero Jesús es refrescante y diferente. Él realmente ama a la gente, desinteresadamente sirve y da Su vida por ellos. Se espera que Sus seguidores –en especial los ancianos que conducen a Su pueblo – sean humildes y gentiles como Él mismo.” Del mismo modo, John Piper escribe: “Esta [gentileza] es lo opuesto a lo belicoso o agresivo. Él no debe ser áspero o mezquino. Él debe estar inclinado a la ternura y recurrir a la dureza sólo cuando las circunstancias recomiendan esta forma de amor. Sus palabras no deben ser ácidas o divisivas sino útiles y alentadoras.”

El anciano, entonces, debe ser suave, capaz de controlar su temperamento y su respuesta a los demás cuando es atacado, vilipendiado, y se encuentra en situaciones tensas o difíciles. Él está marcado en todo momento por la paciencia, la ternura, y un espíritu dulce. Negativamente, no debe perder el control, ya sea física o verbalmente. Él no tiene que responder a otros con fuerza física o amenazas de violencia. Cuando se trata de sus palabras, él no debe ser contencioso, o peleonero o sea uno que ama a discutir. Incluso cuando se presiona y se exaspera no va a atacar con sus palabras, no va a aplastar la caña cascada ni apagará una mecha débilmente ardiente.

Estoy seguro de que usted se da cuenta que Dios llama a todos los cristianos, no sólo los ancianos –a ser gentiles. Los ancianos deben servir como ejemplo de dulzura, pero cada uno de nosotros ha de mostrar esta característica si hemos de imitar a nuestro Salvador. Hay muchos textos que podemos recurrir, incluido éste que nos dice que la gentileza es un fruto necesario del Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio” (Gálatas 5: 22-23). Poco después, Pablo dice: " Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre.” (Gálatas 6:1).

El insta a los cristianos de Éfeso a andar de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados "y dice que eto implica e vivir “con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz "(Efesios 4:1-3). Cuando se habla de la congregación bajo el cuidado de Tito dice: “Recuérdales que estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades; que sean obedientes, que estén preparados para toda buena obra; que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres” (Tito 3: 1-2). La evidencia es clara: Tenemos que ser suaves para que podamos servir como una demostración de uno que traa gentilmente con nosotros.

Autoevaluación

Así que, ¿qué hay de usted? ¿Su vida refleja la mansedumbre y la humildad de la gentileza? Le animo a pedir en oración a hacerse lo siguientes preguntas:

  • Cuando alguien le hace daño, ¿es usted propenso a atacar con ira? Si es así, ¿esa ira se expresa física, verbal, o ambos?
  • ¿La gente tiene miedo de confrontar el pecado en su vida porque temen su ira o sus palabras cortantes? ¿Su esposa e hijos le temen?
  • ¿Sus amigos y familiares pueden decir que usted es amable? ¿Podrían decir que les trata con ternura?
  • ¿Le agrada hacerla de abogado del diablo? ¿Le gusta el buen argumento? ¿Qué indicaría su presencia en los medios sociales?
Puntos de oración

El Dios de la paz está dispuesto a darle la paz de Dios (Filipenses 4: 7, 9). Por lo tanto, les animo a orar de esta manera:

  • Oro para que me hagas más como Cristo para que pueda ser amable al igual que el es amable. Oro para que yo regularmente considere todas las formas en las que tu has sido tan paciente y amable conmigo.
  • Oro para que me ayudes tragarme mi orgullo, confiese mis pecados a los demás, y restaure las relaciones tensas que tengo.
  • Oro para que me des l gracia de ser paciente y tranquilo cuando otros atacan y me mal entienden. Ayúdame a responder con gentileza, incluso en las circunstancias más difíciles.
  • Oro para ser lento en comenzar una discusión o para metrerme en la de otra persona.

La próxima semana vamos a considerar lo que significa para los ancianos y los cristianos ser moderado en su consumo de alcohol.

No hay comentarios: