Peligros para el Cristiano sin Iglesia
Por Jonathan Leeman
Desconectado del Cuerpo
Preguntar por los cristianos sin iglesia es un poco como preguntar por qué está en peligro el miembro de la familia que se ha separado de ella, el huérfano de los padres, la oveja del rebaño. ¿Por qué está en peligro la parte del cuerpo desconectada del cuerpo?
Ser parte de la iglesia es lo que somos. No es sólo una cosa práctica. No es sólo bueno para nosotros. No existe sólo para ayudarnos a crecer espiritualmente. Aunque todo esto es cierto, incluso antes de eso, es una cosa ontológica -o de identidad-. De nuevo, es lo que somos. No me digas que perteneces a la familia si nunca estás en la mesa familiar.
El peligro de que un cristiano separado de la iglesia es doble. En primer lugar, no formar parte de una iglesia y no comprometerse con la iglesia significa que nuestro discipulado podría estar deformado. El crecimiento cristiano es el crecimiento de la iglesia. Nuestro discipulado a Cristo debe volver a tomar forma de iglesia. Piensa en una parte del cuerpo conectada al cuerpo. Todo lo que significa ser un brazo significa estar conectado al cuerpo. Y así es con un cristiano y la iglesia. Si tratas de crecer como cristiano sin una iglesia, tu crecimiento será deforme.
El segundo peligro es aún más grave, e incluso un poco más aterrador, y es la posibilidad del autoengaño. Es posible pensar que uno es parte del cuerpo de Cristo cuando realmente no lo es. Es posible pensar que conozco a Jesús. Que lo sigo. Pero el apóstol Juan dice: ¿No dices que amas a Jesús pero odias al hermano? ¿No dices que amas a Jesús pero no quieres tener nada que ver con los santos?
Estar cerca de ellos, comprometerse con ellos, dejar que te incomoden, aun cuando compartes tu vida con ellos. Sin la iglesia, nuestro discipulado puede ser deforme. Podemos autoengañarnos. El cristiano necesita el cuerpo de Cristo.
Jonathan Leeman es coautor con Collin Hansen de Rediscover Church: Why the Body of Christ Is Essential.
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