martes, julio 07, 2015

Una Búsqueda de Por Vida

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Por Dr. Steven J. Lawson

 

Convertirse en un predicador expositivo efectivo es una búsqueda de toda la vida. Martyn Lloyd-Jones dijo una vez que los predicadores nacen, no se hacen. Es decir, sólo Dios puede hacer a un predicador. Es cierto, pero los predicadores se pueden desarrollar. Una forma específica para cualquier expositor de avanzar al siguiente nivel en su predicación es observando y aprendiendo de otros predicadores dotados. En este sentido, la excelencia en el púlpito es obtenida como enseñada.

Tales ejemplos en la predicación se pueden encontrar en un estudio de la historia de la iglesia. Entre estos modelos dignos de mención están los gigantes del púlpito como Juan Calvino y Charles Spurgeon. Otros ejemplos brillantes se pueden encontrar en los pastores de hoy en día como John MacArthur y RC Sproul. Sin embargo, algunas de las mejores lecciones de la predicación expositiva deben ser aprendidas de los predicadores que se registran en las Escrituras.

Una persona que se destaca en el Antiguo Testamento como un expositor de primera es el sacerdote y escriba Esdras.. Como expositor competente de la Ley, este reformador del antiguo Israel fue utilizado para encender un gran avivamiento en Jerusalén. Él "puso su corazón a estudiar la ley del Señor y de practicarla, ya enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel" (Esdras 7:10). El estudio de Esdras de la Palabra de Dios era algo que le consumía y se erige como un modelo de inquebrantable devoción de uno que extrae las riquezas inagotables de la Escritura y los llevó al pueblo.

Fue por casualidad que después de catorce años de intenso estudio y enseñanza, que se produjo un avivamiento en el Watergate. En ese momento decisivo, Esdras estaba listo para dar un paso adelante para exponer la Ley con precisión y poder. Leyó la Escritura y dio la explicación adecuada del texto junto con una exhortación apasionada del pueblo. Él ministró la Escritura con tal fervor que la multitud fue movida a levantar sus manos al cielo, como si estuvieran recibiendo la palabra desde arriba. Bajo esta influencia poderosa, el pueblo bendijo el Señor y cayeron al suelo en humildad y adoración.

Del mismo modo, cada expositor hoy debe estar comprometido con el estudio cuidadoso y la entrega de la Escritura. Aprendamos esta lección invaluable de Esdras. Cada pastor debe protegerse contra las crecientes presiones del ministerio que le desplazan de su estudio de la Palabra. La disminución de tiempo en el estudio resulta en una reducción de poder en el púlpito. Que cada pastor se preocupe por la profundidad de su mensaje y, a su vez, confíe en Dios por la amplitud de su influencia.

Para lograr este objetivo, cada expositor debe afinar sus habilidades en el estudio y el púlpito. Si uno ha de estar mejorando en su predicación, sería aconsejable estudiar los ministerios expositivos de otros hombres dotados. Quiero animarle a prestar mucha atención a este tipo de figuras luminosas como Jonathan Edwards, Martyn Lloyd-Jones, James Montgomery Boice, y muchos más.

Pero no descuide los ejemplos registrados en las Escrituras. Estudie la predicación de Moisés en las llanuras de Moab. Examine la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte. Analizar como se dirigio Pedro el día de Pentecostés. Tenga en cuenta las exhortaciones de Pablo a Timoteo. Y tenga en cuenta la exposición de Esdras en la puerta de las Aguas. Fue su predicación la que marcó el comienzo de un gran avivamiento. Que Dios lo hag de nuevo en esta hora.


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