La Iglesia Católica Romana y la Nueva Perspectiva
Por Douglas R. Kump
El apóstol Pablo escribió a la iglesia en Roma “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (5: 1).
La cuestión de la justificación por la fe solamente, ha sido un tema central y polémico entre católicos y protestantes desde la Reforma. Ahora hay una nueva amenaza para la doctrina de la justificación para ser defendida por los que proponen una "Nueva Perspectiva" sobre el apóstol Pablo.
Los reformadores continuaron con la perspectiva creyendo que estaban siguiendo al apóstol Pablo, al afirmar que la justificación era un acto forense por el cual el hombre fue declarado justo ante Dios por el sacrificio de Jesucristo.
Pablo escribe en la Carta a los Gálatas "que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo" (2:16). La justificación se basa en la imputación de nuestros pecados a Cristo en la cruz y la imputación de la justicia de Cristo a nosotros (los elegidos) en la regeneración en la que señalamos también que somos justificados.
Algunos dentro del movimiento de la Nueva Perspectiva han argumentado que Pablo no estaba hablando acerca de la justificación forense y la imputación como clásicamente definida sino que estaba enfatizando la entrada en y los requisitos de permanecer dentro de la comunidad del pacto. También han argumentado que Lutero malinterpretó enormemente a Pablo e introdujo su disputa del siglo 16 con la Iglesia Católica Romana dentro de su comprensión de las cartas paulinas.
Se ha dicho muy bien que la cuestión de la justificación es la doctrina sobre la cual la "iglesia ya sea se sostiene o cae." Hay mucho en juego al negar que somos justificados por la fe. La doctrina de la justificación es la solución de Dios y la única solución a la difícil situación del pecado humano.
La Iglesia Romana ha confundió grandemente la justificación con la santificación y la Nueva Perspectiva destaca también la justificación como un proceso que se produce y es por medio de la obediencia y las obras. Estamos viendo un cambio desde el punto de vista reformado del monergismo (la salvación es enteramente una obra de Dios –el hombre es pasivo) a la sinergia en la que ambos, Dios y la persona tienen un papel que desempeñar en su propia salvación (justificación). En este punto de vista el hombre tiene una parte en trabajar junto con la gracia para merecer la salvación completa.
Estos son tiempos peligrosos de muchas maneras, pero la principal amenaza es el grave atentado contra el Evangelio bíblico de Jesucristo. Oremos y nos asegurémonos de que estamos "contendiendo por la fe una vez dada a los santos" (Judas 1: 3).
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