Cuando el Diablo Te Apunta con un Arma
Por Jordan Standridge
En este momento todos hemos oído hablar de Chris Harper Mercer, el hombre que mató a diez personas en el campus de Umpqua Community College.
¿Puede usted imaginar la desesperación en la habitación? Póngase en los zapatos de los estudiantes en esa clase mientras observaban su maestro caer. Cuando el hombre armado gritó a los cristianos que se dieran a conocer! ¿Qué harías?
Como ministro de la universidad no puedo evitar sentirme profundamente afectados por ello. La tragedia ha golpeado otro campus de la universidad. Ayer mismo hablé con varios estudiantes en su camino a clase, y les pregunté que si ellos fuesen a morir esta noche qué le dirían a Dios. Palabras como esas no son tácticas para infundir miedo. Todos literalmente estamos, al borde de la eternidad.
Y mucha gente está utilizando esta situación como una herramienta política. Algunos están pidiendo un control de armas más estricto. Algunos dicen que el hombre se dirigió específicamente a la escuela porque era una zona libre de armas. Otros culpan a los medicamentos contra la depresión, ya que dicen que todos los grandes tiroteos en los últimos años procedían de niños que crecieron tomando drogas. Es obvio que el mundo se confunde, esta desorientado y saltan a conclusiones. Como cristianos sabemos que el único lugar para obtener las respuestas es la Escritura. Me gustaría poder visitar Oregon y pasar unos días de oración con los estudiantes y llevarlos la esperanza que ellos necesitan. Tenemos que orar por la Iglesia en Oregon conocer sabiamente cómo tratar con esta situación. Estas son algunas de las verdades que conocemos cuando ocurre una tragedia.
El Mundo Odia a los Cristianos
Tengo que empezar con esto mientras ya que nos enteramos de que el pistolero identifico a los cristianos en el tiroteo. Odiaba la religión organizada y la convirtió en un punto para disparar a los cristianos de una manera fatal. Jesús fue claro que los cristianos serán perseguidos (2 Timoteo 5:12). También le dijo a sus discípulos que el mundo va a tratarlos como lo trataron a El (Juan 15: 20-21). Cuando el diablo apunta con un arma sobre usted, el quiere desesperadamente matar a Cristo, pero no puede llegar a él. Pero sabemos que Cristo finalmente aplastara su cabeza.
El Mundo no Puede Detener el Evangelio
En el día de su ejecución, Hugh Latimer y Nicholas Ridley sabían que sus llamas sólo inflamarían la luz del Evangelio aún más. Aunque la lengua de John Bunyan fue silenciada, el Evangelio se extendió a través de sus escritos a un ritmo mayor que nunca. Una y otra vez el mundo ha tratado de silenciar a los cristianos y sin embargo corten una cabeza y dos volverán a crecer. Usted no puede detener el Evangelio. Aunque el diablo parece ganar batallas, no va a ganar la guerra. Cuando el diablo apunta con un arma en usted él quiere desesperadamente detener el Evangelio, pero no puede y siempre lo extenderá aun más.
Usted no Puede Permanecer en Silencio
Estos son momentos importantes. La gente rara vez se centra en su muerte. Y aunque la tentación es a menudo el miedo, el miedo a que la próxima persona con la que hablo podía odiar el cristianismo, no podemos permanecer en silencio. Debemos seguir presionando y brillar a la luz del Evangelio en este mundo perdido. Dios está en el negocio de traer la luz de las tinieblas, pero El utiliza nuestros labios para hacer eso. Debemos ser como los discípulos que aunque heridos y sufriendo, golpeados se marcharon agradecidos de que habían sido considerados dignos de sufrir por causa de Cristo y continuaron predicando aún más con valentía (Hechos 5:40-42). Cuando el diablo le apunta con un arma él quiere desesperadamente que usted se acobarde y se esconda, pero él no sucederá. Dios usa estos momentos para hacer de los verdaderos creyentes más valientes.
Usted Debe Llamar a la Gente a Arrepentirse
Los estudiantes de Umpqua Community College no eran los peores pecadores. Jesús es muy claro que cuando ocurre una tragedia, nuestro enfoque no debe ser el juicio sobre las personas, sino más bien las almas de los que todavía están vivos (Lucas 13:1-5). Debemos llamar al arrepentimiento. ¡Debemos verlos como almas que pasarán la eternidad en alguna parte! No podemos cambiar el mensaje con el fin de hacerlo más agradable al paladar, o para que seamos menos susceptibles a ser perseguidos. Debemos suplicar a la gente y predicar el mensaje que Dios mismo quiere que prediquemos. Debemos recordar que cuando el diablo le apunta con un arma él quiere desesperadamente cambiar el Evangelio, pero no sucederá porque tragedias de como esta solo causan que confiemos más en las palabras de Dios y no en las nuestras.
No nos olvidemos de orar por los que se vieron afectados por esta tragedia, y dar las gracias al Señor por la valentía de los que sin temor confesaron a Cristo como su Salvador, y le permitió no acobardarse y desperdiciar la oportunidad de llevar la luz en medio de una increíble oscuridad.
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