De la Tumba El Resucitó
Por J. Gresham Machen
La verdad es que el origen de la iglesia en Jerusalén es explicable si Jesús realmente resucitó de entre los muertos, y no es explicable si no resucitó. La existencia misma de la iglesia cristiana es un poderoso testimonio de la resurrección de nuestro Señor. Pero, se objetará, todo está muy bien, pero el problema es que lo que se nos pide que creamos es realmente increíble. Se nos pide que creamos que un muerto resucitó de entre los muertos, y nunca hemos visto a un hombre que lo hiciera.
¿Cuál es nuestra respuesta a esta objeción? Es muy simple.¿Dices, amigo mío, que nunca has visto a un hombre que se levantó de entre los muertos después de haber sido puesto realmente muerto en la tumba? Muy bien. Tampoco yo. Tú y yo nunca hemos visto a un hombre que se levantó de entre los muertos. Eso es verdad. ¿Pero qué? Tú y yo nunca hemos visto a un hombre que resucitó de entre los muertos; pero entonces tú y yo nunca hemos visto a un hombre como Jesús.
¿No lo ven, amigos míos? Lo que estamos tratando de establecer no es la resurrección de ningún hombre ordinario, no la resurrección de un hombre que es para nosotros un mero x o y , no la resurrección de un hombre sobre el cual nada sabemos, sino la resurrección de Jesús. Hay una tremenda presunción contra la resurrección de cualquier hombre común, pero cuando llegas a conocer a Jesús tal como se nos presenta en los Evangelios, dirás que mientras que es improbable que un hombre ordinario se levante de los muertos, en este caso la presunción se invierte exactamente. Es poco probable que un hombre cualquiera resucite; pero es improbable que este hombre no resucite; se puede decir de este hombre que era imposible que él fuera retenido por la muerte.
El punto es que esto esta unido. Tenemos en los Evangelios un relato de una persona que era totalmente única. Era totalmente diferente de otros hombres en su pureza y fuerza moral. Sin embargo, él hizo las afirmaciones más estupendas -afirmaciones que lo colocan más allá de los límites de la cordura a menos que las afirmaciones fueran verdad. Las afirmaciones son verdaderas si la resurrección realmente sucedió; son un rompecabezas sin esperanza si la resurrección no sucede.
¿Ven a donde me estoy conduciendo, mis amigos? La evidencia de la verdad del cristianismo debe tomarse como un todo. La evidencia directa de la resurrección debe ser tomada junto con el cuadro total de Jesús en los Evangelios, y entonces eso debe ser tomado en relación con la evidencia de la existencia de Dios y la tremenda necesidad del hombre que es causada por el pecado. Si tomas la Biblia como un todo, tienes un gran relato consistente de Dios, del mundo y de la vida humana. Si usted rechaza la Biblia, y particularmente si rechaza el hecho de la resurrección, tiene un montón de información sin sentido y desprendida que bailan ante su imaginación en una derrota salvaje y desenfrenada.
¡Oh, que Dios abriera los ojos de los hombres para que ellos pudieran ver, para que ellos pudieran detectar el gran alcance y poder de su testimonio para sí en su Palabra! ¡Oh, que quitaría la terrible ceguera de la mente de los hombres!¿Ha quitado la ceguera de sus mentes, amigos míos?¿Conoces al Cristo resucitado hoy como tu Salvador y tu Señor? Si aún no le conoces, no te inclinaras ante El a esta hora y dirás: "¡Señor mío y Dios mío!"
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