Un Error Común Sobre El Sufrimiento
Por David Powlison
Haciendo Las Preguntas Difíciles
La pregunta de por qué sufrimos probablemente esté en el corazón de cada persona honesta. Un concepto equivocado frecuente sobre el sufrimiento a menudo se repite en los círculos cristianos. Dice: "Estás sufriendo porque Dios está tratando de enseñarte algo". La implicación es que el sufrimiento se correlaciona con abordar algún pecado particular en tu vida.
Ahora bien, es cierto que Dios se encuentra con nosotros y nos hace crecer en medio del sufrimiento, pero esa no es toda la historia. Considera a Job, por ejemplo. Los consejeros de Job se equivocaron al llegar a una conclusión punitiva: "Debes tener un pecado secreto y estás sufriendo porque Dios está enojado contigo". También es incorrecto sacar conclusiones moralistas: "Debes tener algún pecado o deficiencia o punto ciego que Dios está poniendo su dedo y te está dando una lección".
Muchas cosas estaban sucediendo simultáneamente en el sufrimiento de Job. Satanás fue socavado, la esposa y los amigos de Job fueron reprendidos, se demostró la honestidad y la fe de Job, Dios reveló su amor por Job, Dios fue glorificado. Innumerables otras víctimas en los milenios que siguieron han sido alentados por la lectura de Job. Y Job creció.
En el contexto del sufrimiento que experimentó, Job fue declarado culpable de autojustificación. Su fe se profundizó tanto que dijo: “He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven.” (Job 42:5).
No estamos solos
Creo que muchos cristianos tienen experiencias similares. Ciertamente las tengo. Pasé cinco años y medio de discapacidad y fatiga extrema y progresiva. Muchas personas que habían pasado por sus propios pruebas de salud me dijeron: “Nunca elegiría pasar por eso. Pero nunca querría perder lo que gané.” Llegué a ser capaz de decir las mismas cosas.
Fueron años muy difíciles, pero al reflexionar sobre la calidad, la profundidad y la consistencia de mi fe, es casi como si antes no fuera cristiano. Lo era, pero llegué a conocer el amor de Dios de maneras que antes no había conocido.
Entonces, sí, aprendemos del sufrimiento, pero no es una simple lección. Lo más importante es esto: Dios aparece en nuestras vidas y corazones. Él camina con nosotros a través del fuego. Él comunica directamente su amor. Él purifica nuestra fe. Él ancla nuestra esperanza. Él profundiza nuestro amor por otros luchadores. Dios nos está enseñando algo. Él se está revelando a nosotros.
Un concepto erróneo sobre la imagen de Cristo a menudo va de la mano con este concepto erróneo sobre el sufrimiento. Imaginamos que la imagen de Cristo es todas las cosas buenas, fuertes, nobles y generosas. Podemos olvidar que su imagen incluye la manera sincera en que Jesús vivió las Escrituras tales como los Salmos 22, 25 y 31.
Su fe expresó sinceramente aflicción. Él luchó con Dios. Él agonizó. Él confió. Él buscó a su Dios. Caminó con Dios en caminos difíciles, no fue inmune a la angustia y al dolor que vienen con nuestra difícil situación como seres humanos. Estamos siendo conformados a la imagen de Cristo. Los salmos nos enseñan que una de las cosas que aprendemos es cómo sufrir honestamente y con fe, y cómo conocer el amor de Dios por nosotros en las partes más difíciles de la vida. Esa es toda una serie de lecciones que vale la pena recibir.
David Powlison (MDiv, Westminster Theological Seminary) es profesor, consejero y director ejecutivo de Christian Counselling & Educational Foundation. También es editor principal del Journal of Biblical Counseling y autor de Seeing with New Eyes, Good & Angry, y Speaking Truth in Love.
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