tag:blogger.com,1999:blog-84379235154259683942024-03-13T14:30:19.414-06:00EvangelioSegún JesucristoEvangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.comBlogger5895125tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-25527395890118838382021-11-10T14:51:00.005-06:002021-11-10T14:51:42.897-06:00Una Teología de la Gloria Futura: Por qué el Cristiano Debe Ser el Más Esperanzado de este Mundo<h1 style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-TLOT4b8AprM/YYwwwCu6IRI/AAAAAAAApQE/CETbYmEWfDkC30b6vXp8-Ko8U02eRDphACLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021110_02.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="413" src="https://1.bp.blogspot.com/-TLOT4b8AprM/YYwwwCu6IRI/AAAAAAAApQE/CETbYmEWfDkC30b6vXp8-Ko8U02eRDphACLcBGAsYHQ/w733-h413/ESJ_BLG_2021110_02.jpg" width="733" /></a></div><br />Una Teología de la Gloria Futura: Por qué el Cristiano Debe Ser el Más Esperanzado de este Mundo</h1><p style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b><br />Por <a href="https://blog.tms.edu/author/patrick-slyman" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">Patrick Slyman</a></b><b></b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La esperanza. Es un poderoso motivador. Es lo que sustituye la preocupación por la calma (Romanos 15:13), la desesperación por la alegría (Salmo 42:5), la vacilación por la perseverancia (Romanos 8:25) y la cobardía por el valor (Romanos 12:12). Nuestro Dios es “el Dios de la esperanza” (Romanos 15:13). El Evangelio es “la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). La fe es “una esperanza viva” (1 Pedro 1:3) que promete no defraudar nunca (Romanos 5:5). De todas las personas de nuestro mundo, los cristianos deberían ser los más esperanzados, seguros de que nuestro futuro está asegurado por un Salvador bueno y soberano.<span></span></p><a name='more'></a><span id="more-29993"></span><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"></p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">¿Hemos Perdido la Esperanza?</h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y sin embargo, en los últimos dos años, he visto la decepción escrita en muchos rostros cristianos. La esperanza parece ser un anillo esquivo que cuelga fuera de nuestra mano extendida. Creyentes descorazonados por los líderes de gobierno. Padres cristianos no sólo consternados, sino temerosos, del mundo en el que crecerán sus hijos. Familias eclesiásticas rotas por cuestiones relacionadas con Covid. Conversaciones más llenas de quejas, que de Cristo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Y el efecto? El gozo cristiano se ha apagado; la energía evangélica, sofocada; la unidad espiritual, fracturada; la luz de Cristo, ensombrecida por la oscuridad de nuestros días.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La pregunta es por qué. ¿Por qué la desesperación ha llenado tantos corazones cristianos? ¿Por qué el desánimo ha aplastado tanto trabajo evangélico? ¿Por qué la división ha echado raíces en tantas iglesias cristianas?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Una de las razones es que nuestra esperanza ha quedado al descubierto, y se ha descubierto que es insuficiente.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Estos dos últimos años han demostrado que hemos vinculado demasiada felicidad a las promesas de este mundo. Hemos vivido por la vista, más que por la fe, durante demasiado tiempo. Hemos permitido que nuestros afectos por lo temporal se arraiguen demasiado y nos hemos satisfecho demasiado con lo terrenal.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hemos olvidado que nuestra “esperanza está depositada… en el cielo” (Colosenses 1:5). No hemos sabido “poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.” (1 Pedro 1:13). Hemos desvinculado nuestra gozo de nuestra próxima resurrección y del prometido regreso de Cristo (y de todas las bendiciones que ello conlleva), y en su lugar hemos anclado nuestra esperanza en el aquí y el ahora.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No es de extrañar que la desesperación esté escrita en tantos rostros cristianos. Hemos estado esperando en las cosas equivocadas.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">La Esperanza Cristiana se Basa en la Gloria Futura</h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Durante 21 versículos no ha habido esperanza en Juan 11.[1] Durante cuatro días, las lágrimas privadas han corrido por las mejillas de María y Marta, mientras que los sollozos públicos de la multitud resonaban por todo el pueblo (Juan 11:33). Las hermanas estaban confundidas: ¿Por qué iba Jesús a dejar morir a su hermano y amigo? ¿Por qué no vendría Jesús inmediatamente a salvarnos de nuestro dolor? Se puede escuchar el dolor en el corazón de las hermanas, ya que ambas le dijeron a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21, 32).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Hay algo más desesperante que la muerte? ¿Más doloroso que la pérdida? ¿Más definitivo que una tumba cerrada?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y, sin embargo, ¿cuál es la respuesta de Jesús al dolor de las hermanas? “Vuestro hermano resucitará” (Juan 11:23). Les da esperanza, pero es una esperanza que mira al futuro. La esperanza cristiana siempre se basa en la gloria futura.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Piensa en Israel: mientras la destrucción marchaba hacia la Tierra Prometida, ¿qué esperanza les dio el Señor? “Tus muertos vivirán, sus cadáveres se levantarán. ¡Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!” (Isaías 26:19). En medio de la agitación política, el Señor prometió a su pueblo una futura resurrección.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por ejemplo, Job, ¿en qué descansó su esperanza en medio de una salud debilitada? “Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios” (Job 19:26).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">O piensa en Pablo, ¿por qué no se desanimó en el ministerio? Porque esperaba un “eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación” (2 Corintios 4:18).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La esperanza evangélica siempre mira hacia adelante. Es escatológica. Es futura.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por eso Jesús dio su gran promesa en los vv. 25 y 26. En el momento de mayor dolor de María y Marta, Jesús les ofreció su mayor promesa: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La vida en este mundo caído sólo tiene un final: la muerte física. ¿No es esto lo que todos hemos experimentado en los últimos dos años? Vidas perdidas. La salud se ha visto afectada. Libertades eliminadas. Sueños truncados. Planes cambiados. La respuesta de Cristo es anclar nuestra esperanza en nuestra gloria futura.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">La Gloria Futura No Es Un Deseo</h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“Yo soy la resurrección y la vida” es una afirmación de deidad (Deuteronomio 32:39; 1 Samuel 2:6; Salmo 49:15): Jesús afirma ser la fuente de nuestra futura resurrección y la fuente de nuestra vida eterna. Una afirmación asombrosa, eclipsada sólo por la naturaleza asombrosa del milagro que sigue.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cada detalle de la resurrección de Lázaro es importante. Cada uno de ellos está destinado a infundir esperanza al creyente.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En primer lugar, Juan observó la descomposición y el hedor de Lázaro, ya que éste llevaba cuatro días muerto (Juan 11:39). Aplicación: el cristiano no debe temer, ninguna cantidad de descomposición impedirá el poder de resurrección de Cristo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En segundo lugar, Jesús indicó que la resurrección de Lázaro era la voluntad de Su Padre (Juan 11:41-42). Aplicación: nuestra futura resurrección no sólo será obra de Cristo, sino también la voluntad del Padre.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En tercer lugar, Jesús “gritó a gran voz” (Juan 11:43). Ciertamente, Jesús tenía en mente la advertencia de Isaías de que “los médiums y los espiritistas… susurran y murmuran” sus conjuros (Isaías 8:19). Pero Jesús no es un espiritista: es el Señor de la vida. Pero aún más que eso, el grito de Cristo fue un presagio de lo que un día hará por cada creyente: un anticipo de su “voz de mando” (1 Tesalonicenses 4:16) que se escuchará en toda la tierra cuando regrese. Aplicación: Cristo posee el poder supremo sobre la muerte y un día emitirá una orden de resurrección que llegará a todas las tumbas de este mundo (cf. Juan 5:28-29).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En cuarto lugar, Jesús llamó a Lázaro por su nombre: “Lázaro, sal” (Juan 11:43). Jesús podría haber dicho simplemente “sal”, pero no lo hizo. Él individualizó su grito. Aplicación: El poder de la resurrección de Cristo será personal. Como prometió Jesús, “Todo el que vea al Hijo y crea en él tendrá vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el último día… Yo lo resucitaré en el último día” (Juan 6:40, 44). Ningún creyente quedará en la tierra. Ninguno será olvidado en ese día final.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Nuestra gloria futura no es una ilusión. Es un hecho establecido, confirmado poderosamente cuando el Señor de la vida rompió las cadenas del Seol. La promesa de Jesús es cierta: “el que cree en mí aunque este muerto, vivirá” (Juan 11:25).</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">¿Dónde Está tu Esperanza?</h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sí, este mundo se hunde cada vez más en el pecado. Y sí, las decepciones abundan, siempre lo han hecho y siempre lo harán. Y no hay duda de que hay grandes penas y profundos dolores de cabeza en nuestro futuro. Pero en lugar de robar nuestra esperanza cristiana, y de sofocar nuestra energía evangélica, y de manchar nuestro testimonio cristiano, cada dolor debería fortalecer nuestra expectativa por ese día glorioso en el que nuestro Señor “El destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,… Y en aquel día se dirá: He aquí, este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; este es el Señor a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.” (Isaías 25:7, 9).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Esperamos ese día venidero con expectación y confianza, o nos hemos abatido por la desesperación? ¿El gozo de nuestra salvación ha dado paso a las penas del momento? ¿Hemos anclado nuestra esperanza en las arenas movedizas de este mundo caído, en vez de en las firmes promesas escatológicas que nos esperan?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Oh cristiano, ten esperanza -no, sé la persona más esperanzada de este mundo- porque nuestra esperanza no está en el presente, sino en una Persona, un Salvador, un Soberano; que ha prometido una gloria futura y un reino eterno a todos los que han acudido a Él con fe salvadora. Presta atención al mandato de Pedro: “poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.” (1 Pedro 1:13).</p><hr align="center" noshade="" size="2" style="border-bottom-color: rgb(255, 255, 255); border-bottom-style: solid; border-image: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top-color: rgb(238, 238, 238); border-top-style: solid; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 20px 0px;" width="787" /><p style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a href="https://blog.tms.edu/author/patrick-slyman" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">Patrick Slyman</a> es graduado de The Master’s Seminary (M.Div 2005, D.Min 2012). Actualmente sirve como Pastor de Enseñanza en la Iglesia Bautista Emmanuel en Mount Vernon, WA.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-18391693973632253432021-11-10T10:53:00.002-06:002021-11-10T10:53:20.039-06:00¿Cuál es el cántico de Moisés en Apocalipsis 15:1-3?<h1 style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-dB_NQdMlPvg/YYv40lkdc0I/AAAAAAAApP8/pSEHMCIBzg8GaFvpOyIG54gglyFlSrfgQCLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021110_01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="430" src="https://1.bp.blogspot.com/-dB_NQdMlPvg/YYv40lkdc0I/AAAAAAAApP8/pSEHMCIBzg8GaFvpOyIG54gglyFlSrfgQCLcBGAsYHQ/w763-h430/ESJ_BLG_2021110_01.jpg" width="763" /></a></div><br />¿Cuál es el cántico de Moisés en Apocalipsis 15:1-3?</b></h1><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">POR MARK HITCHCOCK</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Apocalipsis 15 es la calma antes de la tormenta. Prepara el escenario para la serie final de juicios, o los juicios de la copa. En este capítulo un coro celestial, formado por mártires de la Tribulación, canta “el cántico de Moisés” (versículo 3). ¿Qué es este cántico? Hay dos cantos principales de Moisés en el Antiguo Testamento que podrían encajar en el contexto de Apocalipsis 15, y aparecen en Deuteronomio 32 y Éxodo 15. La pregunta es, ¿cuál es el que se está viendo aquí?<span></span></p><a name='more'></a><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Aunque cualquiera de los dos podría estar en juego, me inclino por Éxodo 15 como el cántico de Moisés en este contexto por dos razones:<span id="more-29989"></span></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">1. Deuteronomio 32 trata del castigo de Dios a Israel por su infidelidad, mientras que Éxodo 15 se centra en el castigo de Dios a los malvados y la liberación de su pueblo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">2. La similitud en Apocalipsis 16 entre los juicios de las siete copas y las plagas de Egipto apunta al escenario del Éxodo. Toda la escena es una reminiscencia de lo que ocurrió en el Éxodo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Este canto resonará en las cámaras del cielo cuando la serie final del juicio de Dios esté a punto de desatarse.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-59867306102233729602021-11-10T10:51:00.002-06:002021-11-10T10:51:19.797-06:00Una Ballena Y Un Elefante<h1 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-rfy6S8uzJKU/YYv4Q6caMgI/AAAAAAAApP0/WQq94ildsYEFIgyzOdksTnNxB0uUFcQ0ACLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021109_02.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="384" src="https://1.bp.blogspot.com/-rfy6S8uzJKU/YYv4Q6caMgI/AAAAAAAApP0/WQq94ildsYEFIgyzOdksTnNxB0uUFcQ0ACLcBGAsYHQ/w683-h384/ESJ_BLG_2021109_02.jpg" width="683" /></a></div><br />Una Ballena Y Un Elefante</b></h1><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por Douglas D. Bookman</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>INTRODUCCION</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿La imagen de la palabra en juego? Una vez escuché a un creacionista especial muy influyente (que era un lingüista del Antiguo Testamento y también un teólogo de primera categoría) explicar por qué, aunque estaba inusualmente cualificado y equipado para ello, se negaba a participar en debates formales con los evolucionistas naturalistas: “Esos debates se parecen mucho a la lucha entre una ballena y un elefante. Hay mucho ruido y furia y golpes, pero cuando el polvo y la espuma se asientan ninguno de los dos ha dado un solo golpe al otro, simplemente porque están operando en dos esferas completamente diferentes”.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La persuasión que anima este capítulo es que el muy real e importante debate entre el premilenarista dispensacional y sus hermanos evangélicos que rechazan esa construcción está paralizado por esa misma realidad. La importante y fraternal discusión se ve frustrantemente obstaculizada por el hecho de que está involucrada una genuina disonancia de visión del mundo, pero generalmente no se reconoce. La conversación, ya sea académica o popular, es ineficaz a la hora de persuadir o disuadir en cualquier dirección -ningún contendiente asesta un golpe decisivo-, al menos en parte porque los combatientes no comprenden (y mucho menos aprecian) el constructo definitorio que da forma a los argumentos y la posición de su oponente.<span></span></p><a name='more'></a><span id="more-29984"></span><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Obsérvese que no se trata de desacuerdos exegéticos quirúrgicos sobre textos bíblicos concretos, ni siquiera de distinciones de filosofía o método hermenéutico, ya sean amplias o matizadas. Sin duda, todas estas cuestiones son reales e importantes y merecen ser discutidas en el contexto del debate en cuestión. Pero mi opinión es que el debate sobre estas cuestiones “constitutivas” será más fructífero y fraternal si cada parte comprende con precisión la construcción “cósmica” desde la que su oponente percibe el conjunto de ideas global y completo que enmarca y da forma a su manera de leer e interpretar textos y cuestiones teológicas específicas.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así pues, este ensayo. El plan es centrarse en una distinción infravalorada pero definitoria y animadora del premilenarismo dispensacional -una distinción que probablemente resultará desagradable para muchos lectores (de ahí su infravaloración), pero que se ramifica en prácticamente todos los aspectos del conjunto de ideas que es el premilenarismo dispensacional, y que, por tanto, debe tenerse en cuenta en cualquier evaluación cuidadosa de ese constructo. El espíritu del ensayo es deliberadamente fraternal e irénico. El propósito, honestamente, no es tanto persuadir como informar.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así pues, este ensayo. El <i>plan</i> es centrarse en una distinción infravalorada pero definitoria y animadora del premilenarismo dispensacional -una distinción que probablemente resultará desagradable para muchos lectores (de ahí su infravaloración), pero que se ramifica en prácticamente todos los aspectos del conjunto de ideas que es el premilenarismo dispensacional, y que, por tanto, debe tenerse en cuenta en cualquier evaluación cuidadosa de ese constructo. El <i>espíritu</i> del ensayo es deliberadamente fraternal e irénico. El propósito, honestamente, no es tanto persuadir como informar.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>EL TERRENO COMÚN: UNA COMPRENSIÓN TEOCÉNTRICA DE LA HISTORIA HUMANA</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El gran propósito de Dios en la historia humana es su propia gloria. Sobre esta proposición no habrá debate alguno en el mundo evangélico. Que el propósito básico de Dios en todos sus tratos con la humanidad es mostrar su propia gloria es una verdad necesaria por la realidad ontológica de quién es Dios y afirmada inequívocamente a lo largo de las Escrituras, tanto en afirmaciones específicas como en las narraciones que se desarrollan. La articulación teológica más conocida de esta realidad es, quizás, la primera Pregunta/Respuesta del Catecismo Menor de Westminster de 1647:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pregunta 1. ¿Cuál es el fin principal del hombre?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Respuesta. El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de él para siempre. [1]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Un pasaje bíblico que expone este punto con tanta fuerza como cualquier otro es Isaías 48:9-11, donde en tres breves versículos Yahvé fundamenta <i>seis veces</i> explícitamente su bondad perseverante hacia Israel en Su determinación de mostrar su propia gloria:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“y para mi alabanza la reprimo contigo a fin de no destruirte. He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el crisol de la aflicción. Por amor mío, por amor mío, lo haré, porque ¿cómo podría ser profanado mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro.[2]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En su análisis de esta realidad bíblica, Gaffin afirma simplemente: “Dios es ‘el Padre de la gloria’ (Ef 1:17). La gloria empieza y termina en él y su plan es compartir su gloria”. [3] Todos los creyentes pensantes reconocerán con Pablo: “Porque de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por siempre. Amén” (Rom 11,36). En efecto, Dios se glorifica de muchas maneras. Incluso los cielos “cuentan la gloria de Dios” (Sal 19:1).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Ahora bien, hay que afirmar inequívocamente aquí que no se afirma que el mundo dispensacional-premilenial sea distinto por su compromiso con esta realidad fundacional del universo moral y físico. Esto es, de hecho, terreno común para todos los creyentes bíblicos pensantes, ya sean dispensacional-premileniales o de otro tipo. De hecho, muchos de los que rechazan deliberadamente la construcción dispensacional-premilenial han sido muy utilizados por Dios para celebrar y defender la centralidad de la gloria de Dios. Y prácticamente todos los que hoy abrazan la construcción premilenial dispensacional han sido enseñados, desafiados y ayudados por el énfasis doxológico en los ministerios y escritos de tales pensadores y predicadores de fuera de su campo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>LA MODESTA SUGERENCIA: LA PERSPECTIVA DISTINTIVA DEL PREMILENARISMO DISPENSACIONAL</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La proposición que se desarrollará aquí es que la comprensión y aplicación dispensacional-premilenial de esta realidad básica (es decir, del enfoque fundamental y preeminentemente doxológico de la historia humana) se distingue conscientemente de la del mundo no dispensacional en dos aspectos particulares. Y esos dos puntos de ajuste son básicos para el constructo y deben ser tenidos en cuenta en cualquier intento de comprender y evaluar el constructo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Un Énfasis en la Gloria Manifestada</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En primer lugar, el premilenarismo dispensacional, por definición, mantiene un énfasis más sostenido y deliberado sobre un elemento del concepto bíblico de gloria, [4] a saber, la realidad de que la gloria de Dios no puede reducirse a una simple abstracción, especialmente en referencia a esta cuestión de sus propósitos últimos en la historia humana. Es decir, el concepto bíblico de la gloria de Dios incluye pero es más que su valor intrínseco y su majestad. El concepto bíblico de la gloria de Dios se centra necesariamente en la exhibición de esa majestuosidad a las criaturas racionales, e incluso la enfatiza. Este matiz es intrínseco a la palabra del Antiguo Testamento para “gloria”, כָבוֹד (<i>kābôd</i> ), un término cuyo “significado básico es ‘ser pesado, de peso'”. [5] Esta dimensión física, básica del término, juega a favor de la idea bíblica de la gloria en cuanto a su <i>objetividad</i> , su <i>realidad manifiesta y palpable</i>. En resumen, la gloria de Dios no es sólo su majestuosidad; es <i>Su majestuosidad expuesta</i>. John Piper lo explicó bien cuando se le pidió que definiera la idea bíblica de “gloria”:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Creo que la gloria de Dios es la <i>divulgación</i> de su valor infinito. Defino la santidad de Dios como el valor infinito de Dios, el valor intrínseco infinito de Dios. Y <i>cuando eso se hace público en la creación, </i>los cielos cuentan la gloria de Dios, y los seres humanos manifiestan su gloria, porque hemos sido creados a su imagen, y confiamos en sus promesas, de modo que le hacemos parecer gloriosamente digno de confianza. La <i>exhibición pública</i> de la belleza y el valor infinitos de Dios es lo que entiendo por “gloria”, y me baso en parte en Isaías 6, donde los serafines dicen: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso. Toda la tierra está llena de su… y uno esperaría que dijeran “santidad” y ellos dicen “gloria”. Están atribuyendo “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso. Toda la tierra está llena de su gloria”-y <i>cuando eso se hace público en la tierra</i> y la llena, lo llamas “gloria”. Así que la gloria de Dios es el <i>resplandor</i> de su santidad, el resplandor de sus múltiples, infinitamente dignas y valiosas perfecciones. [6]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De nuevo, Nixon afirma que el término <i>kāb ôd</i> “se utiliza para describir la riqueza, el esplendor o la reputación de los hombres” [7], es decir, se utiliza para la exhibición visible de su honor. Gaffin también subraya la idea de la manifestación palpable del valor como algo intrínseco a <i>kābôd</i>: “En las culturas antiguas, los ricos y los poderosos estaban <i>marcados</i> por las galas de sus vestidos y sus joyas. Por lo tanto, la gloria de una persona significaba las señales <i>ostentosas</i> de riqueza y poder…. En el AT la gloria de Dios significa <i>algo obvio</i> sobre Dios”. [8]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Además, que este elemento del significado de<i> kāb ôd </i>era básico para la forma en que se usaba y entendía se refleja en el hecho de que el significado de la palabra griega utilizada para traducir <i>kāb ôd</i> en la LXX, y luego adoptada en todo el NT, fue fundamentalmente alterado por ese uso. [9] Esa palabra griega es <i>δόξα</i>/doxa. Oswalt subraya que esta dinámica palpable era tan básica para el significado de <i>kāb ôd </i>que cambió el significado popular dedoxa. Tras señalar que las Escrituras a menudo menosprecian la pretensión de “gloria” del hombre, afirma:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Frente a la fugacidad de la gloria humana y terrenal, se alza la belleza inmutable del Dios manifiesto (Sal 145,5). En este sentido, el sustantivo <i>kābôd</i> adquiere su significado más inusual y distintivo. Cuarenta y cinco veces esta forma de la raíz se refiere a una manifestación visible de Dios y siempre que se menciona “la gloria de Dios” hay que tener en cuenta este uso. Su fuerza es tan convincente que remodela el significado de doxa de una opinión de los hombres en los clásicos griegos a algo <i>absolutamente objetivo</i> en la LXX y el NT. [10]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En resumen, una concepción bíblica y sólida de la gloria de Dios debe incluir el elemento del valor objetivado, la verdad de Dios “hecha pública” y, por tanto, percibida y reconocida por las criaturas racionales, la majestad divina expuesta…</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y es esta dinámica de la gloria de Dios la que se honra <i>distintivamente</i>, de hecho se celebra, por la construcción premilenarista dispensacional. Lo fundamental y básico de esa construcción es la insistencia en que la historia humana en esta tierra caída concluirá con un reino real en el que Jesús de Nazaret reinará como Rey sobre toda la tierra en perfecta justicia, en el que -en cuidadoso y exacto cumplimiento de las promesas del pacto- una generación redimida de la simiente de Abraham reconocerá como Salvador y Señor a Aquel a quien una vez traspasaron, y en la que se cumplirá el designio de Dios de que “toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil 2: 10-11). Ese reino es la gran culminación física y triunfalista de la historia humana. Es, en efecto, la expresión cósmica de la majestad de Dios que se <i>manifiesta</i>.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Esto es ciertamente distintivo del premilenarismo dispensacional. Por el contrario, el amilenarismo, el sistema escatológico predominante del pragmatismo, niega que este futuro reino físico vaya a existir. [11] Ese sistema afirma que el reino ya ha venido, que lo que se obtiene en la tierra hoy es tan bueno como Dios planea hacer con la historia humana, que el “reino” tiene que ver simple y exclusivamente con las victorias espirituales y la salvación individual. Esa construcción anticipa un estado eterno, un reino celestial, en el que Dios será debidamente glorificado, pero esa glorificación del reino <i>no se produce de forma sostenida e innegablemente manifiesta dentro de la historia humana.</i></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El premilenarismo histórico, diferente del premilenarismo dispensacional y basado en el supersesionismo, reconoce un reino literal (cuya persuasión el premilenarista dispensacional se apresura a elogiar) y (generalmente) enseña que una gran compañía de gente judía será bienvenida a ese maravilloso reino cuando acepte el Evangelio y forme parte de la Iglesia Universal. Pero en la medida en que insiste en que la Iglesia ha reemplazado a Israel y, por lo tanto, niega al Israel étnico -el pueblo con el que Yahvé formó una relación de pacto única- un lugar primordial en ese reino, compromete la integridad de la verdad fundamental con respecto al carácter de Yahvé que se exhibe tan deliberadamente en el Reino, es decir, Su carácter guardador del pacto. [12]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En resumen, mientras que todos los creyentes bíblicos pensantes afirmarán que la historia humana es, en última instancia, sobre la gloria de Dios, el premilenarismo dispensacional es distintivo en este particular: es un conjunto de ideas que, por definición, celebra con toda la garganta la dinámica tan importante que es básica en el concepto bíblico de la gloria de Dios: el elemento de triunfalismo, de la majestad divina real y plenamente en el desfile para que todos los mundos (humano y angélico, mortal e inmortal) se maravillen y aprendan de él. Es el premilenarismo dispensacional el que reconoce y celebra distintivamente esta dinámica de la determinación de Dios de demostrar Su gloria <i>en </i>el curso de la historia humana: Él ha enmarcado el drama del tiempo mortal de tal manera que culmina con una <i>manifestación física </i>sostenida, ineludible y que quita el aliento, de la majestuosa Persona del Dios trino, y específicamente de Su atributo de verdad: Él es un Dios que cumple el pacto. En resumen, el reino milenario es la verdad y la veracidad de Dios que se hace pública.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Un Enfoque Consistente y Prevaleciente Sobre la Gloria de Dios</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero hay un segundo aspecto en el que el premilenarismo dispensacional abraza de forma distintiva la centralidad de la gloria de Dios en la historia humana. Yo diría que todos los sistemas y construcciones teológicas que compiten entre sí, aunque reconocen honesta y deliberadamente que la gloria de Dios es el gran propósito de toda la historia humana, dan prioridad teológica -funcional- al programa divino de redención del pecado. El razonamiento silogístico (aparentemente hermético) es el siguiente: (1) El gran propósito de Dios es Su propia gloria; (2) Su estrategia más importante para demostrar Su gloria es el plan de redención del pecado a través de Jesucristo; (3) por lo tanto, la historia humana se concibe adecuadamente como algo que, en última instancia, gira en torno al plan de redención de Dios. Así, en cuanto a la forma de concebir la actividad de Dios en la historia, <i>y en cuanto a la forma de leer la narración bíblica y de enmarcar la teología bíblica, el plan divino de redención se considera el factor más definitorio.</i></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Que esto es así -que la mayor parte del mundo evangélico sostiene que el plan divino de redención es el centro y el núcleo de todo lo que Dios está haciendo en el curso del tiempo- es obvio a primera vista. De hecho, se habla de ello como una primera verdad, un hecho, una realidad axiomática y <i>a</i> <i>priori</i> establecida. [13] De hecho, el debate aquí no sería, casi con toda seguridad, si esa proposición es ampliamente aceptada, sino<i> si hay alguna virtud o integridad teológica en desafiar esa proposición</i>. Y se reconoce francamente aquí que una pregunta como esa es razonable, y que la respuesta intuitiva y apasionada de muchos sería que no hay integridad o nobleza en tal desafío. Pero es precisamente en este punto donde el premilenarismo dispensacional cuidadosamente articulado debe tomar una humilde y gentil excepción. [14]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En concreto, la excepción se produce con el segundo elemento del silogismo sugerido anteriormente. Una vez más, parece justo destilar el argumento a favor de considerar la obra de redención como el centro del propósito y la actividad de Dios a esto: (1) El gran propósito de Dios en toda la historia es su propia gloria; (2) Su estrategia más definitoria para demostrar su gloria es el plan de redención del pecado a través de Jesucristo; (3) por lo tanto, la historia humana se concibe adecuadamente como algo que, en última instancia, gira en torno al plan de redención de Dios. Sencillamente, el premilenarismo dispensacional argumentaría -con humildad y cautela- que el segundo factor de ese silogismo es incorrecto. Más bien, la estrategia principal en el plan de Dios para glorificarse en la historia humana es su trato con un pueblo llamado Israel, y específicamente su designio de cumplir un pacto que hizo con el Israel étnico para convertirlo en una “gran nación” en la que “serán bendecidas todas las familias de la tierra” (Gn 12:2, 3). Así, el premilenarismo dispensacional reformularía el silogismo de la siguiente manera: (1) El gran propósito de Dios es su propia gloria; (2) Su estrategia más definitoria para demostrar su gloria es el cumplimiento de un pacto redentor que hizo con un pueblo llamado Israel; (3) Por lo tanto, la historia humana se concibe adecuadamente como un trato paciente, sabio y perseverante de Dios con Israel para, en última instancia, traer a una generación (y a las siguientes, Isaías 61:9) de ese pueblo hacia Él. [15] Así pues, el plan de redención llevado a cabo mediante la obra terminada del Mesías Jesús -tan inexpresablemente bendito, infinitamente importante, profundamente maravilloso y magistralmente digno de alabanza como es- debe considerarse como un medio necesario para hacer posible el cumplimiento de ese pacto hecho con Israel y, por tanto, para demostrar poderosamente la gloria del carácter guardián del pacto de Yahvé, que dice la verdad.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Me veo obligado a rogar al lector que tenga paciencia y atención: paciencia porque estoy pisando terreno sagrado y sensible, y atención porque es muy importante que no se me malinterprete. No se puede negar que ese plan de redención es un tema central que recorre toda la Escritura desde el momento de la caída del hombre (Gn 3,15) hasta la transformación final del cosmos, ni que a los creyentes les corresponde rastrear cuidadosamente ese plan de redención en desarrollo y regodearse en su bondad. De hecho, como señala Michael Vlach, “la razón por la que Jesús es digno de tomar el libro y establecer el reino de Dios en la tierra es porque ha sido sacrificado y ha comprado a su pueblo con su sangre. La cruz y el reino funcionan en perfecta armonía” [16] (cf. Apocalipsis 5:9-10; Col 1:15-20; Heb 2:5-9). Por lo tanto, no hay aquí ninguna intención de menospreciar o desacreditar el bendito y noble plan de redención tal como se revela en las Escrituras y se lleva a cabo por Jesucristo. Dios es glorificado a través de su plan de redención.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La sugerencia es simplemente que el testimonio bíblico demuestra que este plan de redención <i>en sí mismo</i> no es la estrategia doxológica principal de Dios, aunque de hecho es fundamental y necesario para el cumplimiento de la que es su estrategia principal. La realidad de que habrá <i>toda una generación</i> de descendientes de Abraham que se arrepientan y se salven está en el centro de la promesa del pacto hecho por Dios con Israel. La afirmación de Pablo de esta realidad en Romanos 11:26, 27 – “Y así todo Israel será salvo”- está claramente informada por las promesas registradas en las Escrituras hebreas. Así lo demuestra lo que sigue en esa frase: “… tal como está escrito: El Libertador vendrá de Sión; apartará la impiedad de Jacob. Y este es mi pacto[a] con ellos, cuando yo quite sus pecados.” La cita de Pablo es de Isaías 59:20-21a, pero confunde ese versículo con Isaías 27:9. [17] Y de hecho esas Escrituras del Antiguo Pacto están repletas de las promesas específicas de que -no por su justicia, sino por <i>la gloria de Dios</i>– el pueblo del pacto como nación va a volverse a Dios en el día de su elección. [18]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero al mismo tiempo, se reconoce que el concepto mismo de una generación entera que se vuelve al Mesías Jesús en la fe salvadora es distintivamente no intuitivo -tal vez incoherente- ciertamente para la cosmovisión no dispensacionalista e incluso para muchos que abrazarían alguna iteración de una construcción dispensacional-premilenial. Así, la frase de Pablo <i>πᾶς Ἰσραὴλ</i> recibe muchas interpretaciones y matices, [19] y la persuasión de uno respecto a los propósitos más amplios de Dios y a los detalles de un drama del tiempo del fin dependerá, en gran medida, de cómo se entienda esa frase. [20] Pero el propósito aquí no es adjudicar entre esas interpretaciones sugeridas. Más bien, a los efectos de un experimento mental, se pide al lector que acepte la interpretación más estricta de la frase: que la frase tiene la intención de significar cada persona judía (descendiente físico de Abraham) que aún esté viva cuando el Jinete Blanco descienda al final de la Tribulación de siete años. [21]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Dado que esta lectura de <i>πᾶς Ἰσραὴλ</i> es intuitivamente difícil para muchos, he aquí dos comentarios en aclaración y modesta defensa de su legitimidad. Primero, una aclaración. Según el dispensacinalismo-premilenarista toda una generación del pueblo judío se salvará en un momento culminante divinamente orquestado, pero no se salvará en masa, es decir, la experiencia y el compromiso de salvación no son corporativos. La salvación debe ser individual. Y Zacarías es explícito en que esto es lo que ocurrirá en el momento al que alude Pablo cuando exulta: “Todo Israel se salvará:”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y se lamentará la tierra, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Leví por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de los simeítas por su lado, y sus mujeres por su lado; todas las demás familias, cada familia por su lado, y sus mujeres por su lado. (Zac. 12:12-14).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así que la afirmación no es que toda la nación será declarada “salvada” como grupo “por alguna acción unilateral de Dios”. [22]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Más bien, un Dios soberano, para los propósitos de Su propia gloria, orquestará y supervisará una serie de circunstancias y eventos que sacudirán la tierra y la moldearán, y que llevarán a los judíos que estén vivos en la venida culminante del Mesías, a todos ellos, a un lugar de tal desesperación existencial e individual que, por la gracia de Dios, mirarán <i>individual pero universalmente </i>en fe a Aquel a quien una vez traspasaron (Zac 12:10). En resumen, todo Israel se salvará, pero la salvación será abrazada por cada judío individualmente porque Dios envía un espíritu de “gracia y oración” (Zac 12:10) -la gracia es la base y la <i>súplica</i> es el medio de redención para cada judío individual en ese gran momento, al igual que ha sucedido con cada persona que ha sido traída de la muerte a la vida desde Adán en adelante.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En segundo lugar, el concepto de Dios demostrando Su gloria <i>a través de la nación de Israel </i>como nación no es nuevo en la historia sagrada. Esta fue explícitamente la estrategia divina en el Antiguo Testamento, más reconocible quizás durante los días de la Teocracia en Israel. Sencillamente, en el monte Sinaí Yahvé se hizo rey de Israel en el sentido más real, literal, físico y actual[23], y las Escrituras son claras en cuanto a que lo hizo para exponerse a las naciones del mundo <i>a través de su trato con Israel como pueblo.</i> Es decir, al bendecir la obediencia de esa nación y maldecir su desobediencia, el Señor mismo haría que las naciones del mundo se dieran cuenta de quién es Yahvé (Éxodo 9:13-16; Salmo 106: 7-8; 1 Samuel 4:6-8; 5:6; 2 Samuel 7:23; Jeremías 13:11).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El punto simple aquí: después de Génesis 12, la estrategia de Dios fue principalmente una función de Su relación con la familia de Abraham/nación de Israel, en oposición a Su relación personal con los israelitas individuales. De hecho, la capacidad del rey Yahvé para cumplir sus propósitos doxológicos no estaba directamente en función de la condición espiritual de los israelitas individuales. Si la nación estaba dirigida y dominada por la maldad, sufrían el castigo; si la rectitud prevalecía en los hogares y en el palacio, experimentaban las bendiciones. Pero en cualquiera de los dos casos, Yahvé exponía su carácter a las naciones <i>a través de su gobierno de Israel como nación</i>.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Debido a que la realidad de la teocracia en las Escrituras hebreas es tan poco apreciada, y debido a que el programa del Nuevo Testamento es tan completamente personal e individual (en oposición a nacional y corporativo), los creyentes en la Biblia a menudo se sienten intuitivamente incómodos con la idea de que Dios cumpla sus propósitos a través de la nación de Israel como un todo. Pero ese es el modelo que Dios estableció en el Antiguo Testamento. Sin duda, en los tratos escatológicos de Dios con la nación de Israel la cuestión de la posición individual ante Dios será totalmente central, simplemente porque la promesa a la que Él se ha comprometido es que toda una nación (generación) será salvada. En este punto, el programa del tiempo del fin es diferente del programa del Antiguo Testamento. Pero la similitud es importante y la ramificación instructiva: Dios ha obrado sus propósitos a través de Israel como nación, y ha prometido hacerlo de nuevo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>UN EXPERIMENTO MENTAL: BIENVENIDO A NUESTRA COSMO(VISION)</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En primer lugar, una breve reseña. El elemento distintivo que se discute en este ensayo es la afirmación del premilenanismo dispensacional de que la estrategia doxológica central de Dios no es, en última instancia, la obra de la redención en sí misma, sino el fiel cumplimiento por parte de Dios de las promesas del pacto hechas al pueblo de Israel, y específicamente la promesa de que “haría un nuevo <i>pacto con la casa de Israel y la casa de Judá,</i>” y que, en virtud de ese pacto regenerador, la relación de Israel con Yahvé se haría eternamente perfecta: “yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.. … todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jer 31:31-34). [24]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De hecho, la cuestión que intento abordar se cristaliza quizás en la siguiente pregunta de opción múltiple:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">P: ¿Qué es lo <i>más</i> central para el propósito de Dios de glorificarse en el tiempo mortal?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A. La salvación de los <i>elegidos</i> (es decir, la bendita obra de redención por la cual una hueste innumerable de toda tribu, lengua y nación es rescatada de la maldición del pecado y reconciliada con Dios)</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">B. La salvación de <i>Israel</i> (es decir, la aplicación de esa obra redentora a una generación de hijos étnicos de Abraham que finalmente son llevados a la dependencia salvadora del Mesías Jesús.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El mundo evangélico no dispensacional responderá ciertamente A. La tesis aquí es que una respuesta premilenarista dispensacional cuidadosa, aunque cautelosa, sería B. [25] Claramente, esa última percepción del plan doxológico de Dios enmarcará dramática e inexorablemente la comprensión de uno de todo lo que Dios está haciendo y hará para llevar la historia humana a su desenlace más glorioso para Dios. Pero la tesis en sí misma, así como el universo teológico al que lleva al premilenarista dispensacional, son tan desconocidos y desconcertantes para el no dispensacionalista como las profundidades del océano para un elefante o la selva verde para una ballena (¡exagerando la metáfora!).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Con el fin de superar ese impasse ballena/elefante, se pide al lector escéptico que ha perseverado amablemente hasta este punto que realice un modesto experimento mental: Entre en la cosmovisión del premilenarista dispensacional y considere muy brevemente los propósitos de Dios para hoy y mañana, tal como se entienden desde esa cosmovisión -primero, la era presente (El Interregno: una paciente pedagogía), y luego el drama por el cual se introducirá un reino culminante (La Tribulación: una terrible bondad), y finalmente un elemento distinto de ese reino mismo (El Reino Milenario: un clavo doxológico final). Y por favor, sepa que la intención aquí no es persuadir al premilenarista no dispensacional de cualquiera de estos elementos como se entiende desde esa construcción. Más bien, se trata de ayudar a los no persuadidos a contemplar la coherencia de esa construcción en sí misma dada esta tesis animadora y definitoria: que la estrategia principal de Dios por la que ha decidido glorificarse públicamente en el curso de la historia humana es su fidelidad al pacto con Israel.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>El Interregno: Una Pedagogía Paciente</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La época actual -el período comprendido entre la primera y la última venida del Mesías Jesús- es comprendida de manera diversa por los pensadores teológicos que la habitan. Para los no dispensacionalistas, es la época<i> culminante</i> de la historia humana terrenal: la obra de la redención está “terminada” (Juan 19:30), el Evangelio va libremente a todos los hombres en todo lugar, Dios está reuniendo a los suyos de cada tribu, lengua y nación, y todo lo que espera es que todo el número de individuos sea atraído a la verdad para que a los redimidos se les conceda el descanso eterno y la comunión con el Dios que se les ha enseñado a amar y confiar. Un conjunto de ideas delicioso en todas sus partes.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero el ejercicio que tenemos ante nosotros es contemplar este elemento del designio de Dios, el interregno, desde una cosmovisión dispensacional-premilenial, y así preguntarnos cómo esta era presente podría hablar del propósito de llevar a una generación de Israel a la fe. [26] A este respecto, dos puntos preliminares de refinamiento.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Con Respecto a la Salvación de los Gentiles Durante el Interregno</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se percibe popularmente que la gran distinción de esta época es que el Evangelio está abierto a los gentiles. Pero ciertamente, los gentiles podían salvarse en el Antiguo Testamento. De hecho, el propósito de Dios en su relación con Israel era que ese pueblo fuera una bendición para todas las naciones (Gn 12:3), un “reino de sacerdotes” [27] que mediara la verdad de Yahvé a todo el mundo (Ex 19:6), que a través de su trato con Israel su nombre fuera “proclamado en toda la tierra” (Ex 9:6). La Ley mosaica exige que el “extranjero que habita con vosotros” -es decir, el prosélito gentil que ha abandonado sus dioses y ha dado su lealtad a Yahvé- sea aceptado y tratado como un ciudadano de pleno derecho del reino de Yahvé (Lv 24:22; Nm 9:14; 15:14, 15; etc.).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De hecho, los gentiles podían ser y fueron salvados antes de Pentecostés, <i>pero sólo en la medida en que estaban dispuestos -en uno u otro grado- a renunciar a su “gentilidad” e identificarse con la nación de Israel.</i> Los diversos pueblos gentiles se identificaban sobre todo por los dioses a los que servían. Pero Yahvé, el Dios de Israel, insistía en que Él era el único Dios, que todos los demás supuestos dioses eran ficticios en el mejor de los casos y demonios en el peor. Uno no podía “servir al Dios vivo y verdadero” sin apartarse “de los ídolos” (1 Tes 1:9), y apartarse del dios patrón en cuyo nombre gobernaba su monarca gentil era renunciar a sus derechos como ciudadano de esa tierra. Así, la que confesó: “Tu Dios será mi Dios” ya había decidido que “tu pueblo será mi pueblo” (Rut 1:16). [28] Es en este sentido que “la salvación es de los judíos”, como dijo Jesús a una mujer samaritana (Juan 4:22). De hecho, el libro de los Hechos es, en gran parte, el registro de los esfuerzos de Dios para que la comunidad cristiana primitiva -una comunidad enteramente judía- reconozca que ahora “también a los gentiles les ha concedido Dios el arrepentimiento para vida” (Hechos 11:18).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por lo tanto, el refinamiento: el gran distintivo de esta época no es que los gentiles puedan ahora salvarse; más bien, es que los gentiles pueden ahora salvarse como <i>gentiles</i>. El protocolo divino durante dos mil años había sido que Yahvé era única y manifiestamente el Dios de Abraham, de la familia que surgió de sus lomos y de la nación que surgió de sus doce hijos, y que jurar lealtad a ese Dios era identificarse con su pueblo. Pero ahora, un cambio notable en los propósitos de Dios: Los gentiles pueden servir y honrar al Dios de Israel sin identificarse con la <i>nación</i> de Israel. Claramente, algo está en marcha.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hay, por supuesto, más en la bendita historia. Jesús fue “crucificado y muerto por manos de hombres inicuos” (Hechos 2:23), la generación del pueblo judío a la que había venido. En efecto, ha venido un endurecimiento parcial sobre Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Rom 11,25). [29] Además, Dios ha suscitado un organismo en el que se ha derribado “la pared intermedia de separación” entre judíos y gentiles para “reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.” (Ef 2:14-16).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero lo que hay que subrayar aquí es que el cambio radical en los propósitos salvíficos de Dios que prevalece durante la presente era inter-advenimiento <i>no es</i> que los gentiles puedan ser salvados, sino que pueden ser salvados como gentiles. Esta bendita realidad sólo puede apreciarse con el telón de fondo de la realidad concomitante de que a lo largo de las edades, desde Abraham en adelante, la salvación era “de los judíos” (Juan 4:22). En resumen, esta época no es tanto la <i>culminación</i> grandiosa y final de todo lo que hubo antes, como un alejamiento del método por el que Dios invitó a los hombres a conocerle y acercarse a Él durante siglos. Y además, argumentará el premilenarista dispensacional, es una salida con un propósito, una salida diseñada con infinita sabiduría divina como un paso clave en la estrategia de Dios para manifestar al universo la majestuosidad de su naturaleza guardadora del pacto. Esta convicción nos lleva, en interés del experimento mental que tenemos ante nosotros, a la segunda de las proposiciones preliminares.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sobre las Bendiciones de la Nuevo Pacto Durante el Interregno</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Una y otra vez, los profetas que ministraban bajo el “antiguo pacto” [30] revelaron el propósito de Dios de bendecir un día a Israel con un “nuevo pacto” (Jer 31:31), un “pacto de paz (שָׁלוֹם)” (Isa 54:10; Ez 34:25; 37:26). [31] Quizá sea justo destilar las promesas de ese nuevo pacto a dos bendiciones casi inimaginables. En primer lugar, Jeremías celebra la promesa de los pecados perdonados de una vez por todas (Jer 31:34), una confianza que el santo del Antiguo Testamento (o del “pacto”) nunca pudo conocer (Heb 10:1-4). Y en segundo lugar, Ezequiel anticipa un pacto por el que Yahvé daría a su pueblo “un corazón nuevo” y pondría en él un “espíritu nuevo;” de hecho, prometió a su pueblo de pacto: “Y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36:26). El apóstol Pablo se regocija por la inimaginable intimidad con el Padre que se hace posible bajo ese “pacto de paz” cuando habla de recibir “el Espíritu de adopción como hijos, por el que clamamos: ¡Abba! Padre! (Rom 8,15; Gal 4,6). Y, evidentemente, todo ello gracias a “la sangre del pacto, que es derramada por muchos para perdón de pecados” (Mt 26,28; Mc 14,24; cf. Lc 22,20; 1 Cor 11,27; Heb 9,15; 13,20).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero aquí hay un pequeño enigma: ese nuevo pacto fue prometido explícita y exclusivamente a la nación de Israel (Jer 31:31), [32] y sin embargo todos los que durante el presente interregno están “en Cristo,” creyentes tanto judíos como gentiles, son felices beneficiarios de esas bendiciones del nuevo pacto (Mt 26:28; Lc 22:20; 1 Cor 11:25; 2 Cor 3:6; Heb 7:22; 8:6; 13:20).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se han derramado ríos de tinta en el esfuerzo por explicar este enigma. [33] Pero el experimento mental que nos ocupa consiste simplemente en ponderar cómo podría enmarcarse nuestra comprensión de los propósitos de Dios (incluyendo aquí su determinación de visitar a todos los creyentes de esta época con las bendiciones del nuevo pacto originalmente prometidas a Israel), dado el compromiso dispensacional-premilenial que define que la estrategia doxológica principal de Dios es la fidelidad a su pacto con la nación de Israel. Es decir, ¿cómo podría servir la posesión no anticipada de esas bendiciones del nuevo pacto por parte del cristiano actual para llevar a una generación de Israel a la fe?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>El Enigma Resuelto: Una Sugerencia</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pablo habla directamente de esta cuestión. En Romanos 9-11 el apóstol aborda la cuestión del carácter de Dios: ¿Cómo puede un Dios que cumple el pacto dejar de lado a la nación de Israel con la que ha hecho un pacto eterno? Su respuesta se basa en la verdad de que el abandono de Israel es temporal, y que “si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.” (Romanos 11:23). Pero al hacer ese argumento, Pablo habla directamente de la doble cuestión que tenemos ante nosotros: primero, ¿por qué se ha abierto la puerta de la salvación a los gentiles como gentiles tan tarde en la historia de la obra de Dios con la humanidad, y segundo, por qué los creyentes de esta época disfrutan de las bendiciones del Nuevo Pacto prometidas a un Israel regenerado? Habiendo reconocido que el Israel nacional ha sido efectivamente puesto a un lado, el apóstol argumenta:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Digo entonces: ¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión <i>ha venido la salvación a los gentiles, para causarles celos.</i> Y si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los gentiles, ¡cuánto más será su plenitud! Pero a vosotros hablo, gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los gentiles, honro mi ministerio, si en alguna manera <i>puedo causar celos a mis compatriotas</i> <i>y salvar a algunos de ellos.</i> Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pablo es explícito: “<i>ha venido la salvación a los gentiles, para causarles celos</i>.” [35] Continúa celebrando su propio y único ministerio como “apóstol de los gentiles” porque sus esfuerzos entre los gentiles se utilizarán para dar celos a los compañeros judíos en su vida, y así salvar a algunos en su propio día (11:13, 14). Pero la fuerza de su argumento aquí tiene que ver con la esperanza más grande de que “todo Israel será salvo” (11:26) en un día en que las “ramas naturales” serán “injertadas de nuevo en su propio olivo” (11:24).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Es a la luz de esta realidad que se entiende bíblicamente la participación no anticipada en las bendiciones del nuevo pacto por parte de los santos del presente interregno. La estrategia doxológica definitiva de Dios en toda la historia de la humanidad es la muestra inefablemente brillante de su propio carácter de guardián del pacto por medio de su cumplimiento perseverante y lleno de recursos de Su promesa a Israel -específicamente, la promesa de traer una generación de ese pueblo a sí mismo-. La idea misma de que toda una generación viva del pueblo judío llegue a la fe en el Mesías Jesús parece imposible, una bendición que ni siquiera Dios en el cielo podría lograr. Pero la abrumadora “imposibilidad” de tal acontecimiento es la clave del impacto pedagógico que tendrá a lo largo de la eternidad, cuando los santos redimidos y glorificados contemplen la historia milenaria de la fidelidad de Dios a las promesas de su pacto con Israel.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y la clave de los medios por los que esa grandiosa y asombrosa promesa encontrará su cumplimiento es la siguiente: durante 2000 años (y contando) el pueblo judío ha estado rodeado por una gran compañía de aquellos que han confesado su fe en el Mesías Jesús y, por lo tanto, viven sus vidas como felices beneficiarios de las bendiciones infinitas del Nuevo Pacto prometidas a Israel en las Escrituras hebreas. Ese testimonio excitará los celos sagrados en esa generación culminante al igual que lo hace hoy. El testimonio de los judíos que llegan a la fe en el Mesías Jesús incluye a menudo esta nota de añoranza por lo que vio en la vida de alguien que había abrazado la fe cristiana. [36] De hecho, la intimidad y la confianza de que goza el cristiano en su relación con su Padre Dios y a través de la obra terminada del Mesías Jesús está destinada a ser el “grato olor de Cristo…olor de vida para vida” (2 Cor 2:15-16). Esta es claramente una dinámica básica y llena de gracia de la estrategia divina para atraer a los perdidos hacia Él; Dios convence y persuade y atrae al incrédulo rebelde en parte significativa por medio de las vidas redimidas y transformadas de aquellos que le rodean y que han llegado a conocer la bendición de una relación correcta con su Padre Celestial.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y de la misma manera, el recuerdo corporativo de una generación de Israel que se encuentra como blanco de una furia asesina inimaginable en un drama del tiempo del fin, [37] el recuerdo y la observación de los seguidores de Cristo que se deleitan en esas bendiciones del Nuevo Pacto, será una parte de la estrategia divina por la cual Dios realmente logra lo inimaginable, por la cual Él atrae a la fe en Su Mesías que ahora aparece a una generación de ese pueblo a quien hace tanto tiempo Él hizo la promesa del pacto de hacer exactamente eso. [38]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En resumen, dada la instrucción de Pablo, el interregno se entiende mejor no como una era final o culminante, sino como un tiempo de enseñanza de dos milenios, que excita en el pueblo judío una “envidia” por lo que el Evangelio proporciona. Es un elemento integral del esquema infinitamente sabio y deliberadamente doxológico de Dios para demostrar su carácter de guardián del pacto trayendo a sí mismo una generación de pueblo judío. Esta época es, en verdad, una Pedagogía Paciente.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>LA TRIBULACIÓN: UNA BONDAD TERRIBLE</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Un segundo paso en el experimento mental que tenemos ante nosotros: ¿cómo se relaciona la Tribulación de siete años -a la luz dispensacional, la pieza central del drama del tiempo del fin divinamente revelado por el cual se traerá el reino prometido- con los propósitos de Dios de glorificar Su nombre trayendo a Sí mismo una generación de Israel? Reconozco que en este punto la discusión se adentra en una cosmovisión hermenéutica y en un marco escatológico hasta cierto punto extraño y desconocido para los no dispensacionalistas. Por lo tanto, en el intento de hacer que el experimento de pensamiento sea viable para los hermanos más allá de nuestras fronteras, ofreceré una serie de proposiciones simples que son intrínsecas a la construcción dispensacional-premilenarista en lo que respecta a la cuestión en cuestión. Una vez más, la intención es informar más que persuadir; por lo tanto, las proposiciones no serán ni ampliadas ni defendidas. Se reiteran aquí simplemente como una caracterización muy básica del amplio constructo desde el que el premilenarista dispensacional reflexiona sobre la pregunta: “¿Cómo encaja la Tribulación en los propósitos doxológicos más cósmicos de Dios para la historia humana?”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #1: Cuando las profecías predictivas de las Escrituras se leen literalmente,[39] surge de hecho un drama del tiempo del fin notablemente detallado y definible.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #2: Muy importante para ese drama es un período de siete años de Tribulación predicho por primera vez en Daniel 9:24-27 como la “semana” culminante (es decir, un período de 7 años sucesivos) en un período de 70 de tales “semanas” que finalmente traerá el tan prometido y tan esperado Reino Mesiánico (Dan 9:24). Esa 70ª Semana del tiempo del fin, la Tribulación, se amplía con asombroso detalle en Apocalipsis 4-19.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #3: El actor principal y archivillano de esa Tribulación de siete años será un engañador profundamente malvado y alarmantemente astuto que en última instancia será total e inmediatamente controlado por Satanás; ese destructor del fin de los tiempos es identificado en las Escrituras por varios títulos y descriptores, incluyendo “el cuerno pequeño” (Dan 7:8), “el príncipe que ha de venir” (Dan. 9:26), “el Hombre de pecado” (2 Tes. 2:3), “el inicuo” (2 Tes. 2:8), “el Anticristo” (1 Juan 4:3; cf. 2 Juan 7), , y “una bestia que sale del mar” (Ap 13:1).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #4: Durante la última mitad de ese período de siete años, el archivillano del fin de los tiempos determinará aniquilar al pueblo de Dios -por supuesto, a los creyentes de toda tribu y lengua, pero más específicamente a toda la nación étnica de Israel, independientemente de que hayan aceptado o no los reclamos mesiánicos de Jesús de Nazaret- a fin de frustrar el programa de Dios para glorificarse a sí mismo mediante el cumplimiento de sus promesas de pacto a esa nación. En el esfuerzo, el Anticristo reunirá todas las fuerzas y recursos del mundo para ese propósito que desafía a Dios.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Propuesta #5: Sólo cuando todo suspiro de esperanza para resistir o escapar haya sido total e indiscutiblemente despojado del pueblo de Dios, el Mesías Jesús descenderá con un ejército celestial para destruir poderosamente a Sus enemigos y rescatar a los que están a punto de ser aniquilados.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #6: En ese momento, Dios derramará “un espíritu de gracia y de súplica” (Zac 12:10) y una generación de israelitas vivos clamará a Dios por la salvación, individualmente en cuanto a la fe y universalmente en cuanto al número. Así, “todo Israel será salvo” (Rom 11,26).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Dado este resumen excesivamente simplificado de la comprensión dispensacional-premilenial de lo que las Escrituras revelan en relación con el drama del fin de los tiempos, volvemos a la pregunta: “¿Qué papel específico juega la Tribulación de siete años en los propósitos doxológicos de Dios?” Sencillamente, la Tribulación es la estrategia de gracia de Dios para llevar a toda una generación de Israel hasta el final de sí misma, de modo que miren a Aquel a quien una vez traspasaron y se arrojen enteramente sobre Él para la liberación y la salvación, tanto física como espiritual. Es, de hecho, una Bondad Terrible.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A este respecto, es importante señalar que en las Escrituras hebreas Yahvé promete de forma bastante explícita emplear esta precisa estrategia. Por ejemplo, en la reafirmación de su pacto con Israel que se recoge en Deuteronomio, Dios promete maldecir repetidamente a Israel por su persistente desobediencia, pero incluso mientras lo hace, El esta promesa a ese pueblo que se mostrará recalcitrantemente rebelde: “En los postreros días, <i>cuando estés angustiado</i> y todas esas cosas te sobrevengan, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz. Pues el Señor tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres.” (Dt 4,30-31, énfasis añadido). La Tribulación hará que esa generación de Israel “vuelva al SEÑOR … y obedezca Su voz.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De nuevo, en la visión seminal de la cronología del drama del fin de los tiempos, se le habla al profeta Daniel del indecible terror que le sobrevendrá a Su pueblo en el curso de ese drama. Dos ángeles vigilantes están de pie, y uno le pregunta al otro: “¿Para cuándo será el fin de estas maravillas?” (12:6). En respuesta, ese otro ángel “juró por el que vive para siempre que sería por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo” (12:7, es decir, por los últimos 3½ años de la Tribulación de 7 años). Y entonces ese portavoz angélico anunció que “y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas cosas.” (12:7). En las providencias sustentadoras de Dios, Israel ha demostrado una y otra vez ser un pueblo asombrosamente orgulloso y valiente. Pero Dios ha revelado algo del conjunto de circunstancias catastróficas mundiales que utilizará para “destrozar por completo” el “poder del pueblo santo,” con el propósito de que finalmente busquen Su liberación. La Tribulación es el centro de esas circunstancias catastróficas.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Una vez más, se le ordenó al profeta Oseas que se casara con una “mujer prostituida” (1:2), que la comprara en el mercado de esclavos al que su maldad la había condenado, y que la devolviera a sí mismo mediante el cuidado y el castigo (3:2-3), todo ello como una imagen deliberada y explícita de cómo Yahvé trabajaría con Israel para redimirla a sí mismo (3:4-5). En aplicación de todo esto, Dios afirma: “Me iré y volveré a mi lugar hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro; <i>en su angustia me buscarán con diligencia</i>.” (5:15, énfasis añadido). Al igual que la esposa de Oseas tuvo que desesperarse antes de aprender a amar y confiar en el marido con el que había jurado un pacto matrimonial, lo mismo ocurrió con la nación de Israel. Dios ha prometido tratar así a ese pueblo, llevándolo por completo hasta el final de sí mismo para que aprenda a confiar y amar al Dios con el que disfruta de una relación maravillosamente bendecida y eternamente duradera.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por último, en su importantísima descripción del momento en que Israel se salvará, Zacarías predice el día en que Dios hará de Jerusalén “una copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor, y cuando haya asedio contra Jerusalén, también lo habrá contra Judá.” (12:2), cuando “todas las naciones de la tierra se reunirán contra ella [Israel]” (12:3). Pero el profeta continúa: “En aquel día, Yahveh protegerá a los habitantes de Jerusalén” (12:8); de hecho, Dios promete por medio del profeta que “en aquel día procuraré destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén” (12:9). Y nótese que Dios promete que justo en ese momento de ataque mundial y de poderoso rescate divino: “Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu[a] de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por Él, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por Él, como se llora por un primogénito. Aquel día habrá gran lamentación en Jerusalén…” (12:10-11a) – claramente una lamentación de arrepentimiento.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En resumen, la enseñanza consistente e inequívoca de las Escrituras hebreas es que Yahvé traerá sobre una generación de los últimos días de su nación del pacto un horror tan terrible que los llevará a la desesperación absoluta por su propia existencia. Pero en el momento de la inminente y segura perdición, Dios librará, y la nación se lamentará y se arrepentirá. Así, el terror será el medio por el cual Dios finalmente llevará a ese pueblo a mirar hacia Él en confianza y lealtad. [40] Para la mente del premilenarista dispensacional, la Tribulación de siete años, esa temporada de terror del fin de los tiempos tan cuidadosamente predicha y detallada en varios pasajes de las Escrituras, no es una explosión aberrante de ira como la de Thor o una erupción de innoble piquete divino; es precisamente lo que Dios prometió en todas esas Escrituras usar para llevar a Israel al arrepentimiento.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Para volver a nuestro experimento mental, estamos ponderando la pregunta: “¿Cómo se relaciona la Tribulación de siete años con el propósito de Dios de glorificarse a través de su pueblo del pacto, Israel?” La respuesta sugerida: todo lo que hemos apelado como revelado en las Escrituras con respecto a esa temporada de terror de los últimos tiempos: el engaño seductor y el odio asesino diabólico del Anticristo, el terror indescriptible del poderío militar y tecnológico del mundo dispuesto para la destrucción del pueblo del pacto de Dios, la consiguiente desesperación existencial absoluta de esa nación hasta ahora rebelde, el conocimiento del mensaje del Evangelio que Dios hace saturar tan completamente al mundo incluso durante los siete años de pavor in crescendo, el recuerdo compartido de 2000 años de seguidores de Cristo batiéndose en las bendiciones del Nuevo Pacto, y ahora el glorioso descenso de un Jinete Blanco cuyo nombre es Fiel y Verdadero, que lleva una “espada afilada” para destruir a Sus enemigos, y que va acompañado de un ejército que ningún hombre puede contar: todo eso lo utilizará un Dios que cumple el pacto para llevar a una generación de israelitas vivos a clamar por salvación, individualmente en cuanto a la fe y universalmente en cuanto al número.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Ningún hijo caído de Adán se ha vuelto a Dios hasta que se le ha enseñado su total desesperanza sin la provisión de Dios; así será con el pueblo de Israel. Y debido a que es Dios quien en sus providencias de gracia lleva a los hombres orgullosos tan completamente al final de sí mismos que se arrojan sobre Su provisión, es Dios quien debe ser glorificado incluso por el hecho de que un hombre finalmente venga al arrepentimiento. En este importante y bíblicamente consistente sentido, la Tribulación de siete años puede ser considerada en verdad como una Terrible Bondad.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>EL REINO MILENARIO: EL CLAVO FINAL</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Una tercera y última etapa en el experimento mental que tenemos ante nosotros: ¿cómo se relaciona el reino milenario con los propósitos doxológicos de Dios en la historia humana? Al igual que en la última sección, comenzaré con una serie de proposiciones brevemente expuestas, no defendidas ni desarrolladas, que proporcionan los contornos básicos de este elemento de la cosmovisión premilenial dispensacional.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #1: El concepto de un reino literal de Dios en la tierra está sólidamente fundamentado en la historia real del Antiguo Testamento. En el Monte Sinaí la familia de Abraham se convirtió en la nación de Israel y Yahvé -en la persona de la Nube de Gloria- asumió Su trono como rey de esa nación (Éxodo 40:33-38). Esta teocracia (gobierno real de Yahvé como rey) perduró hasta que la Nube de Gloria partió en el 592 a.C. (Ez 11:22-23). Así, durante cientos de años Yahvé gobernó como un Rey literal, permanente y activo en Israel. [41] Pronunciaba unilateralmente el sistema de leyes por el que se regiría la sociedad; iba delante de la nación en sus viajes; dirigía a sus reyes guerreros en la batalla y a menudo intervenía directamente en nombre de la nación; debía ser consultado en asuntos de urgencia gubernamental o de dificultad judicial; invitaba a sus súbditos a acercarse a Él con cualquier preocupación o impulso espiritual que tuvieran en su corazón. Esta realidad de un reino enteramente literal, físico y funcional, gobernado personal y prácticamente por Yahvé, un reino más (aunque enteramente único) entre todos los demás reinos del mundo, es definitoria de la forma en que el reino de Dios se concibe en la mente del premilenarista dispensacional. [42]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #2: Cuando, en cumplimiento exacto de las promesas del pacto de juicio por el pecado, la relación teocrática fue suspendida (592 a.C., Ezequiel 11:22-23) Dios reveló claramente que la suspensión era temporal (Dan. 2 y 7), que después de una sucesión de cuatro reinos gentiles el Reino de Dios en la tierra se establecería de nuevo. Además, Daniel enfatizó, como lo habían hecho otras voces proféticas antes que él, que el reino de Dios de los últimos días en la tierra sería establecido y administrado por el ya tan esperado Mesías.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #3: Como se revela en las Escrituras hebreas, los justos de todas las épocas serán resucitados a ese reino mesiánico venidero y morarán <i>eternamente</i> en bendita comunión con Dios y Sus santos (Dan. 2:44; 7:14, 27; Ez. 37:25; Mi. 4:7). Es importante para nuestros propósitos aquí: en el Antiguo Testamento el reino mesiánico venidero es <i>eterno</i>: “un dominio eterno que no pasará” (Dan. 7:14).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #4: Ese reino tan básico y definitorio para la revelación de Dios de sí mismo y sus propósitos en el Antiguo Testamento es uno con el reino del que tanto se habla en el Nuevo Testamento. En resumen, Jesús no vino a redefinir el reino del Antiguo Testamento, sino a ofrecer ese reino a su generación. [43]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #5: La generación de Israel a la que Jesús se ofreció como Mesías y Rey rechazó sus pretensiones. Por lo tanto, Jesús anunció que “el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos” (Mateo 21:43). Así se introdujo un elemento imprevisto del programa de Dios: el Mesías ha venido, pero no establecerá su reino en ese momento, sino que se marchará por un tiempo y volverá más tarde para traer esa promesa de reino. Además, Jesús prometió que en el interregno levantaría un organismo llamado “la iglesia” (Mateo 16:18) cuya administración sería poner en evidencia el poder del Evangelio en lo que respecta a Él mismo (Ef 3:8-11) y llevar ese mensaje hasta los confines de la tierra (Mateo 28:18-20).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #6: Muy tarde en el desarrollo progresivo de la revelación del Nuevo Testamento se dio a conocer una nueva dinámica del programa del reino de Dios. En Apocalipsis 20:1-10, Juan reveló que el reino mesiánico eterno incluiría una etapa inicial [44] que será distinta de la etapa eterna en al menos cuatro aspectos: (1) será temporal (es decir, durará 1000 años -Apocalipsis 20:1-10); (2) incluirá tanto a seres humanos mortales como inmortales; (3) aunque al principio incluirá sólo a mortales regenerados, al final de los 1000 años habrá personas no regeneradas en el reino [45] ; y (4) será mediador (es decir, el Rey Jesús gobernará <i>en nombre de Dios el Padre</i>).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #7: El Mesías Jesús reinará en absoluta justicia y paz por 1000 años. La cultura-mundo utópica felizmente perfecta que el hombre ha idealizado y deseado desde el Edén será una realidad en todas sus partes. Lo que es innoble y malvado será despreciado y prohibido; lo que honra a Dios y es virtuoso será practicado y celebrado. Satanás quedará totalmente impotente como acusador y tentador durante todos esos años. En resumen, “Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar” (Hab 2:14).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #8: Pero al final de esa temporada de 1000 años, Satanás será desatado por un “pequeño tiempo” (Ap 20:3) y reunirá un vasto ejército de rebeldes humanos para levantarse contra el Rey Jesús (Ap 20:7-10). Luego, en su visión reveladora, Juan ve esa rebelión final poderosamente sofocada: “Pero descendió fuego del cielo y los devoró. Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap. 20:9-10). Y el fuego descendió del cielo desde Dios y los devoró.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Proposición #9: En este punto viene “el fin, cuando él [el Mesías Jesús] entregue el reino a Dios Padre” (1 Cor 15:24). [46] La Nueva Jerusalén descenderá a un “cielo nuevo y una tierra nueva” (Apocalipsis 21:1-2), el propio cosmos físico será “liberado de su esclavitud a la corrupción” (Rom 8:21), la morada de Dios volverá a estar “está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[a], y Dios mismo estará entre ellos” (Ap. 21:3-4).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Tal es el programa del Reino de las Escrituras tal como lo concibe el premilenarista dispensacional. El elemento de esa construcción que es el más incongruente para el no dispensacionalista -quizás incluso incoherente y problemático- es, curiosamente, el elemento que aborda más directamente la cuestión que se nos plantea en el experimento mental que nos ocupa. Esa pregunta: ¿cómo se relaciona el reino milenario con el programa doxológico de Dios para la historia humana? El elemento incongruente: ¿qué razón o propósito podría haber para una etapa inicial abortiva del reino eterno? Es decir, ¿por qué iba Dios a inaugurar el tan esperado reino mesiánico, sólo para que culminara en una breve rebelión pecaminosa que es nuevamente sofocada por la mano fuerte de Dios?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La revelación completa: reconocemos que las Escrituras no responden a esa pregunta de forma explícita. Por otro lado, para el premilenarista dispensacional se sugiere fácilmente una respuesta satisfactoria. Esa respuesta se puede sintetizar de la siguiente manera:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">1. La principal estrategia doxológica de Dios para glorificarse en la historia de la humanidad es el asombroso despliegue de su fidelidad al pacto, tal como se ve en la redención de una generación de Israel, tal como lo había prometido. Para esa redención es necesaria la inefable y gloriosa obra de la cruz del Hijo de Dios encarnado. En el momento del reino milenario, todo eso e infinitamente más ha sido realizado por el Dios de Israel y su Cristo. La historia está completamente contada y, por lo tanto, las criaturas racionales, mortales e inmortales, pueden reflexionar sobre esa narración a lo largo de la historia para aprender cuán sabio y amoroso y fiel y digno de adoración es el Dios que ha enmarcado y realizado ese asombroso drama.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">2. Ahora Dios tiene un momento cósmico de enseñanza más para la raza humana, un momento de enseñanza diseñado para confrontar práctica e innegablemente y concretamente a la humanidad con el esplendor infinito y la majestad inefable del Creador. Pero el hecho es que tales realidades no pueden ser concebidas o comprendidas por el hombre y la mujer (incluso los hombres y mujeres <i>redimidos</i>) como conceptos amorfos o puras abstracciones. Ciertamente, los seres humanos finitos nunca comprenderán plenamente los esplendores infinitos de Dios. Pero la comprensión finita de la humanidad se hará cada vez más profunda y más impactante para el alma a medida que esos esplendores divinos se manifiesten en la historia real . Más concretamente, las criaturas racionales finitas estarán mejor capacitadas para celebrar la inefable bondad de un Dios redentor cuando se les haga reconocer la asombrosa maldad de los hijos de Adán sin esa redención.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">3. A ese fin llega este momento de enseñanza que es la etapa inicial del reino eterno. Considera con qué infinito cuidado y diseño se prepara y presenta la lección. Las Escrituras identifican tres “enemigos del alma”, el mundo, la carne y el diablo. [47] Pero durante esta etapa inicial del reino eterno, la influencia de Satanás está totalmente ausente.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, <i>hasta que se cumplieran los mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.</i> (Ap, 20:1-3, énfasis añadido).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así que ninguna maldad o rebelión de los hombres durante esos 1000 años puede ser imputada a un Satanás tentador.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De nuevo, durante la etapa milenaria del reino, Jesús gobierna en absoluta justicia y paz. Isaías se regocija de que “la soberanía reposará sobre sus hombros [del Mesías],” de que “El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin,” y de que se sentará “sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre.” (Isaías 9:6, 7). Así que el “mundo” -el κοσμος o sistema mundial diseñado y dominado por Satanás y bañado en la maldad y la perversión durante todos los siglos desde la caída de Adán- será en ese día totalmente redimido y enderezado, ya que “El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo.” (Ap. 11:15).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así que aquí está el laboratorio moral ideado por Dios para proporcionar a las criaturas racionales finitas este momento culminante y cósmico de enseñanza. Durante la mayor parte de mil años, los seres humanos mortales viven bajo el reinado benéfico y omnisciente del Mesías/Rey Jesús. En toda su existencia no conocen nada de carencias, hambre, injusticia o abandono. No hay ningún enemigo espiritual que los ataque ni ningún sistema mundial destructivo que los perturbe. Y sin embargo, cuando al final de esa utopía milenaria, Satanás sea desatado por un “poco de tiempo,” [48] podrá “engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar.” (Ap. 20:8).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Cómo puede ser esto? Esos rebeldes nacieron y vivieron sus años disfrutando del Edén restaurado. El evangelio del poder salvador de la obra terminada en la cruz del Rey Jesús estuvo a su disposición durante todas las décadas y siglos de su vida adulta. Si tuvieran alguna duda sobre la veracidad de las narraciones o doctrinas bíblicas, podían consultar con los actores resucitados de esos dramas de siglos de duración; de hecho, incluso podían disfrutar de una audiencia con Su Majestad el Rey Jesús mismo. Y sin embargo, una multitud “cuyo número es como la arena del mar” se negó a doblar la rodilla ante ese Rey a lo largo de esos siglos. Aun cuando vivían bajo Su bondadoso y amoroso gobierno, albergaban un espíritu de rebelión desafiante que surgía de un corazón caído y orgulloso no regenerado. ¿Y dónde está la culpa moral de esa maldad? El diablo está atado; el mundo está purificado. Sólo puede haber un sucio pozo negro del que haya surgido tal espíritu de rebelión: la depravada naturaleza inmoral de los hijos de Adán.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así, un maestro divino omnisciente se las ingenia para enseñar a las criaturas finitas -hombres y ángeles- la desgarradora verdad sobre el miserable corazón del hombre caído. ¿Y con qué fin? Para que, con ese lamentable telón de fondo, esas criaturas puedan comprender y celebrar más a fondo la maravillosa gracia y bondad de un Dios que proporcionaría un camino para redimir a esos hombres y convertirlos en nuevas creaciones dignas de ser aceptadas por un Dios perfectamente santo y amoroso, y de tener comunión con él.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Cuál es el fin principal del hombre? Glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre. Pero el hombre no puede descubrir a Dios porque el hombre está doblemente incapacitado: es finito y por tanto no puede conocer a Dios, y está caído y por tanto no conocerá a Dios. Así que Dios debe tomar -y ha tomado- la iniciativa. A lo largo de toda la historia de la humanidad, Dios ha estado instruyendo cuidadosa y pacientemente a las criaturas racionales sobre quién es Él y por qué debe ser adorado. E incluso cuando se inaugura el reino mesiánico culminante, Dios sigue enseñando. Porque las glorias de la bondad, el poder y la sabiduría de Dios se apreciarán mejor con el telón de fondo de la maldad e indignidad del hombre, y debido a la renuencia del hombre a reconocer su miseria, Dios concibe una etapa inicial de ese reino mesiánico eterno que demostrará de la manera más poderosa y convincente la muerte espiritual del hombre no regenerado. Cuán justa es la condena de Dios a los hombres que rechazan la verdad y, por lo tanto, cuán inexpresablemente bondadosa e infinitamente sabia es la salvación de Dios de esos hombres que llegan a amar esa verdad. Así, el reino milenario bien podría entenderse como El Clavo Final en el ataúd espiritual del hombre sin el poder redentor de Dios.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>REPASO Y RESUMEN</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Volvemos por última vez al experimento mental que nos ocupa. La intención: reflexionar sobre el constructo dispensacional-premilenial desde la cosmovisión hermenéutica y teológica que define a esa comunidad; dar a la ballena la oportunidad de experimentar conceptualmente el mundo del elefante (o viceversa, ¡que el paciente lector elija!).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Destilada, la historia es ésta. La historia de la humanidad no trata sólo de la majestuosidad de Dios, sino de la <i>exhibición</i> de esa majestuosidad a las criaturas racionales. La historia mortal es, de hecho, la narrativa divinamente enmarcada y administrada que dará lugar a una innumerable multitud de seres humanos inmortales que, en una época venidera, celebrarán los esplendores del Dios trino. Pero ese drama histórico es también el <i>currículo</i> que esa compañía rescatada y resucitada saboreará y reflexionará a lo largo de esa era interminable, el medio por el que las mentes y los espíritus del alma que ya no están paralizados por el pecado llegarán a una comprensión cada vez más profunda, pero nunca exhaustiva, de la grandeza de ese Dios. Y la lección central que se debe aprender de la contemplación eterna de ese drama de siete milenios (y contando) es quién es ese Dios, Su <i>veracidad</i>, Su <i>integridad</i>, Su <i>fidelidad</i> a Su palabra, de hecho <i>la bondad amorosa que guarda el pacto</i> (חֶסֶד <i>hesed</i> ). Se manifiesta en todos sus tratos con la humanidad. Pero lo más notable e instructivo en el gran catálogo de líneas de la historia que hay que considerar, la línea argumental con la que todo se relaciona, es el trato de Dios con un pueblo llamado Israel.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>CONCLUSION</b></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Otra analogía relacionada con los elefantes, y un poco exagerada: Se dice que en el mundo antiguo Israel era famoso por tres maravillas: un día de la semana en el que nadie trabajaba, un templo en el que no había ni una sola estatua y un mar en el que incluso los elefantes flotaban. Pero ningún elefante disfrutaría probando esa tesis en las aguas salobres de ese Mar Muerto; sobreviviría pero no estaría cómodo. Hemos pedido al no dispensacionalista que explore el mundo conceptual del premilenarista dispensacional -para tratar de contemplar el constructo tan precioso y definitorio para una compañía significativa de sus hermanos evangélicos creyentes en la Biblia de hoy y de ayer- desde dentro de ese mismo constructo. Para el lector que ha sobrevivido al experimento, gratitud y elogios genuinos. No se pretende que lo anterior sea ningún tipo de expresión autoritativa o universalmente satisfactoria de esa construcción. Pero es un intento honesto de centrarse en lo que es distintivo de la construcción dispensacional-premilenarista, y de argumentar que esa construcción es un conjunto de ideas internamente coherente. ¿Es la construcción exegética e históricamente defendible? ¿Refleja una hermenéutica legítima? ¿Hace honor al catálogo adecuado de principios teológicos y prioridades filosóficas? Estas son cuestiones importantes para otro lugar. Este capítulo nació de la persuasión de que la conversación sobre los sistemas de pensamiento hermenéutico/teológico/escatológico que compiten entre sí podría verse favorecida por el esfuerzo. Si es así en algún lugar y en algún grado, entonces -como en todas las cosas- a Dios sea la gloria.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">______________</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">1 <a href="http://creeds.net/Westminster/shorter_catechism.html" rel="nofollow" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">http://creeds.net/Westminster/shorter_catechism.html</a> .</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">2 Véase el tratamiento muy útil de John Piper sobre este tema en “Biblical Texts to Show God’s Zeal for His Own Glory”, 24 de noviembre de 2007, que se encuentra en <a href="http://www.desiringgod.org/articles/biblical-texts-to-show-gods-zeal-for-his-own-glory" rel="nofollow" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">http://www.desiringgod.org/articles/biblical-texts-to-show-gods-zeal-for-his-own-glory</a> .</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">3 R. B. Gaffin Jr., “Glory, Glorification” in <i>Dictionary of Paul and His Letters</i> (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993), 348.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">4 C. C. Ryrie, en una obra que fue significativamente definitoria para la construcción dispensacionalista, (<i>Dispensationalism Today</i> [Chicago: Moody, 1965], 46) redujo ese conjunto de ideas a una triple condición, cuyo tercer elemento era la convicción de que “el propósito subyacente de Dios en el mundo” era y es “la gloria de Dios”. Ryrie puso esto en contraste con lo que él representaba como la posición del “teólogo del pacto [que] en la práctica hace de este propósito [subyacente] la salvación”. Esta afirmación específica fue recibida de forma bastante negativa en muchos sectores. Por lo tanto, ruego al lector que tenga paciencia y reconozca que estoy volviendo a ese tema, pero sólo porque los puntos finos del enfoque dispensacionalista de esta cuestión son fundamentales para la construcción y exigen ser considerados.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">5 John N. Oswalt, “943 כָבֵד,” <i>Theological Wordbook of the Old Testament</i> (Chicago: Moody, 1999), 426–27. Continúa reconociendo que el sentido físico literal de “pesado” se utiliza raramente en el AT (cf. el Sumo Sacerdote Elí [1 Sam 4:18] y el cabello de Absalón [2 Sam 14:26]), pero “el figurado (por ejemplo, “pesado por el pecado”) [es] más común”. Y concluye: “De este uso figurado se pasa fácilmente al concepto de persona ‘pesada’ en la sociedad, alguien honorable, impresionante, digno de respeto. Este último uso prevalece en más de la mitad de las veces.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">6 Encontrado en <a href="http://www.desiringgod.org/interviews/what-is-gods-glory" rel="nofollow" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">http://www.desiringgod.org/interviews/what-is-gods-glory</a> . Enfasis añadido.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">7 R. E. Nixon, “Glory,” <i>New Bible Dictionary</i> (Leicester, England; Downers Grove, IL: IVP, 1996), 415.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">8 Gaffin, “Glory, Glorification,” in <i>Dictionary of Paul and His Letters</i> , 348<i>.</i> Enfasis añadido.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">9 Nixon, “Glory,” <i>New Bible Dictionary</i> , 348, establece que en el NT, “… la LXX es seguida al traducir <i>kāb ôd </i>por doxa. En griego secular [dox a] significa “opinión” o “reputación”. La primera idea desaparece por completo en la LXX y NT..”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">10 Oswalt, “943 כָבֵד,” <i>Theological Wordbook of the Old Testament</i> , 426-27, énfasis añadido. Cf. Gerhard Kittel, <i>δόξα TDNT 2: 237</i>. Después de examinar el uso de δόξα en la literatura griega, afirma: “Incluso un estudio superficial de la posición en el NT revela una imagen totalmente diferente. El antiguo significado … “opinión” ha desaparecido por completo. No hay un solo ejemplo ni en el Nuevo Testamento ni en los padres post-apostólicos … Se ha agregado el significado … “resplandor”, “gloria”, que no se encuentra en el griego secular.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">11 Este punto difícilmente exige un refuerzo; es una definición del amilenarismo. Un ejemplo de esa afirmación es Louis Berkhof,, <i>Systematic Theology</i> (Grand Rapids: Eerdmans, 1938, 708): “Todas las grandes Confesiones de la Iglesia representan la resurrección general como simultánea con la segunda venida de Cristo, <i>el juicio final y el fin del mundo</i>” (énfasis agregado).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">12 Estas caracterizaciones no se hacen con intención polémica ni peyorativa. El único propósito es identificar lo que a primera vista parece ser un punto de distinción entre estos sistemas de pensamiento, por un lado, y el premilenarismo dispensacional, por otro..</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">13 Los ejemplos son legión, pero no parece necesario multiplicarlos aquí. Una iteración predominante de la idea es la Teología del Pacto formal que, con muchos matices y variaciones, considera la historia como el desarrollo del único Pacto de Gracia, el pacto por el que Dios “ofrece gratuitamente a los pecadores la vida y la salvación por medio de Jesucristo” (Confesión de Westminster, capítulo VII, artículo III). Por ejemplo, Daniel Hyde, de Ligonier Ministries, escribe: “Los cristianos reformados hablan de las Escrituras como el drama del despliegue del pacto de gracia de Dios” (artículo web, 26 de septiembre de 2014, en <a href="http://www.ligonier.org/blog/what-covenant-grace" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">http://www.ligonier.org/blog/what-covenant-grace</a> ). De nuevo, un artículo del Christian Research Journal afirma: “La Biblia es fundamentalmente un libro de historia -la historia de los actos redentores de Dios, pasados, presentes y futuros…. La Biblia, por tanto, puede entenderse mejor como una historia de la administración de un único plan divino para la redención del cosmos” (27:5, 2004)..</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><u>14</u> Este era el punto básico que Charles Ryrie exponía en el tercer elemento de su condición indispensable del dispensacionalismo (Ryrie, <i>Dispensationalism Today</i> ), el punto por el que se le reprendió tan a menudo. Aunque el punto que estoy desarrollando en este capítulo es bastante estándar en el dispensacionalismo, no estoy afirmando que cada premilenialista dispensacional necesariamente explicaría este concepto como yo..</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">15 Este concepto puede parecer novedoso, pero como veremos en el último párrafo del capítulo diez, el Obispo Episcopal William B. Nicholson hizo este mismo punto en 1878 en su mensaje en la primera Conferencia Internacional de Profecía. Nicholson dice: “Oh, esta restauración de Israel es el centro mismo de los propósitos de gracia de Dios con respecto al mundo.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">16 Michael Vlach, <i>He Will Reign Forever</i> (Silverton, OR: Lampion Press, 2017), 479.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">17 Hay cierta discusión sobre el pasaje específico que se cita en la frase final del argumento de Pablo en Romanos 11:27: “cuando quite sus pecados.” En efecto, Lange cita a varios comentaristas que remontan la afirmación a Jeremías 31:33, y luego alude a uno que “… piensa que es probable ‘que aquí, como en otras partes, [Pablo] no pretenda referirse exclusivamente a ninguna predicción, sino dar el sentido general de muchas declaraciones específicas de los antiguos profetas’.” Lange rechaza apropiadamente ambas propuestas. Pero esta última conjetura sirve para señalar que la simple afirmación de que Yahvé “quitará los pecados [de Israel]” es, de hecho, una promesa muy repetida en las Escrituras hebreas, hasta el punto de que es difícil saber qué promesa específica tiene en mente en 11:27b</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">18 Por ejemplo: Sal 130:7-8; Isa 33:24; 35:8-10; 44:3-5,21-23; 45:17; 46:13; 62:1,10-12; Jer 31:31-34; 33:7-9; 50:20; Ez 11:18-19; 36:22-28: Joel 2:28-29,32; 3:21; Mic 7:18-20; Zac 12:10-12; 13:1-2. Lo mismo Heb 8:8-12; 10:16,17.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">19 Cranfield enumera cuatro interpretaciones y sugiere como la más probable que “la nación Israel en su conjunto, pero sin incluir necesariamente a cada miembro individual” (C. E. B. Cranfield, <i>ICC:Romans</i>, Edimburgo: Clark, 1975-79, 2:576-77). Otros comentaristas y/o estudiosos enumeran docenas de significados sugeridos.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">20 O, tal vez, a la inversa: la construcción teológica de cada uno influirá fuertemente en la forma de interpretar πᾶς Ἰσραὴλ. Pero sería mejor que fuera al revés.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">21 No todos los israelitas vivos al comienzo de la Tribulación se salvarán en la Venida de Cristo porque Dios utiliza la última mitad de la Tribulación para “purgar a los rebeldes” (Ez 20:38; cf. 33-38). Zacarías proclama: “‘En toda la tierra -declara el Señor-, dos tercios serán cortados y perecerán, y un tercio quedará vivo. Y pondré este tercio en el fuego, y los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocarán mi nombre, y yo les responderé. Diré: “Son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”” (Zac 13,8-9). La generación que acepte unánimemente al Mesías es, por tanto, un tercio de la generación viva cuando comiencen los severos juicios de la Tribulación. Las Escrituras también parecen enseñar que la mayoría de los descendientes de esta generación serán creyentes en Jesucristo (Isa 61:9), de modo que el judío maldito (es decir, un no creyente) en el Reino Milenario es una rara excepción (Isa 65:20).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">22 Robert H. Mounce, <i>Romans</i> , vol. 27, The New American Commentary (Nashville: Broadman & Holman Publishers, 1995), 224. Comentario completo de Mounce sobre Romanos 11:26: “Obviamente, no se trataba de una acción unilateral de Dios en favor de su pueblo. La salvación de Israel sería sobre la misma base que la de cualquier otro, es decir, respondiendo con fe al perdón hecho posible por la muerte y resurrección de Jesucristo”.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">23 Para una caracterización de la teocracia y un estudio del papel que desempeña en la narrativa del AT, véase el Apéndice A: “La Naturaleza de la Teocracia del Antiguo Testamento”.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">24 El pasaje se cita y enfatiza de forma selectiva para hacer el punto en cuestión, pero al hacerlo he tenido cuidado de no distorsionar o comprometer el significado de este texto tan importante. Se ruega al lector que considere el pasaje cuidadosamente para determinar si he tenido éxito en ese esfuerzo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">25 Una vez más, esta propuesta no debe interpretarse como un desprecio o una desvalorización de la gloriosa e importantísima obra de la redención en Cristo. El intento no es taxonomizar las actividades de Dios en cuanto a su valor intrínseco o majestuosidad; es identificar la estrategia primaria que Dios ha elegido como medio de su propia gloria según las Escrituras.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">26 Los dispensacionalistas han hablado a veces de esta era presente como un “paréntesis”, y por ello se les ha acusado de tratarla como una “idea tardía”, una exigencia que Dios en cierto sentido no anticipó, o un “Plan B” que se hizo necesario porque el Plan A había fracasado con el rechazo de Jesús por la generación a la que vino. No creo que esta última acusación sea legítima (es decir, ningún dispensacionalista pensante concibió jamás la era actual como un Plan B), aunque reconozco que los dispensacionalistas han facilitado a veces esta acusación. Pero esa noción no tiene nada que ver con la discusión que nos ocupa.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">27 Es decir, un “reino con función sacerdotal”, una nación que Dios utilizaría -como nación- para mediar la verdad de Yahvé al resto de la humanidad, y un pueblo a través de cuyo sistema levítico divinamente provisto el resto de la humanidad podría acercarse a Yahvé.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">28 No todos los conversos/prosélitos asumieron un compromiso tan dramático como el de Rut. Compárese con Naamán, el leproso sirio (2 Reyes 5:17).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">29 La frase “hasta que llegue la plenitud de los gentiles” se interpreta ampliamente -universalmente, hasta donde puedo determinar- como “hasta que se haya redimido todo el número de gentiles” -un pensamiento feliz, especialmente para este escritor gentil. Pero la frase se leerá como un pensamiento infeliz si se informa de dos pasajes antecedentes y estrechamente relacionados: primero, Daniel 2 y 7, en los que dos visiones introducen un período de gobierno gentil que Israel debe soportar antes de que se establezca el Reino Mesiánico prometido, un período en el que el nombre de Dios será muy difamado y los propósitos de Dios serán despreciados y desafiados; y segundo, Lucas 21: 24, donde Jesús afirma que Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumplan “los tiempos de los gentiles”, lo que se entiende mejor como una referencia a ese concepto definido en Daniel 2 y 7. Si esta frase de Rom 11:25 se entiende como una referencia al período de sufrimiento judío y de deshonra divina que se predice en Daniel 2 y 7 (una lectura coherente con la tesis de que la principal estrategia doxológica de Dios es su trato de gracia con Israel), es un pensamiento de lo más melancólico para cualquiera que tenga un corazón para la gloria de Dios. ¿Podría ser indicativo de la tendencia del lector gentil a situarse demasiado en el centro de los propósitos de Dios el hecho de que la frase se tome tan a menudo, sin ningún intento de basarla en las Escrituras anteriores estrechamente relacionadas, para referirse a una reunión de conversos gentiles? ¿Y no constituiría tal lectura una violación de la advertencia hecha por Pablo en dos ocasiones en este pasaje: el mandato de no ser “arrogantes” contra las ramas que fueron cortadas (11:18), y más tarde la advertencia de no ser “sabios en vuestra propia opinión” (11:25).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">30 Así se identifica retrospectivamente en 2 Cor 3,14 y Heb 8,13. La referencia es a la Ley, la alianza mosaica, por la que en el monte Sinaí la familia de Abraham se convirtió en la nación de Israel, y por la que Yahvé se convirtió en Rey de ese pueblo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">31 Para un estudio de las promesas del “nuevo pacto” que se encuentran en las Escrituras hebreas, véase “<a href="https://evangelio.blog/2019/02/04/dispensacionalismo-la-iglesia-y-el-nuevo-pacto/" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">Dispensationalism, The Church, and The New Covenant”</a>, R. Bruce Compton,<i> Detroit Baptist Seminary Journal</i>, 8 (otoño de 2003):3-48, especialmente la sección titulada “Panorama Sobre el Antiguo Testamento”.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">32 De forma más explícita en el texto más definitorio, “<i>Haré un nuevo pacto con la casa de Israel y la casa de Judá</i> , (Jer 31:31), y de nuevo en 31:33, “Porque ésta es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, declara Yahvé ” (Jer 31:33). Yahvé especifica aún más los destinatarios del anticipado “nuevo pacto” cuando afirma que no será “como el pacto que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron” (Jer 31:32, mi énfasis a lo largo de estas citas bíblicas). Se trata de una referencia al pacto mosaico que, ciertamente, Dios hizo sólo con la nación de Israel. Por último, en referencia a los destinatarios de ese nuevo pacto, Yahvé afirma que sólo si las luces que Él ha puesto en los cielos dejan de brillar “la descendencia de Israel dejará de ser una nación ante mí para siempre” (Jer 31:36).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">33 El hecho bíblico de que a los creyentes de esta época se les garantizan las bendiciones del nuevo pacto se ha invocado a menudo como prueba del supersesionismo. Por ejemplo, Loraine Boettner, <i>The Meaning of the Millennium: Four Views</i> , ed. Robert G. Clouse (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1977), afirma: “… el Antiguo Pacto, que tenemos en la primera parte de nuestras Biblias en el Antiguo Testamento, fue hecho exclusivamente con la nación de Israel. … ahora ha sido reemplazado por el Nuevo Pacto, que llamamos el Nuevo Testamento, que fue hecho exclusivamente con la iglesia”. De hecho, el enigma que tenemos ante nosotros ha generado explicaciones muy divergentes incluso dentro del campo premilenial dispensacional; para un estudio de esas explicaciones, véase, Compton, “<a href="https://evangelio.blog/2019/02/04/dispensacionalismo-la-iglesia-y-el-nuevo-pacto/" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">Dispensationalism, The Church, and The New Covenant</a>,” DBSJ , bajo “Major Views.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">34 Es decir, no previsto <i>en las promesas de las Escrituras hebreas.</i> Ciertamente, esta realidad no fue en ningún sentido imprevista por Dios; de hecho, se aprecia mejor como una parte deliberada e integral del plan infinitamente sabio y perseverante de Dios para cumplir su promesa del pacto a la simiente de Abraham.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">35 εἰς το παραζηλωσαι, propósito expresado por εἰς con el infinitivo articular; una fuerte declaración de propósito, “para. …” Dios se sirve de los gentiles para llevar a los judíos a Cristo, y, por otra parte, Dios se sirve de la salvación de la nación de Israel para llevar a las naciones gentiles a Él (ver Ez 36,23-36; Rom 11,30-31). No hay prejuicios raciales con Dios (Rom 2:11-12). Véase además nuestro capítulo once, una exposición de Romanos 11.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">36 Véase <a href="https://www.oneforisrael.org/met-messiah-jewish-testimonies/" rel="nofollow" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">https://www.oneforisrael.org/met-messiah-jewish-testimonies/</a>, por ejemplo, el testimonio de una mujer judía que vino a Cristo gracias al testimonio y al cambio de vida de su hermana.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">37 Véase la siguiente sección de este capítulo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">38 En este sentido, los creyentes gentiles de toda esta época podrían reconocer con una mujer sirofenicia que hace tanto tiempo impresionó a nuestro Señor con su espíritu sumiso y confiado que nosotros también somos los “perrillos debajo de la mesa que comen las migajas de los hijos” (Marcos 7:28). En la imagen de Jesús, aquella mujer era un “perrillos” y no uno de los “hijos” sólo porque era gentil, como lo somos muchos de nosotros. Resulta adecuadamente humilde aceptar el contraste del Señor entre los “hijos” judíos y los “perros” gentiles. Pero ciertamente, el punto a destacar es que es infinita y eternamente bendecido ser hecho partícipe de las bendiciones del Nuevo Pacto prometidas a Israel, pero provistas para los gentiles en el tiempo y los propósitos de Dios. De hecho, para aplicar la imagen de la palabra de Jesús teológicamente, ¡esas bendiciones del Nuevo Pacto son migajas muy sabrosas!</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">39 Sin duda, el término “literal” con respecto a la hermenéutica se discute mucho y se define de forma variada. Pido al lector que mantenga el “experimento mental” y asigne al término la connotación que pretende el premilenarista dispensacional: “literalmente” en el sentido de “normalmente”, como se entienden intuitivamente las palabras escritas en las situaciones cotidianas de la vida; “… las palabras de los autores de la Escritura deben significar lo que ordinariamente significaron cuando se les concedió su <i>usus loquendi</i>, es decir, su sentido hablado en contextos similares de aquel día” (Walter C. Kaiser, Jr, <i>The Messiah in the Old Testament</i> [Grand Rapids: Zondervan, 1995], 25). ¿Es ésta la forma adecuada de leer las Escrituras? ¿Podría utilizarse justificadamente el término “literalmente” para describir enfoques no dispensadores de las Escrituras? Estas son preguntas que merecen ser discutidas, pero no son el tema que nos ocupa. De hecho, la hermenéutica dispensacional es ciertamente distinguible de una hermenéutica no dispensacional. Esta es la razón más básica por la que existen los sistemas de pensamiento bíblico que compiten entre sí. La intención aquí es invitar al no dispensacionalista a entrar en el universo del pensamiento premilenial dispensacional para apreciar por qué lee las Escrituras como lo hace.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">40 Además, si el libro del Apocalipsis se lee desde la perspectiva futurista/literalista dispensacional, desarrolla precisamente este tema con detalles desgarradores y gráficos. Es decir, en un crescendo de terror y desesperación, se rompen siete sellos, se tocan siete trompetas y se vacían siete copas (capítulos 4-18). Y entonces, cuando parece que no hay esperanza para el pueblo asediado de Dios, el Jinete Blanco desciende para rescatar a ese pueblo. De hecho, la anticipación del AT de que Dios utilizará un horror del final de los tiempos para volver a su pueblo hacia sí mismo se repite a menudo en el NT, pero ese tema probablemente será subestimado si la lectura del NT no está informada por el AT.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">41 De acuerdo con 1 Re 6:1, el Éxodo y luego la ratificación del Pacto Mosaico (por el cual Yahvé se convirtió en Rey de la nación de Israel) ocurrieron en 1446 a.C. Ezequiel data su visión de la Nube de Gloria que se va (8:1-11:23) como ocurrida en el 592 a.C. Por lo tanto, el arreglo teocrático perduró desde 1446 hasta 592 a.C., es decir, unos 8½ siglos.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">42 Es decir, la idea de un futuro reino literal de Dios en la tierra es más convincente si uno está persuadido de que tal reino literal se obtuvo en el pasado.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">43 Muchos dispensacionalistas abrazan la idea de que Jesús introdujo algún elemento o forma “misteriosa” del reino. Arnold Fruchtenbaum, en una entrada de blog titulada “La Forma Misteriosa del Reino”, postula que las parábolas de Jesús enseñan un “Reino hasta ahora no revelado que abarca la época entre la Primera y la Segunda Venida del Mesías”. Más específicamente, comenzó con el rechazo de Su Mesías en Mateo 12 y continuará hasta que Israel acepte Su Mesías justo antes de la Segunda Venida” (<a href="https://raptureforums.com/forums/threads/the-mystery-of-the-kingdom-by-dr-arnold-fruchtenbaum.128731/" style="color: #e77e23; text-decoration-line: none;">https://raptureforums.com/forums/threads/the-mystery-of-the-kingdom-by-dr-arnold-fruchtenbaum.128731/</a> ). Algunos dispensacionalistas rechazan esta idea (incluyendo este escritor). Pero los dispensacionalistas insistirán unánimemente en que, independientemente de cómo se entienda esa “forma misteriosa” del reino recién introducida, no sustituye ni compromete el reino literal, físico y mundial de Cristo de Dios que se predice en las Escrituras hebreas (cf. Dan. 2:44; 7:27; Is. 2:2-4; 9:6-7; 11:1-9; Amós 9:11-15; Zac. 2:10-12; 9:9-10; etc.). Para una excelente exposición de las parábolas que describen los misterios del reino en Mateo 13, véase Michael Vlach, <i>He Will Reign Forever</i> (Silverton, OR: Lampion Press, 2017), 325-34.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">44 El hecho de que el reino de 1000 años de Apocalipsis 20:1-10 deba entenderse como la etapa inicial del reino eterno es una función de la convicción dispensacionalista de que el AT debe informar al NT. El AT es explícito en cuanto a que el reino será eterno. Desde el punto de vista hermenéutico y bibliológico dispensacional, la revelación posterior no puede rechazar o contradecir la revelación anterior, aunque sí la amplía y la mejora.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">45 Estos dos elementos (2) y (3) están en función de dos realidades exegéticas/teológicas. En primer lugar, el juicio de Mateo 25:31-46 (“las ovejas y las cabras”) demuestra que hay seres humanos que sobreviven a la Tribulación y son introducidos en el Reino en cuerpos mortales. En segundo lugar, la rebelión al final del milenio (Apocalipsis 20:3, 7-10) muestra que, con el tiempo, los seres humanos no regenerados forman parte de ese reino milenario. Estas personas perdidas deben ser aquellas que nacieron de aquellos creyentes que entraron en el reino en cuerpos mortales; esos hijos luego se negaron a dar su lealtad al Rey Jesús.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">46 Una nota importante: es en este punto que el reino de Dios deja de ser bemediático. Es decir, en los días pasados de la teocracia y durante el futuro reino milenario, el Rey Yahvé gobernó y gobernará a través de algún intermediario humano (Moisés, Josué, Jueces locales, reyes humanos, el Hijo del Hombre). Al comenzar la etapa eterna del reino, Yahvé establece su sala del trono entre los hombres y gobierna y se relaciona directamente con la creación redimida. De hecho, las cuatro distinciones de la etapa milenaria inicial del reino eterno serán eliminadas.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">47 Este es el resumen más tradicional de las fuentes de tentación a las que se enfrentan los hombres. El pasaje que más claramente sugiere este resumen es Efe. 2:1-3 “Él os dio vida a vosotros, que estabais[a] muertos en[b] vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Popularmente se ha dicho que el cristiano es como una ciudad fortificada asaltada por tres enemigos; el problema es que uno de esos enemigos está en el interior de las murallas tratando de dejar entrar a los otros.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">48 Nótese que este es el sentido de la frase μικρὸν χρόνον, “poco tiempo”, en la descripción de la rebelión final: después de 1000 años de gobierno justo del Rey Jesús, Satanás podrá reunir <i>muy</i> <i>rápidamente</i> un ejército de rebeldes mortales para hacer una guerra inútil contra el Señor. Asimismo, Satanás y los rebeldes son destruidos inmediatamente.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-12356297336170755932021-11-10T10:48:00.003-06:002021-11-10T10:48:23.015-06:00La Reprensión de Jesús a los Abusadores Espirituales (7ª. Parte)<h1 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-AHrHd3O047M/YYv3ov4JT0I/AAAAAAAApPs/IRUEFFdg22US9vbdj7iCdt7-7t3GafejwCLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021109_01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-AHrHd3O047M/YYv3ov4JT0I/AAAAAAAApPs/IRUEFFdg22US9vbdj7iCdt7-7t3GafejwCLcBGAsYHQ/w640-h360/ESJ_BLG_2021109_01.jpg" width="640" /></a></div><br />La Reprensión de Jesús a los Abusadores Espirituales (7ª. Parte)</h1><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">POR DAVE DUNHAM</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Esta serie está en medio de la exploración de las características de los abusadores espirituales a través de la lente de la reprensión de Jesús a los fariseos en Mateo 23. En este capítulo, Jesús confronta y desafía a los líderes religiosos en una serie de comportamientos hipócritas y opresivos. Sus fuertes palabras contra los abusadores espirituales pueden ser un estímulo para las víctimas y un desafío para los opresores. En los versículos 25 y 26, en particular, cuestiona los motivos de sus comportamientos. Los abusadores espirituales suelen caracterizarse por la codicia y la autocomplacencia.<span></span></p><a name='more'></a><span id="more-29980"></span><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Jesús ya ha señalado la obsesión del abusador espiritual por la apariencia externa (v. 5-7). Habla con más fuerza en los versículos 27-28, donde compara a los líderes religiosos con tumbas blanqueadas pero llenas de “huesos de muertos e impurezas”. Lo vuelve a señalar en los versículos 25-26:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><i>!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. !Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.</i></p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los líderes religiosos limpian el exterior de la copa, pero el interior está lleno de suciedad. La copa parece tan prístina y limpia. Parece la copa de la que querrías beber… siempre y cuando no la inclines hacia tu cara. Por dentro es cualquier cosa menos limpia. Habiendo abordado ya la superficialidad, estos versículos destacan los motivos que impulsan esta hipocresía: la codicia y la autocomplacencia.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Muchos abusadores espirituales son impulsados por la codicia. Esa codicia puede ser puramente financiera, como la de tantos falsos maestros que usan el miedo para inducir a la gente a darles dinero, o puede ser una codicia de favores, poder o influencia. Los abusadores ávidos de poder manipulan a otros para mantener el control sobre los demás, para aumentar su plataforma e influencia. Están ávidos de poder. La codicia busca activamente más. Ansía y persigue un mayor beneficio personal. En las relaciones abusivas, los que tienen todo el poder lo usarán para mantener su ganancia personal y avanzar, y a menudo a un gran costo para los que están bajo su control.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los abusadores espirituales usarán las Escrituras o la doctrina para justificar o promover su codicia. En Mateo 23 ya hemos visto cómo los líderes religiosos utilizan el conocimiento espiritual para eximirse de tener que dar sacrificios o cumplir sus palabras. Ellos juraron, pero no por el oro del templo (v. 16), por lo tanto no tienen que cumplir su juramento. La codicia lleva al abusador espiritual a manipular, controlar, justificar, condenar y degradar. Ellos pueden ser codiciosos de ganancias financieras o posesiones, o pueden ser codiciosos de poder e influencia. De cualquier manera, parecerán limpios por fuera, pero están llenos de codicia por dentro.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los abusadores son fundamentalmente personas egoístas, y su comportamiento abusivo es utilizado para que todos los demás alimenten ese egoísmo. Así, un esposo espiritualmente abusivo notará que las Escrituras llaman a las esposas a “respetar” a sus esposos y usará esto para argumentar que sus preferencias importan más que las de cualquier otra persona en la familia. Respetar a su marido significa ceder a sus deseos en todo. Por lo tanto, se espera que las esposas preparen la comida que sus esposos quieren, apoyen todas las actividades recreativas que sus esposos quieren, limpien la casa como ellos quieren que se limpie, y se vistan y luzcan como ellos quieren que luzca una esposa. Sus preferencias son de suprema importancia en la familia y él usará las Escrituras para insistir en que su esposa alimente su egoísmo. Algunos maestros cristianos modernos hoy en día perpetúan estas ideas afirmando que los maridos tienen el derecho de esperar que sus preferencias sean honradas, y las esposas tienen la responsabilidad de honrar esas preferencias. Así, Martha Peace sostiene que las esposas deben someterse a las normas de su marido en cuanto a los platos lavados (“La sumisión de la burbuja de jabón”), Emily Jensen sostiene que si su marido quiere un desayuno caliente cada mañana, entonces una buena esposa debe levantarse temprano y prepararle el desayuno (“Las esposas se someten a las preferencias de sus maridos”). Sin embargo, eso no es lo que dice el texto y no hace nada para proteger a las víctimas de abuso de ser controladas y manejadas por sus esposos.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Las Escrituras llaman a los maridos a “morir a sí mismos” como Cristo murió por el bien de su esposa, la iglesia (Ef. 5:25). Los deseos, las exigencias y las expectativas de un esposo deben sacrificarse por el bien de su esposa. El matrimonio no consiste en servir a las preferencias egoístas del marido. Se trata de honrar conjuntamente al Señor. Sea como sea que hablemos de la sumisión en el matrimonio – y debemos hablar de ella ya que está en las Escrituras – nunca debemos enmarcarla de una manera que promueva el egoísmo y la auto-indulgencia del marido.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los abusadores espirituales son impulsados por el egoísmo y la codicia. Cristo llama a los esposos a modelar su auto-sacrificio. Si un hombre nunca se niega a sí mismo, nunca se sacrifica por el bien de los demás, siempre justifica sus demandas porque es “lo mejor para la familia”, entonces está revelando motivos que Jesús reprende. La Iglesia debería reprender también esos motivos.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-52131625996422354902021-11-10T10:45:00.001-06:002021-11-10T10:45:20.146-06:00El Reino “Se Ha Acercado”<h1 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vjRMdJdpZvY/YYv237lGZcI/AAAAAAAApPk/sCNykLKdkqEVt3nio7I6mGX6FP7S2dT5QCLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021108_04.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="384" src="https://1.bp.blogspot.com/-vjRMdJdpZvY/YYv237lGZcI/AAAAAAAApPk/sCNykLKdkqEVt3nio7I6mGX6FP7S2dT5QCLcBGAsYHQ/w683-h384/ESJ_BLG_2021108_04.jpg" width="683" /></a></div><br />El Reino “Se Ha Acercado”</h1><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><i>Mateo 3:2 y 4:17</i></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">POR MICHAEL J. VLACH</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En Mateo 3, el precursor del Rey, Juan el Bautista, llegó predicando al desierto de Judea. Su mensaje fue: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (3:2). Poco después, Jesús comenzó su ministerio con el mismo mensaje: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). ¿Qué quisieron decir Juan y Jesús con estas palabras que resumían sus ministerios?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Antes de ver los detalles de esta declaración, es importante el trasfondo veterotestamentario de este concepto. En múltiples ocasiones, los profetas del AT declararon que el arrepentimiento nacional por parte de Israel traería las bendiciones del reino y el restablecimiento de las bendiciones del Pacto de Abraham. Pasajes como Levítico 26:40-45; Jeremías 3:12-18; y 2 Crónicas 7:13-14 lo revelan:<span></span></p><a name='more'></a><span id="more-29976"></span><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Lev 26:40–45</b> :</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“<i>Si</i> confiesan [Israel] su iniquidad . . .</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“<i>entonces</i> yo me acordaré de mi pacto con Jacob . . . y me acordaré de la tierra.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Jer 3:12–18</b> :</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“<i>Regresa, </i>infiel Israel» —declara el Señor. . .”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“Entonces, les daré . . . (pastores para apacentar, prosperidad en la tierra, presencia de Dios, naciones que vienen a Jerusalén, unificación de Israel)</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>2 Cron. 7:13–14</b> :</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“ <i>Si</i> . . . se humillare mi pueblo . . . buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">“ <i>entonces</i> yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La relación de causa y efecto es notable. Si Israel se arrepiente entonces Dios lo bendice. Estos pasajes suponen la desobediencia de Israel y las consecuencias de la traición al pacto. Pero la esperanza existe. Si Israel se arrepiente entonces llegarán las bendiciones del reino y se producirá una inversión de las circunstancias negativas. Esta restauración incluye la salvación espiritual y la prosperidad física, incluida la tierra. Como veremos, la declaración: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado,” muestra que el Mesías de Israel estaba ahora en medio de Israel y el reino estaba al borde. Pero el arrepentimiento sería necesario para que Israel heredara este reino. Lo que los profetas del AT predijeron era ahora una realidad inminente y una elección para Israel. ¿Qué elegirán?</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>El Reino de los Cielos</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La expresión “reino de los cielos” es distinto en el Evangelio de Mateo [335] y aparece treinta y dos veces [336]. Aunque no se encuentra en el AT, parece depender de Daniel 2-7 [337] y del mensaje de Daniel sobre un reino de los cielos que sustituirá drásticamente a los reinos terrestres existentes. El título “reino de los cielos” no significa que el reino sea el “cielo” mismo o que el reino no tenga nada que ver con la tierra. Por el contrario, la fuente del reino es el cielo. El cielo es el lugar de donde procede aunque tome una forma terrenal tangible. [338]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Mateo y otros escritores del NT también utilizarán la frase “reino de Dios”. ¿Qué relación tienen las denominaciones “reino de Dios” y “reino de los cielos”? Aunque algunos han afirmado que son diferentes, no es así. El mismo reino está en mente con ambas frases. Como señala Pennington: “En doce ocasiones, el reino de los cielos de Mateo está en paralelo directo con el “reino de Dios” de Marcos y Lucas, y está claro que la frase de Mateo se refiere a lo mismo que los otros evangelistas, así como a otros autores del NT.” [339] Además, la frase “reino de Dios” es paralela a la frase “reino de los cielos,” ya que el reino viene de Dios. En conjunto, el reino viene del cielo y de Dios.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hay otras cuestiones importantes con respecto a este “reino de los cielos” que se dice que está “cerca”. Primero, ¿qué es específicamente este reino ( <i>basileia</i> ) de los cielos? Y segundo, ¿en qué sentido estaba este reino “cerca”? ¿Llegó con la primera venida de Jesús o era inminente estando supeditado a otros factores? Pasamos ahora a tratar estas cuestiones</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>La Naturaleza del Reino</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre la naturaleza del reino que proclamaron Juan y Jesús. Hay tres interpretaciones principales. La primera es la visión del “reino completo”. Ésta afirma que Juan y Jesús proclamaban la proximidad del reino profetizado del AT en todas sus dimensiones. Esto incluía no sólo la salvación y las bendiciones espirituales, sino también las bendiciones físicas y nacionales. Esto implicaba el cumplimiento de las promesas a Israel. Así, todo el paquete de bendiciones del reino estaba “a la mano”. Con esta perspectiva, el reino en todas sus dimensiones estaba a punto de llegar cuando Juan y Jesús lo proclamaron. La condición para su llegada era el arrepentimiento y la creencia por parte de Israel, a quien se le presentaba la proximidad del reino. Esta perspectiva ve mucha continuidad con la expectativa del reino en el AT y lo que el público judío de Juan y Jesús habría entendido. El reino de los profetas del AT era el mismo reino que Juan y Jesús proclamaban.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Una segunda interpretación entiende que el “reino de los cielos” es de naturaleza espiritual. Así, Juan y Jesús no proclamaban un reino terrenal para Israel, sino que anunciaban un reino espiritual de salvación para los individuos. Esta perspectiva implica una importante superación y redefinición de la expectativa del AT que hablaba de bendiciones materiales y nacionales junto a las espirituales.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Un tercer punto de vista es que el reino proclamado por Juan y Jesús era un reino “ya/todavía no.” Jesús inauguró el reino Davídico/Mesiánico. Sin embargo, la consumación del reino viene después. Los detalles de lo que se inauguró exactamente no siempre están claros para los que defienden este punto de vista. Pero la presencia de Jesús mismo, sus milagros, y la salvación que trajo son a menudo vistos como manifestaciones de un “ya” o inaugurado reino Davídico de Jesús. Pero asuntos como la creación restaurada y la vindicación del pueblo de Dios esperan la segunda venida de Jesús. Así, con este tercer punto de vista, el reino Davídico llegó realmente con la primera venida de Jesús, pero la plena manifestación del reino es todavía futura con su segunda venida. Al hablar de la proximidad del reino en Mateo 3:2 y 4:17, un autor afirma: “Una forma común y útil de describir la naturaleza dinámica del reino de Dios es decir que ha sido inaugurado en la primera venida de Jesús y que se consumará cuando él regrese.” [340]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Cuál es el mejor punto de vista? Desde nuestro punto de vista, hay que descartar el punto de vista del reino espiritual solamente. Dado que la creación de Dios incluye tanto elementos espirituales como físicos, la restauración de todas las cosas debe incluir tanto la dimensión espiritual como la física. Según Mateo 5:5 las bendiciones del reino incluyen heredar la tierra, que es una bendición física. La opinión de que Jesús sólo presenta un reino espiritual parece más acorde con un dualismo platónico entre espíritu y materia que con una cosmovisión bíblica. Esta perspectiva es la que menos credibilidad tiene y debe ser rechazada.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La perspectiva “ya/todavía no” es probablemente el punto de vista dominante de los eruditos cristianos hoy en día. Este punto de vista tiene más ventajas que el del reino espiritual, ya que entiende que el reino presentado por Juan y Jesús es más que un reino espiritual. Sin embargo, no hace justicia al paquete completo de bendiciones del reino presentado por Juan y Jesús en el momento de sus pronunciamientos. Tampoco tiene en cuenta la importancia de la respuesta de Israel a la presentación del reino en ese momento y la realidad de que podrían haber llegado más aspectos del reino si Israel se hubiera arrepentido (véase Lucas 19:41-44).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">También, en retrospectiva, ahora sabemos que habrá dos venidas de Jesús y que las bendiciones del reino serán parte de su segunda venida. Pero las dos venidas de Jesús no fueron reveladas hasta Mateo 13. La cuestión clave se refiere a lo que se presenta en el momento de Mateo 3:2 y 4:17.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La mejor interpretación es que la presentación del reino por parte de Juan y de Jesús incluía el paquete completo de bendiciones del reino tal y como se había predicho en el AT. A medida que el mensaje del reino se desarrollaba en tiempo real, se hacía evidente que habría dos venidas del Rey. Pero esto no niega la realidad de que el reino en su totalidad fue proclamado como cercano cuando Juan y Jesús comenzaron sus ministerios. Ya en Mateo 5:5 Jesús habló de heredar la “tierra”. En Lucas 19, Jesús dijo al pueblo de Jerusalén que podría haber tenido “paz” (v. 42), pero que, en cambio, se produciría una destrucción catastrófica de Jerusalén porque Israel “no reconoció el tiempo de su visitación” (Lucas 19:44). El potencial de la paz nacional debe haber sido parte del mensaje original del reino de Jesús a Israel, ya que el rechazo del Rey y de su reino significaba la destrucción nacional. [341] Además, Jesús “lloró” cuando vio la ciudad de Jerusalén (41-42), lo que demuestra que se presentó una oferta real de paz a Israel. Sus emociones revelan la autenticidad de la oferta del reino, que incluía la paz para el pueblo de Israel. Dado que Jesús se afligió por la pérdida de la paz nacional, la oferta de paz nacional debe haber sido genuina.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hay una fina línea entre la visión del reino completo y la perspectiva del ya/todavía no. La principal diferencia radica en la intención de Juan y Jesús cuando proclamaron la proximidad del reino. El punto de vista del paquete completo ve más elementos del reino que se presentan al principio de los Evangelios, incluyendo las bendiciones completas del reino prometido para Israel. Esto implica promesas físicas y nacionales además de las bendiciones asociadas a la salvación personal.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>La Expectativa de Juan el Bautista</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Qué quería decir Juan el Bautista con su declaración de que el reino de los cielos estaba “cerca”? Lo más probable es que Juan estuviera anticipando y proclamando un reino terrenal consistente con lo predicho en el AT. Ellison observa correctamente: “Es importante que estos aspectos físicos del reino no se descarten en la introducción de Juan”. [342] Incluso George E. Ladd, que sostenía que Jesús redirigió la expectativa del AT de un reino terrenal, declaró: “Juan el Bautista había anunciado la venida del Reino de Dios (Mt. 3:2) por lo que entendía la venida del Reino predicho en el Antiguo Testamento.” [343] Asimismo, A. B. Bruce declaró: “Sabemos lo que Juan quería decir cuando hablaba del reino. Se refería al pueblo de Israel convertido a la justicia, y en consecuencia bendecido con la prosperidad nacional.” [344]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Es evidente por el contexto, que Juan proclamó un reino terrenal para Israel y no sólo un reino “espiritual”. Juan no ofreció ninguna explicación de este reino que anunció, esperando que su audiencia entendiera su naturaleza. Ridderbos señala que este reino de los cielos “no era desconocido para aquellos a los que se dirigía este mensaje, sino que estaba calculado para encontrar una respuesta inmediata en ellos,” [345] Si el AT anticipaba un reino terrenal y Juan proclamaba ahora un reino espiritual o “ya”, ¿por qué no hay una definición o redefinición del reino? La falta de lenguaje calificativo muestra que la expectativa de un reino terrenal era correcta. Cuando los oyentes judíos del mensaje de Juan escucharon el término “reino”, les vino a la mente un reino terrenal, no un reino espiritual sobre los corazones de los hombres. Parece poco probable que Juan se refiriera a un reino espiritual sabiendo que sus oyentes estarían pensando en un reino terrenal. Estamos de acuerdo con McClain en que “la ausencia de cualquier definición formal del Reino en su anuncio inicial indica que se esperaba que los oyentes judíos supieran exactamente a qué Reino se refería.” [346]</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>El Significado “Se Ha Acercado”</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La siguiente cuestión importante en Mateo 3:2 tiene que ver con el significado de “se ha acercado”. ¿Cómo es que el reino de los cielos “se ha hacercado”? ¿Quiere decir Juan que el reino había llegado? ¿O quiere decir “cercano,” “inminente” o “próximo”? Si Juan quiso decir “presente” o “llegado,” entonces debe haber un sentido en el que el reino de Dios había llegado realmente y estaba en funcionamiento cuando él hizo su proclamación. Pero si Juan quiso decir “se ha acercado,” entonces el reino es inminente o está al borde, pero no ha llegado realmente, aunque su presencia está muy cerca. Para usar un ejemplo común, hay una diferencia entre que los parientes de fuera del estado lleguen realmente a tu casa y que estos parientes estén tan cerca que su llegada podría ocurrir en cualquier momento.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La palabra que Juan utiliza para “se ha acercado” es <i>engiken</i> . El verbo está relacionado <i>conengidzo</i>, que significa “acercar,” “acercarse” o “cercano.”. El término está relacionado con la idea de inminencia. Nótese otros usos de <i>engiken</i>: [347]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Mat. 26:45</b>: Entonces vino a los discípulos y les dijo*: ¿Todavía estáis durmiendo y descansando? He aquí, <i>ha llegado la hora</i> [<i>engiken</i>], y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Mat. 26:46</b>: ¡Levantaos! ¡Vamos! Mirad, <i>está cerca</i> el que me entrega.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Lucas 21:20</b> : “Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación <i>está cerca</i>.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Rom. 13:12a</b> : La noche está muy avanzada, y el día <i>está cerca.</i></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>Santiago 5:8:</b> Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor <i>está cerca</i>.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><b>1 Pedro. 4:7a</b> : Mas el fin de todas las cosas <i>se acerca</i>.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Como muestran estos ejemplos, <i>engiken</i> está estrechamente ligado al concepto de inminencia. El verbo apunta a acontecimientos inminentes o próximos, acontecimientos que están al borde pero que no han llegado. Ninguno de los ejemplos anteriores muestra que los acontecimientos “cercanos” hayan ocurrido todavía, pero estaban muy cerca. Robert Gundry sostiene que <i>engiken</i> “indica proximidad, hasta el punto de llegada, pero sin incluirlo.” [348] Esta gobierno de Dios “esta al borde de de llegar.” [349]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los catorce usos de <i>engiken</i> en el NT parecen llevar este sentido de inminencia. Este punto es importante para nuestra comprensión del reino. Cuando Juan y Jesús declaran que el reino “se ha acecado” (Mt 3:2; 4:17), no están diciendo que “ha llegado”. Están diciendo que está “al borde” o es “inminente”. Esto apoya la opinión de que el reino no llegó con sus pronunciamientos personales en este punto.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Algunos estudiosos han entendido que <i>engiken</i> significa “llegado”. [350] Para ellos, la proclamación de la proximidad del reino era una declaración de que el reino se había establecido. Pero esto es cuestionable por varias razones. En primer lugar, no es coherente con el sentido habitual de <i>engiken</i> en el NT. Mientras que la inminencia a menudo conduce a la llegada, no hay casos claros en los que “llegada” parece ser un entendimiento más preciso que “a la mano” o “cerca”. En segundo lugar, con respecto a Juan, ¿en qué sentido puede el precursor del Rey traer la llegada del reino? Juan no tenía autoridad para traer el reino cuando el ministerio público de Jesús aún no había comenzado. Por tanto, en el caso de Juan el reino no había llegado todavía. Tercero, ¿cómo podría haber llegado el reino cuando la muerte, resurrección, ascensión, exaltación a la diestra del Padre y la venida del Espíritu Santo de Jesús no habían ocurrido todavía? Creer que el reino había llegado en Mateo 3:2 es afirmar que el reino de los cielos pudo establecerse antes de la cruz y otros eventos importantes. Además, la Escritura indica que el Día del Señor y los eventos del próximo período de la tribulación deben ocurrir antes de que el reino comience (ver Mateo 25:31). [351] Si el reino llegó con el mensaje de Juan en 3:2, ¿cómo se explica entonces la presencia del reino antes del ministerio terrenal de Cristo?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La opinión preferida es que el reino terrenal prometido en el AT estaba a punto de llegar con el anuncio de Juan. Era inminente. El pueblo de Israel necesitaba arrepentirse y capacitarse espiritualmente para su llegada.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>La Perspectiva de Jesús Sobre el Reino</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Mateo 4 introduce el ministerio público de Jesús: “Desde entonces, Jesús comenzó a predicar y a decir: “Arrpentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado’” (4:17). Las palabras de Jesús son las mismas que las de Juan en Mateo 3:2. Juan se basó en el entendimiento del AT de un reino terrenal con su mensaje. Pero, ¿qué quiere decir Jesús cuando afirma que “el reino de los cielos se ha acercado”?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Aunque hay consenso en que Juan se refería a la expectativa de reino del AT, algunos piensan que Jesús quería decir algo diferente, un reino espiritual de salvación personal sin ningún elemento nacionalista. Entonces, cuando Jesús se refiere al “reino”, ¿es éste el reino predicho por los profetas del AT? ¿O Jesús trasciende y reinterpreta el reino?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Lo primero es probable. Hay una continuidad entre la comprensión de Jesús y la de los profetas del AT. El reino que proclama Jesús tiene tanto requisitos y cualidades espirituales como elementos físicos y nacionales. Jesús no ofrece ninguna redefinición del reino de los cielos, ni hace una distinción entre su visión y la de Juan. Como afirma Saucy, “Puesto que [Jesús] no dio ninguna explicación del significado del reino en su primera proclamación, parece razonable concluir que Jesús asumió que su audiencia conocía el significado de este término” [352] Además, Jesús no ofrece ningún correctivo a los que estaban pensando en el reino en línea con la expectativa del AT. [353] J. Ramsey Michaels observa que la expectativa de Jesús sobre el reino está “bien dentro del marco de las expectativas mesiánicas y apocalípticas judías contemporáneas.” Se trata de un reino que es “tanto espiritual como nacional, tanto universal como étnico.” [354]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Además, los seguidores de Jesús no se veían a sí mismos en el reino en ese momento. Más adelante en su ministerio, Jesús dio la parábola del noble para convencer a los discípulos de que el reino no “aparecería inmediatamente” (ver Lucas 19:11). Esto muestra que, al final del ministerio terrenal de Jesús, los discípulos pensaban que Jesús establecería pronto el reino, pero no se veían a sí mismos como si estuvieran actualmente en el reino. Era algo que esperaban. El día de la ascensión de Jesús, los discípulos le preguntaron a Jesús cuándo restauraría el reino a Israel (Hechos 1:6). Incluso en este momento posterior, veían el reino como una entidad futura.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Es significativo que Jesús volviera a utilizar la terminología de la proximidad en Lucas 21:31 al hablar de la llegada del reino después de las señales de los acontecimientos del fin de los tiempos: “Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas [los acontecimientos del fin de los tiempos], reconoced que el reino de Dios está cerca ( <i>engus</i> ).” [355] Kümmel tiene razón cuando afirma que <i>engus</i> se refiere a “un acontecimiento que está cerca, pero que aún no ha tenido lugar.” [356] Así pues, Jesús dijo que las señales del fin (es decir, los acontecimientos de la tribulación) indicarán la pronta llegada del reino. Si este es el caso, entonces es difícil sostener que el reino se estableció antes de estos eventos del fin de los tiempos.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>El Reino e Israel</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Si el reino que Juan y Jesús proclamaban era el reino prometido de los profetas del AT, y si es cierto que el reino estaba cerca o era inminente, ¿cuáles son las implicaciones de esto? El mandato (“arrepiéntíos”) y el público son significativos. El mensaje de arrepentimiento a la luz del reino se proclama específicamente al pueblo de Israel. Lo que está fuertemente implícito aquí se declara explícitamente en Mateo 10:5-7, donde la proclamación de la proximidad del reino se limitó sólo a Israel y no a los gentiles o samaritanos. Las ciudades de Israel también están a la vista en Mateo 11:20-24. Este punto no debe pasarse por alto. Desde el principio, la proclamación del reino de Jesús se limitó a Israel. Esto debe significar algo más que una simple llamado de cortesía al pueblo de Dios del Antiguo Testamento, como si Israel tuviera la primera oportunidad del reino antes que los demás. Si el reino fuera simplemente una salvación personal, ¿por qué proclamarlo sólo a Israel? Debe haber un elemento nacional, y lo hay. Hubo una presentación real del reino a Israel en todas sus dimensiones.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El reino profetizado estaba a punto de llegar, por lo que Israel tenía que estar preparado; tenía que arrepentirse. No se les concedería simplemente por su origen étnico. No bastaba con ser un judío físico (Romanos 9:6). El arrepentimiento era el requisito previo para entrar en el reino. En Juan 3:3 Jesús declaró: “el que no nacierde de nuevo no puede ver el reino de Dios”. Aunque hay una estrecha relación entre la salvación y el reino, ambos no son la misma cosa. No podemos decir “la salvación es el reino” o “el reino es la salvación”. El reino de Dios es un concepto más amplio que la salvación humana. Uno debe ser salvado para poder entrar en el reino. Por lo tanto, <i>la salvación es el requisito para entrar en el reino</i>. Esta idea se encuentra en el juicio de las ovejas y las cabras de Mateo 25, donde se dice a los verdaderos seguidores de Cristo: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34). En este contexto, las personas salvadas revelan su relación con Dios mediante sus buenas acciones. Entonces entran en el reino que viene con la segunda venida de Jesús.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En resumen, el reino fue el mensaje principal tanto de Juan el Bautista como de Jesús y luego de los apóstoles. El reino que proclamaban era el reino profetizado por los profetas del AT. Este reino no había llegado, pero estaba cerca o era inminente. Sin embargo, este reino no se daría simplemente a Israel. El arrepentimiento era necesario para entrar en él.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Si el reino era el reino profetizado del AT. Y si este reino se presentaba como inminente. Y si el reino fue presentado a Israel en este momento con la condición del arrepentimiento, ¿cuáles son las implicaciones de todos estos factores? <i>Parece que hay una presentación del reino a Israel que está ligada a que Israel cumpla con los requisitos espirituales del Mesías</i>. Todo el paquete del reino fue presentado a Israel con la requisito espiritual del arrepentimiento. Tal escenario se presentó en Levítico 26:40-45 donde Dios prometió el retorno y la liberación de la nación con la condición principal del arrepentimiento.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><b>El Bautismo de Jesús y la Unción del Rey</b></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En Mateo 3:11-17 el precursor profetizado del Rey identifica y explica el significado del Rey. Juan el Bautista anuncia al pueblo de Israel que Aquel que viene “os bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11b). Esta declaración está llena de implicaciones Davídicas y del Nuevo Pacto. El Rey Davídico traerá el bautismo del Espíritu Santo del Nuevo Pacto para aquellos que se arrepientan y se identifiquen con Él. Y traerá el juicio por fuego para los que no lo hagan. [357] Esto nos lleva a la llegada de Jesús y al bautismo de Jesús por Juan. Al principio, Juan se resiste a la idea de bautizar a Jesús, reconociendo que necesitaba ser bautizado por Jesús. Jesús respondió: “Permítelo en este momento, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15). Después de que Jesús fue bautizado, Juan vio al Espíritu Santo descender como una paloma y venir sobre Jesús. Entonces la voz de Dios Padre anunció desde el cielo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (3:17).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Jesús dijo que el bautismo era una forma de que tanto Él como Juan “cumplieran toda justicia.” La palabra para “cumplir” es <i>pleroō</i> y fue utilizada estratégicamente por Mateo en los caps. 1 y 2 para identificar a Jesús con Israel conectando eventos y profecías en la experiencia de Israel con Jesús. Del mismo modo, el término “cumplir” se utiliza aquí para conectar a Juan y a Jesús con lo que el AT predijo sobre el Rey justo y su reino. El AT había predicho la llegada de un Rey y su precursor. Ahora ha llegado el momento de que cumplan su destino.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El bautismo de Jesús por Juan tiene varias dimensiones de significado. En primer lugar, Juan 1:33-34 indica que el bautismo permitió a Juan identificar correctamente a Jesús como el Mesías. Unió al mensajero y al Mesías. En segundo lugar, Jesús se identificó con los pecadores a través de su bautismo. En tercer lugar, el bautismo permitió a Jesús identificarse con el remanente creyente de Israel. Sin embargo, el cuarto propósito puede ser el principal significado del bautismo de Jesús. Como dice Pentecost: “[E]n su bautismo Jesucristo fue ungido por el Espíritu Santo de Dios para cumplir las funciones del oficio mesiánico.” [358] Así que el cumplimiento de la justicia implicaba el anuncio y la unción del Rey justo de Israel que ahora estaba en medio de Israel ofreciendo un reino de justicia (véase Mateo 4:17). Pedro afirmó el significado real del bautismo de Jesús en Hechos 10:37-38: ” después del bautismo que Juan predicó. 38 Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder.” Pedro vio el bautismo de Jesús como una unción, un ritual hecho para un rey. Así como David y los reyes en la línea de David fueron ungidos, también el último rey Davídico sería ungido. “En su bautismo, Jesús el Hijo fue reconocido oficialmente por Dios el Padre como el Rey de Israel.” [359]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por último, se esperaba la justicia tanto para Israel como para los reyes de Israel en la línea de David. Grisanti señala: “El gobernante Davídico debía personificar las normas del pacto mosaico.” [360] Así, el papel del rey Davídico era dirigir en justa obediencia al Paco Mosaico. Según la profecía de Isaías 9:7 el Mesías venidero traería la justicia: “El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre.” Así, el cumplimiento de toda justicia implicará la justicia de Jesús, el israelita por excelencia e Hijo de David, que expresó la obediencia de corazón al Pacto Mosaico que Dios exigía.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Mateo 4 revela otros tres acontecimientos significativos: (1) el encuentro directo de Jesús con Satanás; (2) la elección de los primeros discípulos; y (3) la proclamación del reino con los milagros correspondientes. En nuestro próximo capítulo estudiaremos la tentación de Jesús por parte de Satanás y la batalla entre el reino de Dios y el reino de Satanás.</p><hr style="background-color: white; border-bottom-color: rgb(255, 255, 255); border-bottom-style: solid; border-image: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top-color: rgb(238, 238, 238); border-top-style: solid; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 20px 0px;" /><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[335]</span><u> </u>David L. Turner, <i>Matthew</i> , Baker Exegetical Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Baker, 2007), 107.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[336]</span><u> </u>Overall, Matthew utiliza <i>basileia</i> (“reino”) cincuenta y cinco veces. Utiliza “reino de Dios” cuatro veces.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[337]</span><u> </u>Pennington afirma: “Mateo, bebiendo profundamente en las aguas de Daniel, ha desarrollado su lenguaje y tema del reino de los cielos a partir del mismo motivo y de un lenguaje similar en Daniel 2-7.” Jonathan T. Pennington, <i>Heaven and Earth in the Gospel of Matthew</i> (Grand Rapids: Baker, 2007), 289. También argumenta que el lenguaje del “reino de los cielos” proviene del lenguaje del “Dios de los cielos” y del reino de Daniel y se convierte en la expresión “reino de los cielos” (291).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[338]</span><u> </u>Esto puede ser paralelo a la verdad del cuerpo de resurrección de los creyentes que es tangible y físico pero “espiritual” ya que su fuente es el cielo (ver 1 Cor 15).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[339]</span><u> </u>Ibid., 140.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[340]</span><u> </u>David L. Turner, “Matthew Among the Dispensationalists: A Progressive Dispensational Perspective on the Kingdom of God in Matthew,” unpublished paper for ETS Dispensational Study Group (Nov 2009), 5.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[341]</span><u> </u>Esta destrucción se cumplió con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C..</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[342]</span><u> </u>Stanley A. Ellisen, <i>Parables in the Eye of the Storm</i> (Grand Rapids: Kregel, 2001), 33.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[343]</span><u> </u>George E. Ladd, <i>The Gospel of the Kingdom</i> (Grand Rapids: Eerdmans, 1959), 53–54.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[344]</span><u> </u>A. B. Bruce, <i>The Kingdom of God</i> (Edinburgh: T & T Clark, 1904), 52.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[345]</span><u> </u>Herman Ridderbos, <i>The Coming of the Kingdom</i> (Philadelphia, PA: Presbyterian and Reformed, 1962), 3.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[346]</span><u> </u>McClain, <i>The Greatness of the Kingdom</i> , 276–77.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[347]</span><u> </u>References to <i>engiken</i> are in italics.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[348]</span><u> </u>Robert H. Gundry, <i>Matthew: A Commentary on His Handbook for a Mixed Church under Persecution</i> (Grand Rapids: Eerdmans, 1994), 43.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[349]</span><u> </u>Ibid.,44.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[350]</span><u> </u>Véase E. Earle Ellis, <i>The Gospel of Luke</i> , Century Bible (Camden, NJ: Thomas Nelson, 1966), 13, 202–203. Véase también C. H. Dodd, <i>The Parables of the Kingdom</i> (New York: Charles Scribner’s Sons, 1961), 21. Con respecto a la declaración de Jesús de que el reino estaba cerca, Dodd declaró: “No es, simplemente inminente, está aquí,” 33.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[351]</span><u> </u>Blaising está en lo cierto cuando afirma: “En toda la teología bíblica, el reino escatológico se ve como algo que llega en su plenitud a través de un Día del Señor.” Blaising, “A Premillennial Response,”, 74.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[352]</span><u> </u>Robert Saucy, “The Presence of the Kingdom in the Life of the Church,” <i>Bibliotheca Sacra</i> Jan–Mar (1988), 33.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[353]</span><u> </u>Ibid., 87. “Es inconcebible que Jesús, conociendo el entendimiento de sus oyentes, no hubiera tratado de corregir inmediatamente su pensamiento si en realidad tenía otro concepto del reino en mente.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[354]</span><u> </u>J. Ramsey Michaels, “The Kingdom of God and the Historical Jesus,” in <i>The Kingdom of God in 20</i> <i><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">th-</span></i><i> </i><i>Century Interpretation</i> , ed. Wendell Willis (Peabody, MA: Hendrickson, 1987), 114, 116.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[355]</span><u> </u>Emphasis mine.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[356]</span><u> </u>W. G. Kümmel, <i>Promise and Fulfillment</i> , Studies in Biblical Theology 23 (Naperville, IL.: Allenson, 1957), 19.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[357]</span><u> </u>Desde nuestra perspectiva en el tiempo sabemos que Jesús trajo el ministerio bautismal del Espíritu Santo con su primera venida (como resultado de la ascensión), mientras que el juicio escatológico del Día del Señor con fuego coincide con su segunda venida (ver 1 Tes 5; 2 Tes 2; 2 Ped. 3).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[358]</span><u> </u>Pentecost, <i>Thy Kingdom Come,</i> 201.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[359]</span><u> </u>Ibid., 202.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[360]</span><u> </u>Michael Grisanti, “The Davidic Covenant,” <i>The Master’s Seminary Journal</i> 10 (1999): 246.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-4004937188562745222021-11-08T13:05:00.003-06:002021-11-08T13:05:13.119-06:00La Inminencia De La Venida De Cristo Por La Iglesia<h1 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 31.2px; font-weight: 400; line-height: 40px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Gf5XWuSNTv8/YYl0qSapobI/AAAAAAAApPc/_8-ZqBqGIO8jX3_3WO-JkRixj54E8ZJBgCLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021108_03.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="363" src="https://1.bp.blogspot.com/-Gf5XWuSNTv8/YYl0qSapobI/AAAAAAAApPc/_8-ZqBqGIO8jX3_3WO-JkRixj54E8ZJBgCLcBGAsYHQ/w647-h363/ESJ_BLG_2021108_03.jpg" width="647" /></a></div><br />La Inminencia De La Venida De Cristo Por La Iglesia</h1><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">POR GERALD B,. STANTON</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En el lenguaje más claro y conciso, las Escrituras del Nuevo Testamento establecen la venida del Señor Jesucristo como la esperanza, el estímulo y el consuelo del pueblo peregrino de Dios. Es por su aparición que se les instruye a velar y esperar. Es por la expectativa de su pronto regreso que se les anima a vivir con toda pureza. Es con el conocimiento de que se reunirá con los difuntos en el regreso de Cristo que se les exhorta a consolarse unos a otros. El hecho de que Cristo vendrá de nuevo y que su venida puede ser muy pronto ha sido durante mucho tiempo la principal esperanza del pueblo de Dios.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">También está claro en las Escrituras que nadie puede saber el día, ni la hora, del regreso de Cristo. Para muchos cristianos, cuando estudian la Palabra, es igualmente claro que ningún evento profetizado, o claramente programado, se interpone entre la hora presente y el arrebatamiento de la Iglesia en el rapto. No esperan el reino terrenal de Cristo, ni la revelación del Anticristo y los terribles años de la Tribulación. Buscan a Cristo mismo, creyendo que Su venida es el próximo evento importante en el calendario del cielo.<span></span></p><a name='more'></a><span id="more-29972"></span><p></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">Al creer así, muchos cristianos afirman que la venida de Cristo es</span><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;"> </span><i style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">inminente</i><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">, lo que no significa que este feliz acontecimiento deba ser inmediato, sino que es inminente, que</span><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;"> </span><i style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">puede ocurrir</i><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;"> </span><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">en cualquier momento. La palabra</span><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;"> </span><i style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">inminente</i><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">, si se usa para un acontecimiento malo, podría traducirse como</span><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;"> </span><i style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">latente</i><span style="font-size: 0.928571em; text-align: left;">, porque siempre está amenazando con suceder. Un acontecimiento inminente es uno que queda suspendido, posiblemente por un período de tiempo indefinido, pero su ocurrencia final es segura. Al aplicarse a la venida del Señor, la inminencia consiste en tres cosas: la certeza de que Él puede venir en cualquier momento, la incertidumbre del tiempo de esa llegada, y el hecho de que ningún evento profetizado se interpone entre el creyente y esa hora.</span></p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El propósito de tal inminencia es que la Iglesia esté en un estado constante de expectación, siempre buscando y esperando la venida de su Señor del cielo. La esperanza de su regreso no sólo es una fuente de consuelo y estímulo para el creyente, sino que también es un incentivo muy definido para el servicio y la vida santa. Por la propia naturaleza del caso, si se hubiera revelado el momento exacto del rapto, nadie más que la última generación de cristianos tendría motivos para esperar el regreso de su Salvador, y para todas las demás generaciones se habría perdido esta esperanza e incentivo vitales. Tal es el mal causado cuando cualquier evento conocido, como la Tribulación, la venida del Anticristo, o el Milenio, se interpone entre la Iglesia y la venida de Cristo para los suyos. Arthur T. Pierson escribe:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La inminencia del segundo advenimiento se destruye en el momento en que situamos entre la primera y la segunda venida de nuestro Señor cualquier período de tiempo definido, ya sean cien años o mil; pues ¿cómo puede uno esperar como inminente un acontecimiento que sabe que no va a tener lugar durante un tiempo definido[1]?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La colocación de incluso un período de siete años como la Tribulación, con sus impresionantes personajes y eventos claramente programados, entre la hora actual y el rapto destruye con la misma certeza el concepto bíblico de un retorno inminente. Sin embargo, esta es la posición de los hermanos posttribulacionales, que defienden con vehemencia la hipótesis de que la Iglesia debe pasar por todo el período de la Tribulación. De hecho, la negación de la inminencia aplicada a la venida de Cristo es uno de sus principales argumentos, como ilustra Robert Cameron, que llena aproximadamente un tercio de su libro con este mismo argumento[2].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Puesto que el regreso de Cristo a su Iglesia es una esperanza muy valiosa para los cristianos de todo el mundo, puesto que implica una cantidad no pequeña de consuelo, estímulo e incentivo para una vida correcta, y puesto que gran parte de esta ventaja se pierde por cualquier negación de la inminencia de esa venida, es importante reexaminar a fondo el tema. Se ha escrito poco en su defensa, pero las acusaciones lanzadas contra él son muchas. Las siguientes páginas demostrarán, según se cree, que las acusaciones son falsas y que la doctrina se mantiene firme. Primero se considerarán los diversos argumentos contra la inminencia, después se indicará el amplio apoyo bíblico de la doctrina.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">I. EL ARGUMENTO CONTRA LA INMINENCIA</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Robert Cameron, debido a su fuerte énfasis en este problema particular, bien puede ser elegido como este portavoz del argumento contra la inminencia. Ciertamente, su enfoque es minucioso, y también ambicioso, pues escribe “para mostrar que tal enseñanza se opone a todo el Nuevo Testamento.”[3] Al igual que otros que niegan el regreso inminente de Cristo, Cameron enumera una serie de objeciones básicas:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El hecho de que Cristo prometiera la venida del Consolador, el Espíritu Santo, parece indicar que debe transcurrir un período de tiempo entre la partida de Cristo y su regreso, y un regreso inminente haría de la venida del Espíritu “un recado de tontos.”[4] Así también, la promesa de Cristo a Pedro (Juan 21:18, 19) de que viviría hasta la vejez excluiría la posibilidad de que los primeros cristianos buscaran a Cristo en cualquier momento. Pedro también escribió sobre los “burladores,” que dirían, en años posteriores: “¿Dónde está la promesa de su venida?” Asimismo, las parábolas de Mateo 13 pretendían revelar verdades, antes no dadas a conocer, relativas al período entre el rechazo de Cristo por parte de Israel y Su regreso. Al afirmar que estas parábolas establecen el curso de toda esta era, Cameron implica que debe transcurrir un largo tiempo antes de su finalización.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El tiempo, el trabajo, los años de esfuerzo, el crecimiento y el desarrollo, en la historia de la cristiandad <i>deben preceder</i> al Adviento[5].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Este mismo pensamiento lo encuentra en la parábola del noble que se fue a un país lejano para recibir para sí un reino, y luego regresó. Antes del regreso, sus siervos deben tener tiempo suficiente para comerciar y aumentar el número de sus talentos. Aún más definitiva, según Cameron, es la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30, donde se dice claramente: “después de mucho tiempo, el Señor de estos siervos viene y hace cuentas con ellos.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Ahora bien, aunque no se nombra ningún período definido, no se puede convertir un “<i>tiempo largo</i>” en un tiempo corto, y mucho menos en un momento, mediante un malabarismo de palabras. En virtud de los términos de esta Parábola, armonizando con la enseñanza de todas las demás Parábolas, el “inminente” o “cualquier momento” Advenimiento del Señor era una posibilidad impensable[6].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cameron argumenta además, que la Gran Comisión de Mateo 28:19, 20 implica un largo intervalo de tiempo, y que no hay la menor razón para suponer que una “compañía judía sin nombre,” convertida después del rapto pero antes del Milenio, pueda completar el cumplimiento de esta tarea. Aún más definitivo, se argumenta, Pablo evidentemente no esperaba que el Señor viniera durante su vida, porque él registra en 2 Timoteo 4:6-8, “el tiempo de mi partida ha llegado.” Además, escribió a la iglesia de Roma su propuesta de viaje a Jerusalén, luego a Roma, y después a España (Rom. 15:22-25, 30, 31). “Si tuviera algún pensamiento de que Cristo vendría inmediatamente, ¿podría haber escrito esto?”[7].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Otro pos-tribulacionista, Edmund Shackleton, resume los detalles adicionales de este argumento tan bien como cualquiera, cuando dice:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">También los profetas, hablando por el Espíritu, le habían dicho que le esperaban prisiones y aflicciones. Al despedirse de los ancianos en Mileto, les habló de los males que surgirían después de su partida; y estas cosas tardarían un poco en desarrollarse. Luego, cuando Pablo fue encarcelado en Jerusalén, el Señor se puso a su lado por la noche y le dijo que debía dar testimonio también en Roma (Hechos xxxiii.11). De nuevo, al escribir a los filipenses desde la cárcel, habla de su deseo de partir, o de la alternativa de ser liberado y hacerles otra visita. En sus dos epístolas a Timoteo, predice peligros espirituales de un tiempo todavía futuro[8].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Además, Cameron argumenta que Cristo profetizó sobre la caída de Jerusalén, Pablo predijo tiempos peligrosos en los últimos días, y se encuentran numerosos otros eventos predichos en el Nuevo Testamento, todos los cuales se utilizan para demostrar que el regreso de Cristo no podía esperarse en ese día. En otras palabras, la segunda venida de Cristo debe seguir a eventos bien definidos de la profecía no cumplida y por lo tanto no puede ser inminente.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">II. RSPUESTAS A ESTAS OBJECIONES</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Aunque el presente tratamiento de los argumentos de Cameron no puede rivalizar en extensión con las cincuenta páginas que llena con objeciones a la inminencia, se cree que un breve análisis de las cuestiones principales será suficiente para revelar la debilidad general de su presentación y abrir el camino a los estudiantes de la Biblia que deseen profundizar en el tema. Las siguientes divisiones siguen el orden de las objeciones expuestas en la sección anterior.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">A. <i>La Promesa del Consolador</i></h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Seguramente la promesa de que los discípulos serían “bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:5) no indicaba que tuviera que transcurrir un tiempo apreciable para que el Espíritu pudiera venir. En realidad, Pentecostés tuvo lugar apenas diez días después de la ascensión de Cristo. Hay que tener siempre presente a lo largo de esta discusión que <i>inminente</i> no significa inmediato, y el hecho de que hubiera un breve intervalo antes de Pentecostés no demuestra que constituyera ningún obstáculo para la fe de los discípulos en el pronto regreso del Señor. De hecho, cuando Cristo regrese, será por Su <i>Iglesia</i>, y la Iglesia no fue instituida hasta el momento del descenso del Espíritu. Es difícil ver cómo Pentecostés, antes del cual la Iglesia, como tal, no existía, podría haber sido algún tipo de obstáculo para la fe en el inminente regreso de Cristo para los miembros de esa Iglesia.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">B. <i>La Promesa a Pedro</i></h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Para que no se diga que el argumento posttribulacional contra la inminencia no tiene peso, y que los eventos predichos sobre Pedro y Pablo tienen poca relación con la creencia en el regreso inminente de Cristo, la siguiente cita de Oswald Smith, pastor de la Iglesia del Pueblo de Toronto, es significativa. Exponiendo sus razones para abandonar el punto de vista pretribulacional, escribe:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Entonces, cuando recordé que la muerte de Pedro, su predicción de corrupción y apostasía después de su muerte, la muerte de Pablo y muchos otros eventos tuvieron que ocurrir antes del Rapto, mi teoría de “cualquier momento” tomó alas y voló.[9]</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Este investigador cree que tal “huida” de una esperanza confiada en el inminente regreso de Cristo fue un alejamiento innecesario, y que la primera posición era más defendible que la segunda. Sin duda, muchos pastores ocupados, y muchos santos serios, han sido engañados por algún escritor inteligente que persigue una campaña de proselitismo para el postribulacionismo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El argumento relativo a Pedro es que, sobre la base de Juan 21:18, 19, Pedro sabía que envejecería y moriría, y por tanto, al menos para él, la venida de Cristo no podía ser inminente. Sin embargo, no está claro que Pedro entendiera así al Señor en este punto. Ciertamente, animó a los creyentes de su tiempo a esperar la venida del Señor. Además, sabía que podía morir repentinamente (2 Ped. 1:14), y aunque no se dice si esperaba la muerte, Herodes acababa de matar a espada a Santiago, el hermano de Juan, y había apresado a Pedro con la misma intención (Hechos 12:1-3). Por lo menos, es seguro que los creyentes esperaban la muerte de Pedro, pues cuando Roda llevó la noticia de su liberación, le dijeron: “Estás loco,” y cuando vieron a Pedro, “se asombraron” (Hechos 12:15, 16). Es muy dudoso que Pedro tuviera la seguridad de que su muerte debía preceder a la venida de su Señor, y es obvio que la gente no tenía el concepto de que la suya sería una vida larga. El pasaje real en cuestión, Juan 21:18, con la explicación del apóstol en el versículo siguiente, no fue escrito hasta veinte o más años después de la muerte de Pedro. En el mismo contexto, versículos 20-23, se encuentra una clara indicación de que los creyentes de aquel tiempo esperaban el regreso de Cristo en vida de Juan. Al contemplar la venida de Cristo, Pedro, al menos, no era un factor en el pensamiento de la iglesia primitiva. Mientras esperaban al Salvador, no andaban preguntando: “¿Me pregunto si Pedro ya habrá muerto?” Pedro podría haber muerto repentinamente sin que la mayoría lo supiera. Incluso si la promesa de Cristo fuera conocida por toda la Iglesia, e interpretada en el sentido más estricto de que la muerte de Pedro debía preceder a la venida de Cristo, no había ninguna razón para que la Iglesia rechazara su creencia en el retorno inminente sobre esa base. A juzgar por su espíritu de expectación, es evidente que no lo hicieron. Toda esta objeción le parece a uno tonta e innecesaria, y se trata aquí sólo porque parece ocupar tanto el pensamiento postribulacional.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En cuanto a la afirmación de Pedro de que en los últimos días los hombres se burlarán de la promesa de la venida de Cristo (II Pe. 3:3-5), y las predicciones afines de Pablo sobre “tiempos peligrosos” (2 Tim. 3:1-5) y el abandono de la fe (I Tim. 4:1-3), estas condiciones tenían un cumplimiento tanto cercano como lejano. Tales predicciones nunca fueron un obstáculo en las mentes de los creyentes de los días apostólicos, de nuevo evidente por el hecho de que el regreso de Cristo era esperado por la Iglesia Primitiva. Thiessen armonizó acertadamente estos versículos cuando comentó:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los escritores de estas profecías no pensaron en ellas como si estuvieran en un futuro remoto, sino que hablaron de ellas como si ya estuvieran presentes, al menos en sus inicios, en su propia época. Pretendían que sus afirmaciones fueran una advertencia para el propio pueblo al que escribían, y no simplemente para nosotros que vivimos en el siglo XX[10].</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">C.<i> El Problema de las Parábolas de Cristo</i></h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cameron sostiene con razón la posición de que las siete parábolas de Cristo, expuestas en Mateo 13, ilustran el curso de esta era presente entre el rechazo de Cristo por parte de Israel y Su regreso para reinar. Luego defiende su punto de vista postribulacional sobre la base de que tanto la cizaña como el trigo crecen juntos hasta el momento de la cosecha, y que hay un largo tiempo de siembra antes de que todo el mundo sea alcanzado. Además:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Las otras seis parábolas armonizan con ésta, y debe transcurrir un largo tiempo antes de que el mundo pueda ser sembrado; antes de que la cizaña y el trigo (la cristiandad) puedan madurar; antes de que la levadura del mal pueda extenderse a través de toda la comida de la verdad y antes de que la red de arrastre pueda ser llenada y la separación hecha[11].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Por lo tanto, la cizaña será eliminada primero y el rapto no puede preceder al juicio; además, dado que el cumplimiento de estas parábolas requiere mucho tiempo, el rapto no es inminente.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Del mismo modo, se argumenta, la parábola del noble que dio a sus siervos las diez libras fue una reprensión a los que “pensaban que el reino de Dios debía aparecer inmediatamente,” y la parábola de los talentos en Mateo 25 registra claramente que fue sólo después de “mucho tiempo” que el señor de esos siervos vino e hizo su cuenta con ellos. Sobre la base de tales pasajes de la Escritura, los postribulacionistas construyen un argumento contra la inminencia que sin vacilar califican de “incontestable.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sin embargo, no es difícil encontrar una respuesta justa y razonable. La pregunta no es si Dios previó la totalidad de la era de la Iglesia cuando dio estas Escrituras, pues ese hecho es obvio. Tampoco se trata de saber si toda la era está representada con suficiente claridad para que los creyentes del <i>siglo XX</i> puedan visualizar en estas parábolas la larga historia de la cristiandad. Tenemos la ventaja de la mirada <i>retrospectiva</i>, la perspectiva histórica, y debemos admitir desde nuestro punto de vista que estas parábolas describen algo de la tarea de la Iglesia y el progreso de la época.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La cuestión es más bien si los cristianos del <i>primer siglo</i> vieron y comprendieron en estas parábolas lo suficiente de los propósitos futuros de Dios como para rechazar la inminencia de la venida de Cristo. Creemos que no lo hicieron. Dado que las cuestiones más básicas del programa redentor de Dios, en particular, que Cristo debe ir a la cruz y al tercer día resucitar (Mateo 16:21-23; 17:22, 23; 26:69-75; Lucas 24:21, 25; Juan 20:25, etc.), es difícil ver cómo los primeros cristianos en general pudieron comprender el programa profético de Dios hasta el punto de rechazar el regreso inminente de Aquel cuya venida se les había instruido a vigilar. Esto es especialmente cierto, ya que las predicciones estaban revestidas del lenguaje de las parábolas. Por el contrario, toda la Iglesia apostólica y los cristianos de los dos siglos siguientes[12] se caracterizaron por esperar el pronto regreso de Cristo. Aunque se admite que en las parábolas del reino se encuentra un esquema general del desarrollo de la cristiandad, hay que reconocer que también hubo una aplicación simultánea y local de esas mismas parábolas. “Todas las condiciones descritas en las parábolas existen simultáneamente en todos los periodos de la historia de la Iglesia y, sin embargo, también hay un cumplimiento progresivo”[13] Es muy probable que los primeros cristianos sólo vieran el cumplimiento preliminar de su propio día y no tuvieran un verdadero concepto del desarrollo completo de la época. ¿No se llevó pronto el Evangelio a los lugares más lejanos del mundo conocido entonces? ¿No se instaló inmediatamente la apostasía, con los incrédulos burlándose de la promesa de la venida de Cristo? La apostasía ha estado presente durante toda la era, aunque alcanzará su punto álgido después de que la Iglesia y la restricción del Espíritu hayan sido eliminadas. Es seguro concluir entonces, que las enseñanzas de las parábolas de Cristo no constituyeron ningún obstáculo para la esperanza de la Iglesia apostólica en Su inminente regreso.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se dice que las siete iglesias de Apocalipsis 1-3 ilustran el curso de la época, y que, por lo tanto, los cristianos primitivos no podrían haber sostenido la doctrina en cuestión. Si bien es cierto que estas iglesias tienen una marcada semejanza con los diversos períodos de la historia de la iglesia, y si bien se concede que esta es una aplicación legítima, no se debe olvidar que Juan estaba escribiendo a siete congregaciones existentes, aunque representativas. Todos estos matices del testimonio cristiano, o del abandono, estaban presentes en la época de Juan en toda la iglesia primitiva. Juan no vio la necesidad de proyectar la segunda venida en un futuro lejano, ya que él mismo fue uno de los principales testigos de la pronta venida de Cristo, siendo las palabras finales escritas en el libro del Apocalipsis: “Ciertamente vengo en breve [ταχύ, rápidamente, tan pronto como sea posible]. Sí, ven, Señor Jesús” (Ap. 22:20). Pablo también se alegró de que los tesalonicenses “se convirtieran a Dios de los ídolos… y esperaran a su Hijo del cielo.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En contradicción directa con la idea de que ciertas parábolas habrían llevado a la iglesia primitiva a rechazar la esperanza de un regreso inminente, hay indicios de que algunos habían dejado de trabajar sobre la base de que Cristo podría venir en cualquier momento (1 Tesalonicenses 4:11; 2 Tesalonicenses 3:10-12), y que otros se estaban inquietando por el aparente retraso y tenían que ser exhortados a la paciencia (Santiago 5:7, 8). Por lo tanto, no cabe duda de que la iglesia apostólica veía la venida de Cristo como algo inminente. Cristo había consolado a sus discípulos con el hecho de que volvería, y hay mucho en todo el Nuevo Testamento para alentar en el creyente un espíritu de expectación diaria. Al mismo tiempo, se previene cuidadosamente contra el error demasiado común de fijar fechas para el momento de Su regreso.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Ahora vamos a tratar más directamente las parábolas en cuestión. La parábola del trigo y la cizaña indica la naturaleza de la era actual, declarando que los piadosos y los malvados vivirán uno al lado del otro hasta el regreso de Cristo. Pero esto difícilmente puede significar que ningún creyente o incrédulo abandonará la tierra antes de la cosecha final de Dios, ya que los representantes de ambos grupos están siendo eliminados por la muerte casi a cada momento del día. La parábola simplemente presenta el hecho de que tanto el trigo como la cizaña continuarán en la tierra hasta el final, momento en el que se hará la separación. Así se explica el problema de por qué Dios permite que los malvados florezcan con los justos. Él es consciente de su aparente prosperidad, pero aún no ha llegado el momento de la separación.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La parábola, entonces, no excluye de ninguna manera la posibilidad del rapto antes del juicio, en cuyo caso el “trigo” de ese día final consistirá en los salvados después del rapto, incluso el remanente judío y los muchos conversos de entre las naciones gentiles. Y si, como insisten los postribulacionistas, esta parábola establece el orden de la cosecha, incluso su sistema no es inmune a la dificultad, pues la parábola declara: “Primero, la cizaña.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Aunque Cameron insiste en que este pasaje demuestra que “el tiempo, el trabajo, muchos años de esfuerzo, crecimiento y desarrollo, en la historia de la cristiandad <i>deben preceder</i> al Advenimiento”[14], ¿quién puede negar que la cizaña florecía en medio del trigo, incluso en la iglesia primitiva? Pablo advirtió a los ancianos de la asamblea espiritual de Éfeso que, después de su partida, entrarían entre ellos “lobos rapaces” que destrozarían el rebaño (Hechos 20:29). Hubiera sido muy difícil persuadir a estos ancianos de que Cristo no podía venir en cualquier momento, con el argumento de que la cizaña no había tenido aún tiempo suficiente para florecer en medio del trigo. Aunque la apostasía alcanzará su clímax en los últimos tiempos, ha marcado a la Iglesia profesante en todos los siglos de su existencia. La Iglesia primitiva no era tan inmune como para que la falta de apostasía les impidiera anticipar la venida de Cristo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El propósito de la parábola del noble se explica claramente en Lucas 19:11. Los seguidores de Cristo esperaban el reino terrenal del Mesías, y “como estaba cerca de Jerusalén … pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.” Todavía no comprendían que Cristo les dejaría, ni que debía morir, ni que la instauración del reino visible debía esperar a un segundo advenimiento. Cristo dio esta parábola para corregir su pensamiento y para instruirlos a “llevar a cabo los negocios” para Él después de su partida. No dijo cuánto tiempo se iría, pero prometió regresar de tal manera que el servicio debería prestarse con un espíritu de expectación. Debemos “ocuparnos” hasta que <i>Él venga</i>, así como en la Cena del Señor “mostramos la muerte del Señor hasta que venga” (I Cor. 11:26). Estas expresiones enfatizan la inminencia del regreso de Cristo, en lugar de negarlo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Lo mismo ocurre con la parábola de los talentos. Un adulto que ya ha conseguido la posesión de una casa, dinero y sirvientes, emprende un viaje, habiendo puesto primero sus bienes en manos de sus sirvientes. No se revela la duración de su viaje, pero el “largo tiempo” no fue de tantos meses o años como para que el dueño no los encontrara a todos viviendo a su regreso, de modo que pudieran ser considerados responsables. La parábola fue dada para ilustrar la necesidad de vigilancia y no para establecer la extensión de la ausencia. Si se dio alguna impresión sobre el momento del regreso, debió ser que la llegada se produciría durante la vida de los siervos. No hay absolutamente nada que indique, como alega Cameron, que esta parábola haga del regreso inminente del Señor “una posibilidad impensable”[15].</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">D. <i>La Gran Comisión</i></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Mateo 28:18-20 registra la última orden de Cristo a sus seguidores antes de su ascensión. El pasaje se conoce generalmente como la “Gran Comisión,” o las “órdenes de marcha de la iglesia.” Aquí se expone la instrucción de despedida de nuestro Señor de llevar el evangelio a toda criatura y enseñar a todas las naciones lo que Él ha mandado (cf. Marcos 16:15, 16). Según Cameron, Jesús está exponiendo aquí un vasto programa para la época actual, y puesto que han pasado muchos siglos y todavía “todas las naciones, y pueblos, y tribus, y lenguas” no han sido alcanzadas por el evangelio, la idea de un inminente regreso de Cristo “es absurda”[16].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hay que recordar una vez más que no se trata de que Dios conozca y registre su programa anticipado, sino de esta pregunta: “¿Habría hecho tal Escritura que los discípulos se dieran cuenta de la magnitud de la era venidera y así los hubiera obligado a renunciar a cualquier creencia personal en el inminente regreso de Cristo?” Cuando se recuerda la vitalidad y el celo de Pablo y otros conversos primitivos, con su testimonio que sacudía el mundo (Hechos 17:6), junto con el tamaño del mundo habitado entonces (reducido aún más por la influencia unificadora del dominio y las carreteras romanas), hay que confesar que la evangelización mundial era una posibilidad mayor en los días de Pablo que en los nuestros. Tampoco era la intención de la gran Comisión que Pablo y sus sucesores intentaran convertir al mundo, aunque los postmilenialistas se han esforzado por leer esto en el texto. Es muy evidente que los discípulos no entendieron así al Señor. Cuando Pedro se dirigió al concilio de Jerusalén, no dijo que todos los gentiles se iban a salvar durante esta época, sino que Dios visitaría a los gentiles “para tomar de ellos pueblo para su nombre” (Hechos 15:14). Thiessen ha comentado:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Lo que el Señor pidió a los discípulos fue que dieran testimonio a todas las naciones (Hechos 1:8), y que hicieran discípulos a los que creyeran. Es decir, la Gran Comisión señala el <i>destino</i> del evangelio, pero no hace ninguna predicción en cuanto al éxito del mismo[17].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cuando la Gran Comisión dice “todas las naciones,” no puede significar que la totalidad de la población mundial deba ser salvada antes de que Cristo pueda venir. Sobre esa base, ninguna generación sería testigo de la venida del Señor de la gloria, porque cientos están naciendo en el mundo por cada nuevo convertido a Cristo. Pero si esto significa que todas las naciones deben tener la oportunidad de escuchar el evangelio, ese hecho por sí solo explica en gran medida el incentivo y el tremendo ímpetu misionero de la iglesia primitiva. Que esta es la conclusión correcta y que fue el punto de vista de los primeros cristianos, lo confirman las palabras de Pablo a los Colosenses:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">. . . el evangelio, que ha llegado hasta vosotros … i en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. (Col. 1:6, 23).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A la luz de este éxito abrumador concedido al programa misionero de la iglesia primitiva, no hay absolutamente ninguna indicación de que Mateo 28:18-20 fuera un obstáculo para su expectativa de que el Señor pudiera haber regresado en sus días[18].</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">E. <i>Las Declaraciones de Pablo</i></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En el caso de los argumentos en contra de la inminencia destaca la afirmación de que el apóstol Pablo no esperaba, ni podía esperar, que Cristo volviera en su vida. Parece que hay tres objeciones principales a la idea de que Pablo veía la venida de Cristo como inminente. La primera de ellas es que Pablo escribió a Timoteo acerca de “los últimos tiempos [cuando] algunos se apartarán de la fe” (1 Tim. 4:1-3), y de “los últimos días [cuando] vendrán tiempos peligrosos” (2 Tim. 3:1-5), hombres que tienen “apariencia de piedad”, pero que niegan su poder. Aunque ahora se reconoce que esto es una imagen del fin de la era, los pecados enumerados son universales. Más allá de cualquier duda razonable, los cristianos de todos los siglos han encontrado estos versículos aplicables a los tiempos en los que vivían, al menos lo suficiente como para no ver la profecía como algo que aún espera su cumplimiento antes de que el Señor pueda venir. Como se ha señalado, la apostasía se instaló muy pronto (Gálatas 1:6; 3:1; 4:11; Hechos 15:1, ss). Si bien es cierto que las predicciones de Pablo sobre la apostasía final implican un desarrollo mayor que el alcanzado en su generación, la Escritura no declara que la consumación de la apostasía deba ocurrir antes del rapto. 2 Tesalonicenses 2:3 habla de una “apostasía,” y de la revelación del Hombre de Pecado, pero la Tribulación está aquí en vista y no las condiciones de la era de la Iglesia. La apostasía en su forma final alcanzará su clímax sólo bajo el liderazgo inspirado por Satanás del Anticristo durante la gran Tribulación.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La segunda objeción es que a Pablo se le prometió claramente una larga carrera como apóstol, y que escribió bajo inspiración que viajaría a tierras lejanas. En su conversión y bautismo, se le dijo que llevaría el nombre de Cristo “ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel” (Hechos 9:15). Realizó tres viajes misioneros. Visitó Éfeso y prometió volver. Planeó visitar a los santos en Jerusalén, visitar Roma y viajar a España (Rom. 15:23-25). ¿Cómo pudieron cumplirse todas estas cosas si Pablo veía la venida de Cristo como un acontecimiento inminente?</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La respuesta al problema radica en el hecho de que Pablo sirvió al Señor con el espíritu de la exhortación: “Ocupaos hasta que yo venga” (Lucas 19:13). Todos sus planes, incluidos estos viajes propuestos, estaban supeditados a la dirección del Señor y a la posterior revelación de la voluntad de Dios para su vida. Así fue como condicionó su promesa a los de Éfeso: “pero otra vez volveré a vosotros, <i>si Dios quiere</i>.” (Hechos 18:21). A los cristianos de Roma les expresó su deseo de “tener un viaje próspero por la <i>voluntad de Dios</i> para ir a vosotros.” Muchas veces se había propuesto ir a ellos, pero se lo habían impedido (Rom 1:9, 10, 13). Escribió claramente a los corintios: “Pero iré pronto a vosotros, <i>si el Señor quiere</i>” (1 Cor. 4:19).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pocos hombres han servido tan bien o han sufrido más por la causa de Cristo que Pablo, y sin embargo, junto con su servicio siempre se expresó como alguien que creía que el Señor podría venir en cualquier momento. A los filipenses les escribió: “Porque nuestra conversación [ciudadanía] está en los cielos, desde donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo” (Fil. 3:20). Y oró por los cristianos de Tesalónica para que “todo su espíritu, su alma y su cuerpo se conserven irreprochables hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo” (I Tesalonicenses 5:23). Asimismo, los elogió por haberse convertido “de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo desde el cielo” (I Tesalonicenses 1:9, 10). Tal actitud dista mucho de la que le atribuye el postribulacionista Cameron:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No buscó la “inminente” venida del Señor. Había sido demasiado bien instruido por el Príncipe de los maestros como para no cometer un error tan flagrante[19].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La tercera parte del argumento basado en la vida de Pablo es no sólo que iría “lejos a los gentiles” (Hechos 22:21), sino también que disfrutaría de una gran cantidad de años como apóstol de los gentiles. Siendo este el caso, se asegura que Cristo no podría haber regresado en vida. Pero se ha visto que Pablo no tardó en llegar a los gentiles; de hecho, ya había estado en los macedonios (Hechos 16). Llevar el evangelio hasta los confines se realizó rápidamente (Col. 1:6, 23). En cuanto a la duración de su vida, Pablo testificó en 1 Corintios 15:30: “¿Por qué estamos en peligro cada hora?” De su sufrimiento registró:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">De los judíos cinco veces recibí cuarenta azotes, salvo una. Tres veces fui golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, una noche y un día estuve en el fondo…</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Al leer estos y los siguientes versículos de 2 Corintios 11:23-28, apenas se puede concluir que Pablo gozaba de una gran seguridad de una vida larga y saludable. Su propósito no era necesariamente vivir, sino simplemente magnificar a Cristo Jesús, el Señor, en su cuerpo “ya sea con la vida o con la muerte” (Fil. 1:20, 21). Para Pablo, la duración de la vida no dependía de que fuera el apóstol de los gentiles, sino de que hiciera la voluntad de Dios, y esa misma actitud le permitía vivir y servir con la esperanza de un inminente regreso de Cristo[20].</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">F. <i>¿Por Qué Este Ataque a la Inminencia?</i></h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¿Qué intenta demostrar Cameron, y los muchos que siguen su ejemplo, con sus largos y laboriosos argumentos? ¿Cuál es el propósito de este argumento detallado y supuestamente incontestable que se esfuerza tan diligentemente en establecer? Seguramente tiene un motivo más profundo que intentar demostrar que los santos del primer siglo no buscaban a su Señor desde la gloria. Al final de este argumento, el motivo es finalmente expuesto:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Así, encontramos que los Apóstoles buscaban <i>eventos intermedios</i> entre ellos y la Venida del Señor. Esta actitud no hizo que su venida fuera menos preciosa para sus corazones. Ciertamente estamos en buena compañía cuando compartimos la misma fe y sentimiento, y sigue siendo la bendita esperanza para nuestros corazones[21].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En otras palabras, Cameron intenta demostrar que la segunda venida de Cristo era una preciosa esperanza para los apóstoles, pero no sobre la base de que pensaran que su venida era inminente, o que pudieran compartir la experiencia del rapto. Lo que realmente hizo que Su venida fuera una preciosa esperanza para ellos, cuando primero debían esperar la muerte de Pedro y la muerte de Pablo, y esperar la venida del Espíritu, la caída de Jerusalén, y el cumplimiento de la Gran Comisión, dando tiempo para que el evangelio llegara a España y para que la cizaña creciera con el trigo, Cameron y sus amigos no se preocupan de indicarlo. ¿Puede ser que la venida de Cristo fuera una fuente de consuelo y aliento para la iglesia primitiva porque, a pesar de otras predicciones, la consideraban inminente? Sin duda, esta es la verdad del caso.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sin embargo, la doctrina del retorno inminente de Cristo no es atacada por su aplicación a la iglesia primitiva. Si se tratara de una cuestión que influyera sólo en esa generación de creyentes, podría ser más fácil descartar todo el asunto. El punto de vista postribulacional priva a cada generación de una esperanza inminente y, por consiguiente, reconfortante y purificadora. Sostiene que, como el rapto no es inminente en el primer siglo, no es inminente en ningún siglo, y no puede ser inminente ahora. El Anticristo y la gran Tribulación están por delante, y no hay base para esperar que Cristo venga antes de tales eventos claramente programados. No es bíblico esperar que este sea el año de Su regreso. Aunque Él viniera en esta generación, la Tribulación y el martirio están mucho más cerca. No hay necesidad de vigilar a Cristo; vigile al Anticristo – ¡él estará aquí primero! ¡Esto es postribulacionismo!</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La doctrina del regreso inminente de Cristo es absolutamente fatal para tal filosofía postribulacional. Por lo tanto, presionan el ataque contra la inminencia y se esfuerzan tanto por descartar la doctrina. Se puede concluir de la misma debilidad de los argumentos de su principal portavoz que su tarea no se ha cumplido, ya que pueden ser enfrentados y derrotados en su propio terreno. Hasta ahora, la consideración ha sido negativa; la fuerza real de la doctrina de la inminencia se demostrará de forma más concluyente mediante el enfoque positivo: el testimonio de las Escrituras sobre la esperanza real de los apóstoles y la actitud de la iglesia primitiva.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">III. LA ESPERANZA DE LA IGLESIA TEMPRANA</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La confianza de los apóstoles en la posibilidad de un advenimiento temprano ha sido tratada en la sección anterior y sólo necesita un breve resumen en este punto. Una consideración de las Escrituras implicadas será suficiente para convencer al lector medio de que la esperanza de la venida de Cristo era compartida por la iglesia primitiva.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">A. <i>El Testimonio de la Escritura</i></h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Entre las palabras pronunciadas por Cristo a sus discípulos en la intimidad del aposento de la Pascua, se encontraban las que prometían una mansión celestial y un regreso seguro de Cristo para los suyos: “pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2, 3). A esta promesa, los ángeles añaden su testimonio: “Este mismo Jesús… vendrá de la misma manera que le habéis visto ir al Cielo” (Hechos 1:11). Todo indica que los apóstoles recibieron tales promesas como si se aplicaran directamente a ellos mismos. En su carta a los cristianos de Corinto, Pablo escribe palabras aplicables a toda la Iglesia en la época actual: “No todos dormiremos, sino que todos seremos transformados, En un momento, en un abrir y cerrar de ojos …” (1 Cor. 15:51, 52), y ¿quién puede probar que el propio Pablo no abrigaba la esperanza de estar incluido entre los que no “dormirán”? Cuando escribió a los filipenses, les recordó la ciudadanía en el cielo: “de donde también esperamos al Salvador” (Fil. 3:20).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cuando escribió a los colosenses, parte de su tema era: “Cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifieste, entonces también vosotros os manifestaréis con él en la gloria” (Col. 3:4). Cuando escribió a los tesalonicenses, les elogió por haberse “convertido de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo desde el cielo” (I Tesalonicenses 1:9, 10). Pablo instruyó a su hijo en la fe, Timoteo, y le exhortó a “guardar este mandamiento sin mancha, irreprensible, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tim. 6:14).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A los conversos judíos se les recordaba que “todavía un poco, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37). Santiago exhorta a aquellos a los que escribió: “Tened también vosotros paciencia; afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca” (Santiago 5:8). Pedro señala que los que se burlan de la venida del Señor “ignoran voluntariamente” (2 Ped. 3:4, 5), mientras que Juan concluye el Apocalipsis y cierra el canon de las Escrituras con el alegre grito: “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo pronto. Amén. Sí, ven, Señor Jesús” (Ap. 22:20). Aquí está el testimonio de la esperanza de la iglesia primitiva.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se reconoce plenamente que éstas, y otras preciosas promesas similares, fueron dadas a través de los apóstoles y profetas a toda la iglesia, y para toda la época. Esto por sí solo es motivo suficiente para demostrar que todas las generaciones durante la era de la iglesia han tenido el derecho de considerar la venida de Cristo como inminente. Pero esos escritos del Nuevo Testamento fueron enviados a personas vivas y a lugares reales, enviados para responder a problemas reales en las iglesias locales existentes, y es innegable que la generación que recibió los autógrafos originales creyó que tenía derecho a tomar estas promesas para sí. Tampoco reprendió Pablo a los cristianos de Tesalónica por esperar “a su Hijo del cielo” con el argumento de que Pedro aún no había muerto, o que Jerusalén aún no había sido destruida.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La venida de Cristo era tan inminente en el primer siglo como lo es hoy, con lo que se quiere decir que desde el punto de vista del creyente, Cristo podría haber venido en esa generación. Desde las mismas Escrituras, los hombres de hoy esperan su aparición. Las promesas están redactadas de tal manera que cada época puede ver la venida como inminente y recibir la bendición y el consuelo de tal esperanza, sin que ninguna época o generación pueda decir enfáticamente: “Cristo vendrá en nuestros días”.</p><h4 align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 19.5px; font-weight: 400; line-height: 20px; margin: 10px 0px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">B. <i>La Esperanza de los Tres Primeros Siglos</i></h4><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No sólo se puede demostrar que la Iglesia del Nuevo Testamento consideraba inminente la venida de Cristo, sino que se llega a la misma conclusión a partir de los escritos de los hombres de Dios de las generaciones posteriores. Silver dice de los Padres Apostólicos que “ellos esperaban que el tiempo fuera inminente porque su Señor había enseñado a vivir en una actitud vigilante.”[22] Con respecto a los Padres Anti-Nicenos, dice: “Por tradición ellos conocían la fe de los Apóstoles. Algo de la evidencia de estas afirmaciones se presentará más adelante, bajo la consideración del “problema histórico” en el capítulo 10. Se pueden citar muchos autores para demostrar que la creencia en el pronto regreso de Cristo existió a lo largo de los tres primeros siglos. A pesar de pertenecer a la escuela teológica liberal, por su honestidad como historiador, A. Harnack escribe:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En la historia del cristianismo se encuentran tres fuerzas principales que han actuado como auxiliares del evangelio. Han suscitado el ardiente entusiasmo de hombres a los que la mera predicación del Evangelio nunca habría convertido en conversos decididos. Estos son la creencia en el pronto regreso de Cristo y en su glorioso reinado en la tierra…. Lo primero en el tiempo fue la fe en la proximidad del segundo advenimiento de Cristo y el establecimiento de su reino de gloria en la tierra. De hecho, aparece tan temprano que podría cuestionarse si no debería considerarse como una parte esencial de la religión cristiana[24].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El peso de la evidencia de los escritos de los apóstoles y de la fe de la iglesia primitiva en el tercer siglo está sólidamente detrás de la afirmación de que la Biblia enseña la inminencia del regreso de Cristo.</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">IV. LAS EXHORTACIONES DEL NUEVO TESTAMENTO</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Hay en el Nuevo Testamento un conjunto de verdades que pertenecen legítimamente al epígrafe “La esperanza de la iglesia primitiva,” pero es lo suficientemente amplio como para justificar un tratamiento separado. Consiste en las exhortaciones apostólicas a mirar, vigilar, esperar y estar preparados para la venida del Salvador. Aquí se encuentra una prueba positiva y bíblica adicional de la inminencia de Su regreso. El argumento, en resumen, es el siguiente:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En Filipenses 3:20, Pablo habla de la ciudadanía en el cielo, “desde donde también esperamos al Salvador.” Hebreos 9:28 registra, “y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” Según Tito 2:13, los creyentes deben estar “<i>esperando</i> la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.”</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pablo … no nos pide que busquemos la Tribulación, o el Anticristo, o la persecución y el martirio, o la muerte, sino el regreso de Cristo. Si cualquiera de estos eventos debe preceder al Rapto, entonces ¿cómo podemos evitar buscarlos en lugar de la venida del Señor? Tal visión de la venida del Señor sólo puede inducir, en el mejor de los casos, un interés muy general por la “bendita Esperanza.”[25]</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El hecho mismo de que todas las generaciones de cristianos hayan buscado y sean exhortados a seguir buscando la venida del Señor, da testimonio de que Cristo puede venir en cualquier momento. Sin embargo, algunos han perdido de vista este hecho y han seguido la filosofía de aquellos siervos que decían: “Mi Señor tarda en venir” (Mateo 24:48).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El hecho de que, de acuerdo con una Ley del Parlamento adoptada en 1752, el Libro Episcopal de <i>Oración Común</i> da instrucciones para calcular las fiestas del año eclesiástico hasta el año 8500 d. C., no estaba calculado para convencer a Darby y sus asociados hace un siglo de que los obispos y otros clérigos de la Iglesia oficial vivían en una ansiosa expectativa del advenimiento. Más bien indicaba que consideraban a la Iglesia de Inglaterra como firmemente establecida en la tierra y esperaban que siguiera siendo su “mundo sin fin”[26].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A las exhortaciones a esperar el regreso de Cristo se añaden las exhortaciones similares a velar. Este mandato se da a la Iglesia en vista del rapto en 1 Tesalonicenses 5:6. “No durmamos, pues, como los demás, sino velemos y seamos sobrios”. La misma exhortación se da a la iglesia de Sardis, en Apocalipsis 3:3. “Si, pues, no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré a ti”. Una orden similar de velar se da a los creyentes, particularmente a Israel, que estará bajo la persecución de la Bestia durante la gran Tribulación. “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora vendrá vuestro Señor” (Mateo 24:42; cf., 25:13; Apocalipsis 16:15). “Bienaventurados los siervos a quienes el Señor, cuando venga, encuentre velando” (Lucas 12:37; cf., 21:36). Así, la actitud de vigilancia es propia de cualquier creyente en Cristo, y la exhortación a velar parece aplicarse a la segunda venida en su conjunto. Ciertamente, el lenguaje de Marcos 13:32-37, aunque se da en el marco del regreso del Señor a la tierra, puede usarse por aplicación como una exhortación general a todos los santos en el curso de toda la era:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad..</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Durante estos muchos años, los creyentes han estado esperando y vigilando a su Señor de la gloria. Han creído que, aunque Su venida no sea inmediata, ni necesariamente en su vida, Su venida podría ser muy pronto. Cansados por la presencia del pecado o doloridos por la presencia de la enfermedad, por la mañana han dicho: “¡Tal vez hoy!” y por la noche han susurrado: “¡Tal vez esta noche!” Han “amado su aparición”, viéndola como inminente, y así han esperado el regreso del Salvador. Sin embargo, con todo ello han vivido de acuerdo con esa otra exhortación más práctica: “Ocupaos hasta que yo venga”. Como bien dice Blackstone:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La verdadera vigilancia es una actitud de la mente y del corazón que se aleja alegre y rápidamente de cualquier ocupación para ir al encuentro de nuestro Amado, exclamando con entusiasmo “éste es el Señor; le hemos esperado”[27].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No hace falta decir que el punto de vista postribulacional desacredita y despoja a las exhortaciones bíblicas a la vigilancia de cualquier significado real y significativo. Esto lo vio claramente el honorable James H. Brookes:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Si la Iglesia debe pasar por la tribulación, es inútil velar por Él diariamente. Según este punto de vista, la apostasía debe primero establecerse como una inundación, y barrer la gran masa del cristianismo profesante, el Anticristo en su orgullosa anarquía debe desarrollarse, y los judíos restaurados en la incredulidad a su propia tierra. Ninguna de estas cosas ha ocurrido [la última sólo en parte]: y por lo tanto es imposible que los que sostienen el error, aquí condenado, presten atención a la advertencia del Salvador: “Velad, pues, y orad siempre”, lanzando el grito del anhelante apóstol: “Sí, ven, Señor Jesús,” Apocalipsis 22:20. Se ponen en desacuerdo con la mente del Maestro, pues posponen su advenimiento al menos durante algunos años[28].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La tercera exhortación con vistas a la segunda venida de Cristo es la de esperar. Tal es la actitud de los creyentes que esperan la redención de sus cuerpos (Rom. 8:23). Los de Corinto se quedaron atrás en nada, “esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor. 1:7), mientras que los creyentes tesalonicenses servían al Dios vivo y verdadero y esperaban a su Hijo desde el cielo (1 Tes. 1:10; cf., 2 Tes. 3:5). Ciertamente, esta es una actitud normal para los hombres redimidos que ven la venida de su Señor como inminente. Se podría esperar que el mandato de esperar (Lucas 12:36) y estar preparados (Lucas 12:40; Mateo 24:44) se diera proféticamente a los hombres de la gran Tribulación que han rechazado la marca de la Bestia que sellaría su perdición (Apocalipsis 14:9, 10). Éstos estarán esperando y vigilando ansiosamente a Aquel que destruirá a sus enemigos con el resplandor de su aparición (2 Tesalonicenses 2:8). Sin embargo, no es de esperar que estas mismas exhortaciones sean dadas en general a la Iglesia, como lo son, a menos que se pretenda que cada generación de creyentes se caracterice por una actitud de espera vigilante, viendo la venida de Cristo para Su Iglesia como inminente a lo largo de la era.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No es necesario que estos mandatos de <i>velar, esperar</i> y <i>estar preparados</i> sean palabras técnicas utilizadas sólo para el rapto, o para la revelación. Se ha demostrado que estas exhortaciones fueron dadas a la Iglesia del primer siglo y son aplicables a toda la época, lo que en sí mismo apoya la doctrina de la inminencia. Sólo cuando el creyente se da cuenta de que la venida de Cristo puede ser muy pronto, y debe ser antes de la revelación del Anticristo y del día de la ira derramada de Dios, puede expresar la esperanza:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Espero el amanecer, Del brillante y bendito día:</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cuando la noche oscura del dolor, Se haya desvanecido lejos:</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Cuando para siempre con el Salvador, Más allá de este valle de lágrimas,</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Entonaré la canción de adoración, A través de los años eternos.</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Estoy mirando el brillo, (Mira, brilla desde lejos,)</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Del claro y alegre resplandor, De la “Brillante y Estrella de la Mañana”;</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A través de la oscura niebla gris de la mañana, Veo su gloriosa luz;</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Entonces se aleja toda sombra, De esta noche triste y cansada.</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Espero la llegada, Del Señor que murió por mí;</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¡Oh! Sus palabras han estremecido mi espíritu: “Volveré por ti”.</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Casi puedo oír sus pasos, En el umbral de la puerta,</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Y mi corazón, mi corazón anhela ser suyo para siempre.</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Para evitar toda la fuerza del argumento de la inminencia de estas exhortaciones a mirar, vigilar y esperar, los postribulacionistas han tratado de demostrar mediante una ilustración que los acontecimientos programados antes de la venida no nos impiden vigilar a Cristo mismo. Cuando se está en la estación esperando un tren que lleva a un amigo querido, se argumenta, se observan las señales. Mientras el semáforo esté en ángulo recto, sabes que el tren no ha pasado por la última estación, pero estás pendiente, no de la caída del semáforo, sino de tu amigo que está cerca[29]. A lo lejos, oyes la banda que encabeza el desfile, pero mientras esperas la primera vista de la banda, en realidad buscas, no la banda, sino al propio rey.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">A partir de estas ilustraciones, los postribulacionistas harían creer al cristiano que el Anticristo, la Tribulación y la ira de Dios no les impiden mirar más allá para la venida del Rey. Estos otros eventos no son sino la “banda” que precede a la carroza real.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sin embargo, es responsabilidad nativa de una ilustración parecerse al menos a la cosa ilustrada. Esperar a que caiga una señal es ciertamente una actividad inofensiva, pero difícilmente ilustrativa de siete años de horror como el mundo nunca antes ha conocido, cuando los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán, cuando se roerán la lengua de dolor y clamarán que las montañas caigan sobre ellos para ocultarlos de la ira de Aquel que se sienta en su trono. La banda de música que precede alegremente al monarca real apenas ejemplifica la perspectiva de guerra y hambre, de muerte y destrucción sin parangón, de conflicto con la gran Bestia y de tumba de mártir al final. Tales ilustraciones, típicas de la argumentación postribulacional, no ilustran, sino que ocultan la verdad. Lo único que se ilustra es la tendencia de aquellos que rechazan un rapto “en cualquier momento”, ya sean postribulacionistas o amilenaristas, a espiritualizar cualquier significado verdadero del período de la Tribulación, haciéndolo equivalente a cualquier otro tiempo de persecución soportado por el pueblo de Dios. Al aferrarse a tales pajas para sus ilustraciones, la verdad de la inminencia no es herida. Más bien se reivindica.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Las Escrituras unen a las exhortaciones a mirar, velar y esperar tres características distintas del rapto que indican además que este acontecimiento debe preceder a la Tribulación. Para el cristiano de esta época, la venida de Cristo es una “esperanza bendita”, una “esperanza consoladora” y una “esperanza purificadora”. Los que aman al Señor están obligados a esperar “esa bendita esperanza, y la gloriosa aparición del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo (Tito 2:13). No deben lamentarse por los seres queridos que están “dormidos” como hombres que no tienen esperanza, porque Cristo los resucitará también, “y así estaremos siempre con el Señor”. Por tanto, consolaos unos a otros con estas palabras” (I Tesalonicenses 4:13-18). En efecto, el primer consuelo dado a los desconcertados discípulos que vieron a su Señor ascender al cielo y que entonces se quedaron mirando al cielo, fue: “Este mismo Jesús… vendrá de la misma manera” (Hechos 1:11). Anteriormente, habían sido consolados con la misma esperanza: “voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Y si me fuere y os preparare lugar” (Juan 14:1, 3). Este retorno del Señor es significado más tarde por Juan como una esperanza purificadora cuando dijo: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.” (1 Juan 3:3; cf. 2:28; 2 Pedro 3:14). El mismo Pablo exhortó: “Que vuestra gentileza sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca” (Fil. 4:5).</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">No hay nada malo en cualquier sistema de interpretación que destruya la fuerza de exhortaciones como estas, pintando sobre los brillantes matices de la esperanza de un inminente regreso de Cristo con los sombríos matices de la inminente Tribulación. Sin embargo, Frost introduce su capítulo titulado “La Venida Postribulacional” con estas palabras:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Mi propósito ahora será indicar que el <i>segundo advenimiento</i>, según las Escrituras, <i>no puede esperarse momentáneamente</i>, ya que no tendrá lugar hasta que Dios haya cumplido ciertos grandes propósitos suyos y haya llevado a cabo la última gran prueba y purificación de su pueblo en medio de los fuegos del horno. En cuanto a este último aspecto de nuestro tema, permítanme admitir con franqueza que <i>no es un tema que invite a ello</i>, pues todos nosotros nos retraemos del sufrimiento de cualquier tipo. Pero permítanme añadir que no debemos eludir las presentaciones proféticas simplemente porque son <i>oscuras</i> y <i>siniestras</i>[30].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Ahora se admite libremente que la Tribulación será “oscura y siniestra”. No hay nada atractivo en el jinete del caballo pálido, llamado Muerte, que es seguido por otro llamado Infierno, ambos matan con la espada y con el hambre, con la muerte y las bestias de la tierra. No hay nada atractivo en el tormento de las langostas infernales, ni en los viles ríos de aguas convertidas en sangre, ni en las plagas de llagas graves sobre los cuerpos de los hombres, ni en el gran granizo caído del cielo, ni en el lagar de la ira de Dios todopoderoso.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Tampoco hay nada particularmente atractivo en un sistema de interpretación que sustituya la expectativa de estas pruebas por la bendita esperanza del pueblo de Dios. No está de más preguntar a los que erróneamente llevarían a la Iglesia, la esposa de Cristo, al tiempo de la “angustia de Jacob”, si para ellos estas penas comprenden la “bendita esperanza”. ¿Es por la muerte, el infierno y la ira por lo que hay que velar? ¿La perspectiva de las llagas dolorosas y de la peste infernal constituye el preludio de la “esperanza consoladora” de la Iglesia? ¿Puede el cristiano regocijarse plenamente en el conocimiento de su pronta venida, creyendo que aquellos que comparten la experiencia del rapto deben primero soportar la mayor hora de tormento en la historia de la tierra y que, en el mejor de los casos, el privilegio del rapto espera <i>sólo a los pocos</i> que escapan de la furia de la Bestia y de una muerte de mártir? La interpretación pretribulacional de la profecía puede tener algunas dificultades, ¡pero ninguna tan grave y de gran alcance como éstas!</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El mismo hecho de que el pasaje principal sobre el rapto de la Iglesia (I Tesalonicenses 4:13-18) declare que este mensaje es de consuelo, hace increíble un rapto postribulacional. Esperar siete años de intenso sufrimiento, la “purificación de su pueblo en medio de los fuegos del horno”, como dice Frost, es una dudosa fuente de esperanza o consuelo. No es un consuelo ni un estímulo decir a los santos que sufren que les esperan cosas mucho peores. Hay toda la diferencia del mundo entre buscar al Señor y buscar al Anticristo, el falso Mesías del Diablo. El significado que se pretende claramente en el pasaje de Tesalonicenses es que los santos deben ser consolados por la perspectiva de la venida de Cristo. No hay la menor insinuación de que los santos angustiados deban soportar una angustia aún mayor en la Tribulación. Antes que entrar en ese período de angustia y tormento, sería mucho mejor morir, pues estar ausente del cuerpo significa estar gloriosamente presente con el Señor (2 Cor. 5:8). La muerte es un enemigo derrotado, que ha perdido su aguijón por la victoria de Cristo sobre la tumba (I Cor. 15:54-57), pero es un enemigo, y como tal es de dudoso consuelo. Sin embargo, la muerte es preferible a la gran tribulación.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Sólo una posición hace honor a las Escrituras que hablan de esperanza y consuelo, y sólo una interpretación tiene sentido en vista de las exhortaciones a mirar, esperar y velar por el Señor desde la gloria. Esto es para entender y estar seguros de que Dios no empujará a Su Iglesia al período de la Tribulación. Otros pueden declarar estas porciones proféticas “oscuras y siniestras”. Aún otros pueden tratar de armonizar la vida y la muerte, la bendición y la maldición, el consuelo y la perspectiva de la sangre de los mártires, pero el cristiano instruido se animará en el Señor y en la esperanza de Su inminente regreso pretribulacional. Con esta esperanza, los cristianos se animarán y sostendrán unos a otros, y a la luz de tal esperanza le servirán, purificando sus vidas para tener confianza y no ser avergonzados ante Él en su venida.</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¡Oh, gozo! ¡Oh, qué gozo! Si nos vamos sin morir:</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¡Sin enfermedad, sin tristeza, sin dolor y sin llanto!</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Atrapados en las nubes con el Señor en la gloria</p><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">¡Cuando Jesús reciba a los Suyos!</p></blockquote><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">V. EL RETORNO INMINENTE: UN INCENTIVO PARA LA SANTIDAD</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">La doctrina del regreso inminente de Cristo no sólo mantiene las promesas y exhortaciones relacionadas con su venida en su perspectiva apropiada y bíblica, sino que también esta verdad es uno de los mayores incentivos para la Iglesia para la vitalidad del servicio y la santidad de vida. Charles R. Erdman ha expuesto claramente el caso:</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El hecho de la Parusía ha sido, en todas las épocas de la Iglesia, una fuente de inspiración y de gozo. En ella se basan las exhortaciones a la pureza, la fidelidad, la santidad, la esperanza y prácticamente todas las virtudes de la vida cristiana[31].</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Gibbon, el autor de la inmensa obra “La Decadencia y la Caída del Imperio Romano”, y él mismo un crítico acérrimo de todo lo relacionado con el cristianismo, se ve obligado a admitir cuando escribe sobre la venida de Cristo:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Los que entendían en su sentido literal los discursos del propio Cristo estaban obligados a esperar la segunda y gloriosa venida del Hijo del Hombre antes de que esa generación fuera totalmente distinguida…. Mientras se permitió que este error existiera en la Iglesia con fines sabios, produjo los efectos más saludables en la fe y en la práctica de los cristianos que vivían en la espantosa expectativa de ese momento[32].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Es lógico que los cristianos, que creen que Cristo puede volver y arrebatar a los suyos casi en cualquier momento y que su recompensa en el juicio del tribunal Bema está determinada por su comportamiento y servicio antes de la experiencia del rapto, tienen un tremendo incentivo siempre presente para vivir bien agradando a la vista del Señor. Ahora bien, es cierto que la doctrina de la segunda venida no es la única (y puede que ni siquiera sea la principal) guía para el comportamiento cristiano. Tenemos toda la Palabra de Dios y debemos guiarnos por sus instrucciones claras y directas para la vida cristiana. Sin embargo, la creencia en el inminente regreso del Señor proporciona un tremendo incentivo para el comportamiento correcto, que bien puede explicar por qué el Espíritu dio las promesas de la segunda venida de tal manera que han sido apropiadas por los creyentes de cada generación. Es el siervo malo, que está persuadido en su corazón: “Mi señor retrasa su venida”, el que procede a golpear a sus consiervos y a comer y beber con los borrachos (Mateo 24:49-51). Tal es el mal efecto en la conducta de los hombres que no esperan el regreso del Maestro.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se ha visto que la venida de Cristo para los suyos es una “esperanza purificadora”. En Tito 2:12, 13, el esperar a Cristo se vincula con vivir <i>sobria</i>, <i>justa</i> y <i>piadosamente</i>. En 1 Tesalonicenses 5:6, la segunda venida se traduce en sobriedad; Santiago 5:7, 8, en paciencia; Filipenses 1:10, en <i>sinceridad</i>; 1 Juan 3:3, en <i>pureza</i>; 1 Tesalonicenses 3:12, 13, en <i>amor</i> <i>fraternal</i> y <i>santidad</i>, etc. Blackstone enumera cuarenta usos de la doctrina de la segunda venida en el Nuevo Testamento, y concluye:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se emplea para armar las apelaciones, para señalar los argumentos y para reforzar las exhortaciones. ¿Qué hay más práctico en cualquier otra doctrina?[33].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">El valor de la verdad de la inminencia en la vida y la perspectiva de los santos está bien resumido por Brookes:</p><blockquote style="background-color: white; border-left: 5px solid rgb(238, 238, 238); color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 15px;"><p align="justify" style="font-size: 0.928571em; line-height: 1.25; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Si creemos de corazón y en la práctica que el Señor puede venir por su pueblo en cualquier momento, esto debe separarnos del mundo, y matar el egoísmo, y destruir las raíces de la ambición personal, y aumentar el amor fraternal, e intensificar el celo, y profundizar la preocupación por la salvación de los perdidos, y dar consuelo en la aflicción, y ponernos en un estado de preparación para la gran entrevista, como una novia que se prepara para recibir a su novio. Oh, no hay verdad en la Biblia que pueda traer mayor bendición al alma, cuando se recibe en el poder del Espíritu Santo, pero esta bendición se ve en gran medida obstaculizada si se nos enseña a esperar que nuestra reunión con él está más allá de la terrible tribulación que vendrá sobre todo el mundo[34].</p></blockquote><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Desde el punto de vista de un pastor o evangelista, el valor de enseñar y predicar la inminencia del regreso de Cristo está claramente marcado. Predique que la venida de Cristo de la gloria es un evento inminente, que puede ocurrir incluso en nuestros días, y la gente es bendecida y los corazones palpitan con una anticipación gozosa. Enseña que la Iglesia debe enfrentar los fuegos de la gran Tribulación, y envías a la gente de vuelta a sus hogares con desaliento y consternación. Predica el punto de vista postribulacional a los creyentes que esperan y aguardan Su regreso, y se siembra la discordia y la angustia en el medio. Se podrían citar fácilmente múltiples ejemplos de que esto es cierto. Enseña el regreso inminente de Cristo y la gente se renueva en esperanza y valor, a pesar de la oscuridad circundante.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Es importante recordar que en la enseñanza de la doctrina de la segunda venida, el tema principal y el centro de atracción debe ser Cristo mismo, y no simplemente un deseo humano de escapar de la Tribulación, o incluso el santo deseo de ganar el cielo. Cristo es el tema central de la Biblia. Él es aquel de quien escribieron los profetas y los apóstoles y a quien los ángeles y las huestes redimidas atribuyen alabanza y gloria y honor. Cristo, y sólo Cristo, debe ser nuestra esperanza: no la gloria de la venida, no el gozo y el beneficio que traerá su venida, sino sólo Cristo. Nuestro deseo es hacia Él. Nuestra visión debe ser aclarada y nuestros oídos deben estar afinados para la vista y el sonido de Aquel que prometió: “Ciertamente, vengo pronto”. Lo siguiente para la Iglesia, ese acontecimiento largamente prometido que está más cerca y es por tanto inminente, es Su venida. Que los corazones de todos los que lean estas líneas se agiten de nuevo para responder: “Sí, ven, Señor Jesús.”</p><h3 align="justify" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Oswald, sans-serif; font-size: 20.8px; font-weight: 400; line-height: 1.375; margin: 0px 0px 4px; overflow-wrap: break-word; text-rendering: optimizelegibility;">VI. RESUMEN Y EXHORTACION</h3><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se espera sinceramente que aquellos que han seguido este argumento a favor del pretribulacionismo hasta ahora, incluyendo a aquellos que pueden no estar totalmente de acuerdo con la posición aquí presentada, puedan regocijarse en el hecho y la seguridad de la venida de Cristo. Que los valores espirituales personales no se pierdan en el interés de establecer distinciones teológicas.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">En cuanto a la discusión que nos ocupa, los argumentos de Robert Cameron, como portavoz del caso contra la inminencia, han sido presentados y, se cree, respondidos de manera justa y concluyente. La iglesia primitiva no sólo esperaba el regreso de Cristo, sino que fue exhortada y alentada por los apóstoles a hacerlo. Se dice que un saludo común entre los cristianos en los primeros días de la Iglesia era “¡Maranatha!” – ¡Nuestro Señor viene! Las predicciones relativas a la muerte de Pedro o Pablo, etc., nunca parecieron ser un obstáculo para la creencia del primer siglo en el inminente regreso del Señor, y ciertamente no lo han sido desde ese siglo.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;">Se ha establecido a partir del Nuevo Testamento que la venida de Cristo era la esperanza de la iglesia primitiva, y a esas Escrituras se añadió el peso de las constantes exhortaciones a mirar, vigilar y esperar el regreso del Señor. Se ha visto que la teoría del rapto posterior a la tribulación es incongruente con el hecho de que el rapto comprende la bendita esperanza, la esperanza consoladora y la esperanza purificadora de la Iglesia. Se ha demostrado que la venida de Cristo por los suyos es para la Iglesia uno de sus grandes incentivos para la santidad y el servicio, y que esto alcanza su plena fuerza sólo cuando el rapto se considera pretribulacional. Así, las Escrituras del Nuevo Testamento dan amplio testimonio de la verdad y el valor práctico del inminente regreso de nuestro Señor desde la gloria. Puesto que, entonces, los cristianos buscan a Cristo y no al Anticristo, y el gozo de su venida en lugar de la ira y la desesperación de la Tribulación, que tengan cuidado de servir a Cristo fielmente, recortando sus lámparas para que brillen más, caminando por el sendero de esta vida con muchas miradas hacia arriba, hacia Aquel cuya venida es su esperanza.</p><hr style="background-color: white; border-bottom-color: rgb(255, 255, 255); border-bottom-style: solid; border-image: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top-color: rgb(238, 238, 238); border-top-style: solid; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 14px; margin: 20px 0px;" /><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn1_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[1]</span></u></a> Arthur T. Pierson, <i>The Coming of the Lord</i>, p. 53.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn2_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[2]</span></u></a> Robert Cameron, <i>Scriptural Truth About the Lord’s Return</i>, pp. 21-69.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn3_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[3]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 21.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn4_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[4]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 23.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn5_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[5]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 29.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn6_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[6]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 30.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn7_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[7]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 41.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn8_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[8]</span></u></a> Edmund Shackleton, <i>Will the Church Escape the Great Tribulation?</i>, pp. 31, 32, cited by Reese, <i>The Approaching Advent of Christ</i>, p. 231.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn9_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[9]</span></u></a> Oswald Smith, <i>God’s Future Program: Will the Church Escape the Tribulation?</i> cited by John J. Scruby, <i>The Great Tribulation: The Church’s Supreme Test</i>, p. 75.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn10_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[10]</span></u></a> Henry C. Thiessen, “Will the Church Pass Through the Tribulation?” <i>Bibliotheca Sacra</i>, XCII (July-September, 1935), 310.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn11_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[11]</span></u></a> Cameron, <i>op. cit</i>., pp. 28, 29.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn12_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[12]</span></u></a> La esperanza de la venida de Cristo en los tres primeros siglos se analizará en el capítulo 10.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn13_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[13]</span></u></a> Thiessen, <i>op. cit</i>., p. 310.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn14_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[14]</span></u></a> Cameron, <i>op. cit</i>., p. 29.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn15_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[15]</span></u></a> Cameron, <i>loc. cit</i>.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn16_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[16]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 34.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn17_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[17]</span></u></a> Thiessen, <i>Will the Church Pass Through the Tribulation?</i>, p. 52.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn18_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[18]</span></u></a> Reese, <i>op. cit.</i>, escribe un capítulo titulado “La Gran Comisión Misionera y Su Cumplimiento, pp. 108-19. Todo el esfuerzo es un ataque a Darby y a algunos de sus seguidores que aplicaron la Gran Comisión al celo evangelizador del remanente judío durante el período de la Tribulación. Reese trata de atribuir esta interpretación ciertamente ultradispensacional al pretribulacionismo en su conjunto, y luego procede a refutar el punto de vista con sarcasmo y ridiculización. Aunque puede ser un hábil recurso de polemista dar la impresión de que la posición del oponente no es sólida atribuyéndole, y luego atacando, una opinión extrema sobre un punto menor, el valor de tal tergiversación es cuestionable.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn19_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[19]</span></u></a> Cameron, <i>op. cit</i>., p. 50.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn20_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[20]</span></u></a> Además de estos objetivos principales para una creencia temprana en la inminencia de la aparición de Cristo, se plantean una o dos objeciones más insignificantes, como la prometida destrucción de Jerusalén. Lucas 21:20-24 registra esta predicción de Cristo, y se argumenta que aquí había otro evento conocido y claramente profetizado que separaba a los primeros cristianos de cualquier esperanza de estar en el rapto. Sin embargo, cuando se observa que el momento de esta destrucción no fue predicho -podría haber llegado mucho antes del año 70 d.C.- y cuando se comprende que la destrucción podría haber sido parte del tiempo de angustia después del rapto, esta objeción pierde toda su fuerza.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn21_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[21]</span></u></a> Cameron, <i>op. cit</i>., p. 68.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn22_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[22]</span></u></a> Jesse Forest Silver, <i>The Lord’s Return: Seen in History and Scripture as Premillennial and Imminent</i>, pp. 62, 63.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn23_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[23]</span></u></a> <i>Ibid</i>., p. 64.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn24_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[24]</span></u></a> A. Harnack, “Millennium,” <i>Encyclopaedia Britannia</i> (ninth edition), XVI, 314.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn25_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[25]</span></u></a> Thiessen, <i>Bibliotheca Sacra</i>, XCII (July-September, 1935), 307.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn26_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[26]</span></u></a> Oswald T. Allis, <i>Prophecy and the Church</i>, p. 167.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn27_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[27]</span></u></a> W. E. Blackstone, <i>Jesus Is Coming</i>, p. 65.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn28_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[28]</span></u></a> James H. Brookes, “Kept Out of the Hour,” <i>Our Hope</i>, VI (November, 1899), 154.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn29_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[29]</span></u></a> Cameron, <i>op. cit</i>., p. 107.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn30_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[30]</span></u></a> Henry W. Frost, <i>The Second Coming of Christ</i>, p. 202. Italics added.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn31_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[31]</span></u></a> Charles R. Erdman, “Parousia,” <i>The International Standard Bible Encyclopaedia</i>, IV, 2521-F.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn32_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[32]</span></u></a> Cited by I. M. Haldeman, <i>The History of the Doctrine of Our Lord’s Return</i>, p. 17.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn33_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[33]</span></u></a> Blackstone, <i>op. cit</i>., p. 181.</p><p align="justify" style="background-color: white; color: #666666; font-family: "Libre Baskerville", serif; font-size: 0.928571em; margin: 0px 0px 10px; overflow-wrap: break-word; padding-bottom: 10px;"><a name="_ftn34_8642" style="color: #e77e23;"><u><span style="font-size: 9.75px; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">[34]</span></u></a> Brookes, <i>op. cit</i>., p. 157.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-88160158072475573892021-11-08T08:49:00.001-06:002021-11-08T08:49:11.521-06:00Vinos Finos: Permanecer En Cristo<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 3.75pt; mso-outline-level: 1;"><b><span style="color: #444444; font-family: "inherit",serif; font-size: 24.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX; mso-font-kerning: 18.0pt;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lC0uj45W89Y/YYk4ltanGfI/AAAAAAAApPU/QiDu_EtvAgsDo7zlPE8Mciz6NAEadU8dQCLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021108_02.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="364" src="https://1.bp.blogspot.com/-lC0uj45W89Y/YYk4ltanGfI/AAAAAAAApPU/QiDu_EtvAgsDo7zlPE8Mciz6NAEadU8dQCLcBGAsYHQ/w647-h364/ESJ_BLG_2021108_02.jpg" width="647" /></a></b></div><b><br />Vinos Finos: Permanecer En Cristo<o:p></o:p></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span style="color: #999999; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 10.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Por </span><a href="https://thecripplegate.com/author/pastorarcher/" title="Clint Archer"><span style="color: #4d8b97; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 10.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Clint Archer</span></a><span style="color: #999999; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 10.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Cuando los misioneros españoles llegaron a California en el siglo XVIII,
plantaron semillas de la verdad y también algunas otras. Con el fin de tener vino para la comunión,
los misioneros establecieron viñedos, que florecieron.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Tras la fiebre del oro de la década de 1850, el norte de California se
convirtió en un importante productor de vino. Pero cuando la 18ª Enmienda
prohibió la producción de alcohol, excepto para fines religiosos, sólo
sobrevivieron 141 viñedos. Nadie en la escena internacional prestó mucha
atención a estos vinos. Los entendidos de todo el mundo presumían que una
región que producía uvas baratas nunca podría competir con países vinícolas
serios como Italia, España o Sudáfrica, y desde luego no con Francia.<span></span></span></p><a name='more'></a><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Pero todo cambió en 1976, cuando el comerciante británico Steven
Spurrier invitó a varias bodegas de California a participar en una prueba de
cata a ciegas en Francia, conocida como el <i>Juicio de París</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Los vinos baratos se enfrentaron a los de Burdeos y Borgoña,
considerados los mejores del mundo. Había once jueces. Cada uno de ellos dio a
cada vino una puntuación de entre 20, basándose en las notas de sabor, la
estructura y la nariz del vino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Las puntuaciones se contaron y se promediaron. El primer indicio de que
los estadounidenses no tenían ninguna posibilidad fue la composición del
jurado. De los once jueces, uno era estadounidense, otro británico y los nueve
restantes eran franceses. Esta flagrante parcialidad se hizo aún más injusta
cuando anunciaron que las puntuaciones de los jueces británicos y
estadounidenses <i>ni siquiera se tendrían en cuenta para los resultados.</i> Y
sin embargo, cuando se revelaron los resultados de la prueba de cata a ciegas,
el mundo del vino dio un vuelco. En
todas las categorías, los jueces franceses eligieron los vinos californianos
por encima de los franceses, para su propia sorpresa y horror. Fue una
vergüenza nacional de proporciones históricas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Sin embargo, se ofreció una excusa: los jueces franceses admitieron que
los vinos estadounidenses eran superiores <i>en ese momento</i>, pero afirmaron
que la verdadera prueba de la calidad de un vino es su maduración. La verdad
sólo se revelaría 30 años después.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Así pues, el 24 de mayo de 2006, se volvió a convocar al panel de jueces
franceses, muchos de los cuales habían estado en el juicio original de París.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">¿Adivinen qué? Los vinos de California volvieron a arrasar en todas las
categorías. El titular del Times declaraba: "Los tintos de California
ganan la revancha de la cata por una nariz".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">En el ámbito espiritual, la producción de fruto fino es de importancia,
no sólo de orgullo nacional, sino de consecuencias eternas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">El <i>Juicio de París</i> fue un ajuste de cuentas y una reivindicación
de la calidad del fruto terrenal, pero <i>el Juicio de Cristo</i> será un
ajuste de cuentas y una reivindicación del fruto espiritual, y los resultados
tendrán eco en la eternidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">En el capítulo 15 de Juan escuchamos una conversación privada que Jesús
tiene con sus discípulos la noche antes de ir a la cruz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">5 SEÑALES DE FRUCTIFICACIÓN PARA QUE ENTENDAMOS NUESTRA DEPENDENCIA DE CRISTO</span></b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">1. PRODUCTO</span></b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Juan 15:1 <i>Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Esta metáfora es perfecta. Una vid es una base larga y gruesa, con hojas
y ramas. De las ramas crecen las uvas. Dios Padre es el Viñador, el que tiene
una visión para la vid, tiene un propósito para el fruto, una estrategia para
el crecimiento y la fructificación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Jesús es la vid que hace brotar los sarmientos. Los sarmientos son sus
discípulos. Hay seguidores auténticos y falsos. El viñador elimina a los falsos
seguidores y cultiva a los verdaderos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">¿Cuál es la diferencia entre un verdadero y un falso seguidor? La fructificación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Jesús dijo en otra ocasión, registrada en Mateo 7:16-20 , “Por sus
frutos los conoceréis. ...</span> <span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Así que, por sus frutos los
conoceréis.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Entonces, el producto de un cristiano genuino es el fruto. Pero, ¿qué es
el fruto?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">El fruto es la contribución - cualquier cosa que hagas o seas que añada
valor, que expanda el reino, que traiga gloria a Dios, que sea un beneficio
para Dios o su pueblo. Cualquier cambio bueno en tu corazón o en tu vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">El fruto de la vida cristiana incluye lo que usted llega a ser interiormente
- sus actitudes y carácter, y lo que usted hace exteriormente - sus acciones y
conducta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">- Carácter - actitudes internas<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza …<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Después de la Segunda Guerra Mundial, las fábricas de municiones fueron
reformadas y reequipadas. Antes fabricaban bombas, pistolas y armas de guerra,
pero fueron reformadas para producir juguetes, utensilios de cocina y bienes
útiles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Del mismo modo, nuestros corazones vomitaban envidia, lujuria, ira,
chismes y todo tipo de maldades, y Dios nos reformó para convertirnos en
fábricas que produjeran amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
fidelidad, mansedumbre, dominio propio, constancia, afecto, ayuda, generosidad,
evangelización, participación y otros productos útiles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">- Conducta - acciones externas<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Los cristianos somos sal y luz, cuidamos de las víctimas de los
huracanes, adoptamos huérfanos, apoyamos a las viudas, traemos paz a las
relaciones, aconsejamos a los matrimonios y enseñamos a los padres a criar
hijos piadosos. En resumen, somos fructíferos, productivos y útiles para el
Viñador.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">¿Eres fructífero? ¿Eres productivo? ¿Estás atrapado en los mismos
pecados de ansiedad, avaricia, pereza, lujuria en los que estabas hace diez
años? ¿Qué harías con una fábrica que no está produciendo? La cerrarías.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">O, volviendo a nuestro texto, ¿qué harías con una rama que apenas está
produciendo nada, o peor aún, es completamente infructuosa? ...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">2. PODAR</span></b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Juan 15:1-13 “<i>Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el
labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que
lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado.u.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">El viñador elimina la madera muerta y cultiva las ramas vivas que
necesitan atención.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Si una persona no es fructífera, una de dos cosas está sucediendo: o no
son salvos, o son inmaduros y necesitan que Dios trabaje en ellos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Los falsos discípulos son aquellos que andan alrededor de Cristo pero no
son realmente sus discípulos. Como Judas.
Juan dice esto en 1 Juan 2:19 “<i>Salieron de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros;
pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros</i>.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Este es uno de los principales propósitos de las pruebas: demuestran
quién es verdaderamente creyente y exponen quién no lo es.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Para los creyentes, las pruebas y las dificultades son la forma en que
Dios trabaja en nosotros para hacernos más fructíferos...... <i>y toda rama que
da fruto la poda para que dé más fruto.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Por lo tanto, las pruebas cortan en ambos sentidos: cortan la madera
muerta y podan las ramas reales para que produzcan fruto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">El cristianismo no es para los blandengues. Hay que sacrificar tiempo y
dinero, humillarse, santificarse, ser perseguido, perder amigos o trabajos, e
incluso a veces la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">Pero, ¿sabes lo que ocurre mientras soportas todo eso? Que demuestras
que eres salvo y que <i>creces</i> en tu fructificación para el reino. Tu
testimonio, tu carácter, tu determinación, tu santidad, todo crece en las
pruebas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">CONCLUSION</span></b><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">En el Juicio de París, la prueba fue una cata a <i>ciegas</i>. Los vinos
californianos no necesitaban una etiqueta, ni tampoco jueces estadounidenses.
La calidad del fruto hablaba por sí misma.
Incluso los hostiles jueces franceses no pudieron evitar reconocer la
calidad del fruto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.8pt; margin-bottom: 15pt; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;">A medida que busques conocer, amar y obedecer a Cristo, llenar tu mente
con su palabra, y hablarle en oración, verás un crecimiento en tu carácter y
eso se derramará en tu conducta.<o:p></o:p></span></p>
<span style="color: #333333; font-family: "Georgia",serif; font-size: 10.5pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-MX;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.5pt;">Entonces, ¿cuál es el secreto para soportar las pruebas y ser fructífero
para el reino? Vuelve la próxima semana cuando consideremos el cómo y el por
qué de la producción de fruto.</span></div></span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-41360207785865432052021-11-08T07:26:00.002-06:002021-11-08T08:50:00.616-06:00¿Son iguales los juicios de Apocalipsis 14:14-16 y 14:17-20?<h1><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-B4o51hMvrag/YYkk5ZNp5NI/AAAAAAAApPM/DIj0mNarag0q8EN2fiDZ_en_rqCGjuxmACLcBGAsYHQ/s2048/ESJ_BLG_2021108_01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="358" src="https://1.bp.blogspot.com/-B4o51hMvrag/YYkk5ZNp5NI/AAAAAAAApPM/DIj0mNarag0q8EN2fiDZ_en_rqCGjuxmACLcBGAsYHQ/w636-h358/ESJ_BLG_2021108_01.jpg" width="636" /></a></div><br />¿Son iguales los juicios de Apocalipsis 14:14-16 y 14:17-20?</h1><p> POR MARK HITCHCOCK</p><p align="justify"> En Apocalipsis 14:14-16 el juicio de Dios es representado como una cosecha de grano, mientras que en Apocalipsis 14:17-20 hay una cosecha de uvas. En el primer juicio, Cristo es representado como el Hijo del Hombre. Esto es una alusión a Daniel 7:13, que señala la segunda venida de Cristo en juicio. El juicio en 14:17-20 es llevado a cabo por un ángel y apunta a los eventos de Armagedón. Hay tres opiniones principales sobre la relación entre estos dos juicios.<span></span></p><a name='more'></a><p></p><div id="extendedEntryBreak" name="extendedEntryBreak"></div><p align="justify">Primero, algunos creen que estas escenas son dos aspectos del juicio de Dios. Ellos ven la cosecha de grano como la cosecha de los santos de la tierra (Mateo 13:24-30), y la cosecha de uvas como la cosecha de los pecadores. Sin embargo, las escenas de Apocalipsis 14 son anticipos de acontecimientos que aparecerán más adelante en el Apocalipsis, y no hay una cosecha específica de santos en los capítulos finales del Apocalipsis.</p><p align="justify">En segundo lugar, otros creen que ambos juicios involucran a los pecadores, pero que el primer juicio en 14:14-16 es de naturaleza general, mientras que el siguiente en 14:17-20 es el juicio final y culminante al final de la Tribulación. El problema con este punto de vista es que ambos juicios representan el final de la era.</p><p align="justify">El tercer punto de vista, que yo sostengo, es que estos dos pasajes representan el mismo juicio al final de la Tribulación desde dos ángulos diferentes. La cosecha de trigo se presenta con brevedad, lo que "dramatiza lo repentino del juicio". [149] La cosecha de uva representa su severidad. Estas dos descripciones complementarias del juicio de Dios dejan poco a la imaginación.</p><p>[149] . Thomas, <i>Revelation 8–22</i> , 221.</p><span class="fullpost">
</span>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-15848334486230836382021-10-26T07:44:00.001-05:002021-10-26T07:44:51.747-05:00La Historia de Nuestra Esperanza<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1_czz6YV1gcrzOG2ASfA5_SwpfmmO4YQu"><img title="ESJ_BLG_20211026_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211026_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1NEcImIHraY0DSbrvEj6bFsKVrByUcJCN" width="809" height="456" /></a> </h1> <h1>La Historia de Nuestra Esperanza</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> A muchos cristianos de hoy no les gusta hablar de escatología. Y a muchos pastores no les gusta predicar sobre ella. Existe esta actitud de, "Bueno - pre-milenial, post-milenial - realmente no importa".</p> <p align="justify">Y los teólogos liberales hace mucho tiempo negaron la segunda venida de Jesucristo. Simplemente espiritualizaron todos los pasajes proféticos de la Escritura. Y los que no pueden espiritualizar, simplemente niegan su veracidad.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Sin embargo, la Escritura es muy clara sobre cuál es nuestra esperanza. Nuestra esperanza es que Jesús vendrá de nuevo. Este es el evento que culminará toda la historia de la humanidad: el Señor Jesucristo apareciendo visiblemente para revelarse a Su pueblo, para hacerlos como Él, y para llevarlos a la gloria eterna.</p> <p align="justify">Quiero exponer cuatro etapas de la segunda venida de Jesús, contando la historia de este día que esperamos, para que podamos entender exactamente cuál es nuestra esperanza como cristianos.</p> <h4 align="justify">1. Él vendrá por sus santos.</h4> <blockquote> <p align="justify"><b><sup>14 </sup></b>Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.</p> <p align="justify"><b><sup>15 </sup></b>Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.</p> <p align="justify"><b><sup>16 </sup></b>Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.</p> <p align="justify"><b><sup>17 </sup></b>Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.</p> <p align="justify">(1 Tesalonicenses 4:14-17)</p> </blockquote> <p align="justify">Esto es lo que llamamos el rapto. Es el momento en que Cristo aparecerá -transformando a los santos que estén vivos en ese momento y resucitando a los santos que ya hayan muerto- y llevándolos a estar con Él.</p> <h4 align="justify">2. Él aparecerá con Sus santos.</h4> <p align="justify">Después del rapto, habrá un tiempo de gran tribulación en la Tierra. Esto se describe cuidadosamente y en detalle en Mateo 24 y en Apocalipsis 6-19. Y al final de este período, el Señor aparecerá de nuevo, esta vez viniendo con Sus santos en lugar de por ellos. Juan nos da una descripción de este momento:</p> <blockquote> <p align="justify"><b><sup>11 </sup></b>Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.</p> <p align="justify"><b><sup>12 </sup></b>Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.</p> <p align="justify"><b><sup>13 </sup></b>Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.</p> <p align="justify"><b><sup>14 </sup></b>Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.</p> <p align="justify">(Apocalipsis 19:11-14)</p> </blockquote> <p align="justify">Aquí, Jesús y sus redimidos aparecen juntos y regresan a la Tierra para causar estragos en el juicio.</p> <h4 align="justify">3. Él reinará a través de Sus santos.</h4> <p align="justify">Una vez que Satanás sea atado y el reino de mil años sea inaugurado, Juan describe esta escena:</p> <p align="justify">Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4)</p> <p align="justify">Los que somos fieles a Cristo gobernaremos con Cristo en su reino. En ese tiempo, los hijos de Dios se manifestarán gloriosamente, revelando su verdadera condición. Por primera vez el mundo verá quiénes son realmente los creyentes. Y los verán en el poder milenario. Los verán en la gloria celestial cuando regresen a reinar con Cristo.</p> <h4 align="justify">4. Él morará entre sus santos.</h4> <p align="justify">Después de que los mil años terminen y Satanás sea finalmente derrotado por última vez, viene la etapa final que conocemos por las Escrituras:</p> <blockquote> <p align="justify"><b><sup>1 </sup></b>Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.</p> <p align="justify"><b><sup>2 </sup></b>Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.</p> <p align="justify"><b><sup>3 </sup></b>Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.</p> <p align="justify">(Apocalipsis 21:1-3)</p> </blockquote> <p align="justify">Después del rapto, la aparición y el reino, Dios el Padre y Dios el Hijo morarán con los santos para siempre.</p> <p align="justify">Así es como termina la historia. Y saber esto es importante, amigos. Vivimos a la luz de esta realidad. Jesús va a aparecer. Este mundo no ha visto lo último de Jesús.</p> <p align="justify">La gente me pregunta: "¿Crees que estamos viviendo cerca del regreso de Cristo?" Sé que hoy estamos más cerca que ayer. No sé cuándo será, pero sé que puede ocurrir en cualquier momento (Lucas 12:40). Así que tenemos que estar preparados todo el tiempo. Y vivir con la esperanza de su inminente venida marca una tremenda diferencia. </p> <hr /> <p align="justify">Este artículo está basado en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 2003, titulado “La Esperanza Purificadora, 2ª parte.”</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-16894271736659856102021-10-25T08:46:00.001-05:002021-10-25T08:46:33.771-05:00Pantalones Funerarios<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1VViZIaIoXVL_XymjOWue5OyQ8H-nbbAa"><img title="ESJ_BLG_2021025_04" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021025_04" src="https://drive.google.com/uc?id=1_QWXkWBDl5F9g6-6C6Wq5WJSLwDnmgDb" width="781" height="440" /></a> </h1> <h1>Pantalones Funerarios</h1> <h1></h1> <p> Por <a href="https://www.glennamarshall.com/2021/10/23/funeral-pants/">Glenna Marshall</a></p> <p align="justify"> Creo que compré los pantalones antes de que empezara la pandemia. No lo recuerdo, para ser sincera. Pero habíamos tenido una serie de muertes en nuestra pequeña congregación, y como soy una madre que trabaja desde casa, no tenía nada adecuado para un funeral, ya que no había asistido a uno en mucho tiempo. Me encontré frente a un estante de pantalones negros en el departamento de mujeres de una cadena de tiendas, rebuscando entre las tallas y los estilos, comprobando las etiquetas de los precios. <i>No te gastes demasiado</i>, pensé. <i>No necesitarás usarlos tan a menudo</i>. Cogí un par, me los probé y los llevé a tres funerales en menos de un mes.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Me los puse dos veces el otoño pasado para dos funerales de miembros de la iglesia que habían muerto de Covid. Volví a ponérmelos esta primavera cuando un miembro de la iglesia perdió a su hermano tras una larga enfermedad. Me negué a ponérmelos en el funeral de mi amiga Sue; no me atrevía a ponérmelos porque esos pantalones significaban que alguien había muerto. Nunca me los puse por ningún otro motivo.</p> <p align="justify">Ayer, busqué en el fondo de mi armario y saqué mis pantalones de funeral. Los combiné con un top fluido y unos zapatos de tacón que han visto días mejores. Cogí una chaqueta de punto, ya que el tiempo se había vuelto fresco. Y oré por mi marido mientras se preparaba para predicar en el funeral de las dos hijas prematuras de uno de sus mejores amigos. Dos noches seguidas de esta semana, el teléfono ha sonado con llamadas de miembros de la iglesia, que han perdido repentinamente a sus hijos adultos por la muerte.</p> <p align="justify">"¿Hasta cuándo, Señor?" He orado muchas veces esta semana. En la noche, mientras luchaba con mi propio cuerpo y el dolor que parece gobernarlo. Después de llamadas telefónicas que te rompen el corazón por el sufrimiento de otros. En un servicio fúnebre donde los padres lloran por los bebés cuya vida terminó el día de su nacimiento. En mi diario, donde todo se derrama en un lamento entintado y desordenado. El Salmo 13 se convierte en una letanía de oraciones rotas cuando el sufrimiento y las penas se sienten demasiado pesadas para soportarlas.</p> <p align="justify">“¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre? <br />¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?”</p> <p align="justify">¿Por qué razón oramos realmente cuando clamamos "hasta cuándo"? ¿Estamos orando por el fin de nuestros sufrimientos actuales? Sí. ¿Estamos orando para que las circunstancias de la vida cambien? Sí. ¿Estamos orando por una sanidad física, emocional o relacional? Sí. ¿Estamos orando para que todo lo que está mal se arregle? Sí. ¿Estamos orando para que se acabe la muerte y el dolor? Sí.</p> <p align="justify">Así que realmente, cuando oramos "¿Hasta cuándo, Señor?" estamos orando, "Ven pronto, Señor". Porque es el regreso de Cristo el que pondrá todo en orden. Es el regreso de Cristo que levantará a los muertos en Él en gloriosa resurrección. Es el regreso de Cristo el que derrotará contundentemente a nuestro último y definitivo enemigo: la muerte. Ven rápido, Señor. Ven a buscarnos. Ven a liberarnos. Ven a ganar la batalla final. Vuelve, Jesús.</p> <p align="justify">El último enemigo en ser destruido es la muerte, y sus días están seguramente contados. Llegará el fin del llanto, el sufrimiento y el dolor. El fin de la pérdida y el dolor y de echar tanto de menos a la gente que no puedes respirar. El fin del lado vacío de la cama. El fin de los brazos que duelen por los bebés desaparecidos. El fin de la soledad y la mortalidad y el miedo a lo que pueda pasar. Jesús hará que todas las cosas sean nuevas. Todo será un nuevo comienzo que durará para siempre. Sin finales. Sin despedidas. Sin muerte.</p> <p>No necesitaremos pantalones funerarios en el cielo.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-5852610543809773832021-10-25T08:30:00.001-05:002021-10-25T08:30:10.577-05:00El Problema de la Ira en las Redes Sociales<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1joBPVpOixahjOnutLedfSo9xnKKYae_A"><img title="ESJ_BLG_2021025_03" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021025_03" src="https://drive.google.com/uc?id=1Zq2rovgO8yYgirspLb2n2vspgMFsM6MI" width="779" height="439" /></a> </h1> <h1>El Problema de la Ira en las Redes Sociales</h1> <h1></h1> <p>  Por Doug Eaton</p> <p align="justify"> La mayoría de las personas se apresuran a admitir que rara vez pasan tiempo en las redes sociales sin que algo les haga enfadar, y esto es de esperar. Las investigaciones demuestran que las publicaciones que causan enfado tienen más probabilidades de ser compartidas, gustar o comentar que cualquier otro tipo de publicación. Por eso, como informa Psychology Today, "los usuarios con opiniones más radicales tienen más seguidores, precisamente porque sus tuits utilizan improperios y retórica polarizadora. Los individuos más radicales tienen más influencia social". Este tipo de comportamiento es prácticamente inevitable en Internet.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">En oposición a esta tendencia, Jesús nos ha llamado a vivir vidas de mansedumbre. Es algo que todos los creyentes deberían poseer y apreciar. La mansedumbre está estrechamente relacionada con la humildad, y una de las formas en que debería manifestarse en nuestras vidas es en un espíritu tranquilo y gentil. El ejemplo perfecto de esto es Jesús mismo. El Señor de la Justicia, sin pecado, toma carne, habita entre los pecadores, y es manso y humilde de corazón. Como se ve en su propia vida, hay un lugar para la ira justa, pero la indignación regular no es la conducta apropiada del cristiano.</p> <p align="justify">Jeremiah Burroughs dijo una vez: "Aprende a poner un alto precio a la tranquilidad y dulzura de tu espíritu". Al practicar la bienaventuranza de la mansedumbre, esto significa que debemos cuidar nuestra conducta pacífica y esforzarnos por no dejarnos llevar por la ira por cosas triviales y sin importancia.</p> <p align="justify">De hecho, muchos de los temas de las redes sociales que levantan nuestras pasiones no son triviales, pero el formato en el que se comunican sí lo es. Las personas o tuits que nos mueven a la indignación son personas que tienen tan poca influencia en el resultado de un debate social como nosotros. Nuestra ira en esta situación será casi siempre en vano, ya que no tendrá ninguna consecuencia en sus vidas ni en la cultura en general.</p> <p align="justify">Burroughs continúa diciendo: "¡Oh, las pobres bagatelas y juguetes por los que los hombres y las mujeres desechan su tranquilidad!". Luego nos da una analogía que nos lleva a la realidad. Imagina que tienes una bola de oro puro. Es un tesoro que guardas en la mano porque es muy valioso para ti. Ahora imagina que alguien viene y te echa tierra encima. Qué tonto sería lanzar tu bola de oro en represalia. Sin embargo, lo hacemos repetidamente.</p> <p align="justify">Alguien dice algo en Internet que nos parece ofensivo, y nos desquitamos con una palabra dura, un golpe rápido o una broma a su costa. Lo que hemos hecho en ese momento es permitir que nos roben la bendición de un espíritu tranquilo y gentil para pagarles por sus palabras inútiles.</p> <p align="justify">La tentación de tirar por la borda nuestra mansedumbre es una batalla espiritual que tiende a arreciar cada vez que estamos en las redes sociales. También ocurre en muchos otros contextos de nuestra vida. El mundo no entiende la mansedumbre. Como todas las bienaventuranzas, está al revés de los estándares culturales. La mayoría de la gente cree que la manera de ser feliz es exigir lo que se quiere mediante un espíritu de agitación orgullosa. Sólo así se encontrará el estado de felicidad que se busca. Jesús nos dice exactamente lo contrario.</p> <p align="justify">No estoy escribiendo esto para decirte que nunca debes estar en las redes sociales. Sin embargo, si encuentras que tu tiempo en línea despierta pasiones y te hace pasar de un espíritu de humilde tranquilidad a uno de despectiva frustración, date cuenta de lo que estás desperdiciando. Bienaventurados los mansos. ¿Es esa bendición algo que vale la pena desechar porque alguien dijo algo ofensivo en línea? Debemos aprender a controlar nuestra ira, o debemos alejarnos de la tentación.</p> <p align="justify">Hay un momento y un lugar para la ira justa, pero rara vez la naturaleza frívola de los medios sociales es digna de ella. Por último, no olvidemos nunca que muchas de las personas que despiertan nuestras pasiones en Internet son personas como nosotros que se enfadaron y arremetieron contra ellas a causa de otros tuits radicales que vieron en Internet. Tal vez nuestro enemigo sea más parecido a nosotros de lo que creemos.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-2998052722900101672021-10-25T07:45:00.001-05:002021-10-25T07:45:02.682-05:00Apocalipsis 14:19-20 ¿Correrá literalmente la sangre hasta los frenos de los caballos en el Armagedón ?<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1UJK98Tmi-SwPYrrsMfV-kac5sS7RYXY6"><img title="ESJ_BLG_2021025_02" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021025_02" src="https://drive.google.com/uc?id=1NvBQQmCKIJ265triE73f96oNvi55vSum" width="804" height="453" /></a> </h1> <h1>¿Correrá literalmente la sangre hasta los frenos de los caballos en el Armagedón (14:19-20)?</h1> <h1></h1> <p align="justify"> POR MARK HITCHCOCK</p> <p align="justify"> El capítulo 14 del Apocalipsis es un interludio o paréntesis clave en medio de toda la acción que tiene lugar en el Apocalipsis. En él, Juan nos proporciona información sobre los principales actores y acontecimientos del libro. Sin embargo, Apocalipsis 14, a diferencia de otros interludios, mira hacia adelante. Ofrece un avance conciso de lo que está por venir. Uno de los avances describe la conflagración de Armagedón, que se presenta con más detalle en Apocalipsis 16:12-16 y 19:11-21. En este anticipo de Armagedón leemos esta descripción gráfica:</p> <a name='more'></a> <blockquote> <p align="justify">El ángel blandió[a] su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios. Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre que subió hasta los frenos de los caballos por una distancia como de trescientos veinte kilómetros.</p> </blockquote> <p align="justify">Todos los intérpretes futuristas estarían de acuerdo en que este pasaje transmite el alcance y la severidad de la campaña de Armagedón. La imagen de la sangre hasta los frenos de los caballos es sangrienta y gráfica. Pero, ¿es este pasaje una mera descripción simbólica de la brutal matanza que tendrá lugar, o debe tomarse literalmente? Algunos creen que sí. Creen que el río de sangre fluirá literalmente a varios pies de profundidad a lo largo de 200 millas. No estoy seguro de la cantidad de sangre que se necesitaría, pero parece expandir los límites de la credulidad para creer que esta cantidad de sangre realmente fluirá por esa gran distancia. Parece imposible tomar este pasaje literalmente.</p> <p align="justify">Creo que la descripción se basa en las imágenes del lagar que presenta Juan. Observe que Apocalipsis 14:20 no dice que la sangre "fluirá" hasta los frenos de los caballos durante 200 millas, sino que "la sangre salió del lagar, hasta los frenos de los caballos". Este pasaje está comparando el chorro de jugo de uva de debajo de los pies descalzos de los que pisan las uvas en un lagar de piedra con el chorro de sangre de la carnicería de Armagedón. El derramamiento de sangre será tan violento que brotará y chorreará tan alto como el freno de un caballo.</p> <p align="justify">Sin embargo, sea cual sea el punto de vista que se adopte, el punto principal es inequívoco. El Armagedón será el Armagedón.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-7334917256901226062021-10-25T07:24:00.001-05:002021-10-25T07:24:03.111-05:00Esperando y Permaneciendo<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1_GCPSO2Aag2dAib8QTuuM4McD3XMclD8"><img title="ESJ_BLG_20211025_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211025_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1P-b_ccV6pn9g2cz2zOZpOPda8-brsXBF" width="804" height="453" /></a> </h1> <h1>Esperando y Permaneciendo</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> Ahora, hijitos, permanezcan en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos alejemos de él avergonzados por su venida. (1 Juan 2:28)</p> <p align="justify">Cuando Jesús aparezca, queremos enfrentarlo con confianza. No queremos encogernos de vergüenza y miedo. Y la manera de asegurarnos de que eso no ocurra es ésta: permanecer en Él.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">El verbo griego para "permanecer" es <i>menō</i>. Significa permanecer o quedarse. Así que Juan está diciendo básicamente: "Permanezcan en Él. Permanece fiel". Este término es uno de los favoritos de Juan, y es quizás el más famoso utilizado en Juan 15:</p> <blockquote> <p align="justify"><b><sup>4 </sup></b>Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. <b><sup>5 </sup></b>Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. <b><sup>6 </sup></b>El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. <b><sup>7 </sup></b>Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. <b><sup>8 </sup></b>En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. <b><sup>9 </sup></b>Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. <b><sup>10 </sup></b>Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. (Juan 15:4-10)</p> </blockquote> <p align="justify">Permanecer es la marca de la verdadera salvación.</p> <p align="justify">A lo largo de los años, esta idea de permanecer en Cristo ha sido mistificada, interpretada como si se refiriera a alguna experiencia espiritual de alto nivel. No es eso. Sólo significa sostener tu fe en el evangelio y en el Dios del evangelio. Esto es un requisito para evitar la condenación, como reitera Juan:</p> <blockquote> <p align="justify">Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. (1 Juan 2:19)</p> </blockquote> <p align="justify">¿Cómo permaneces en Cristo? ¿Cómo permaneces en relación con Dios? Permaneces allí permaneciendo comprometido con la verdad. Eso es lo que está diciendo.</p> <p align="justify">No creas ni por un momento que el asunto de la salvación soberana no involucra la voluntad del que se salva, porque eso no es cierto. Lo es. Estamos llamados a permanecer. Nuestra esperanza está asegurada al permanecer.</p> <p align="justify">Juan sabe que hay personas que se van a identificar con el evangelio pero que no van a permanecer fieles a él. Y surge la pregunta: "¿Se salvaron alguna vez y luego se perdieron? ¿Qué pasó? ¿Cómo sabemos quién es un creyente?". Y Juan da una respuesta muy sencilla. La vida eterna permanece en la persona que cree en la verdad y permanece fiel al Dios de la verdad. Los verdaderos cristianos se identifican por permanecer. Si alguien no permanece, sino que llega a negar la verdad, demuestra que nunca fue de los nuestros en primer lugar.</p> <p align="justify">Esta es una de las grandes maravillas de la verdad bíblica: Estamos seguros en la promesa eterna y el propósito y el plan de Dios, pero no aparte de nuestra propia fidelidad. Y las advertencias y los llamados a los creyentes a ser firmes, inamovibles, fieles, leales e inquebrantables impulsan al corazón a obedecer esos llamados y, energizados por el Espíritu Santo, se convierten en el medio por el cual estamos asegurados.</p> <p align="justify">Es lo mismo que lo que creemos sobre la salvación. Por un lado, creemos en la salvación por la soberanía de Dios. Por otro lado, sabemos que Dios sólo salva a los que creen, y que todas las invitaciones y llamados en la Escritura son llamados a creer, no llamados a resignarse a la predestinación.</p> <p align="justify">Todas las grandes doctrinas de la Biblia tienen este tipo de realidad inescrutable en ellas, desde la justificación hasta la santificación y la glorificación. Todo depende del poder y el propósito de Dios, pero no aparte de nuestra fe y nuestra permanencia y nuestro comportamiento piadoso. Usted fue salvado un día, si es que lo es, porque creyó. Estás siendo santificado porque obedeces. Y en la gloria, la recompensa que Dios ha preparado para ti será un reflejo de tu nivel de fidelidad en esta vida.</p> <p align="justify">Así que, por un lado, Dios puede decir: "Te he dado vida eterna, y permanecerás". Por otro lado, Él puede decirnos una y otra vez: "Sé fiel. Permanece. Persevera. No abandones la verdad. Mantente firme".</p> <p align="justify">Esta es una batalla continua en el corazón de cada creyente. A veces nos resistimos a los mandatos de Dios o dudamos de sus promesas. Pero los verdaderos creyentes saldrán victoriosos del otro lado de esa guerra. Y lo hacen viviendo no a la luz de esta vida presente, sino a la luz de la vida futura. Esta esperanza sostiene nuestra permanencia, y también es sostenida por nuestra permanencia.</p> <p align="justify">No puedes vivir en esta esperanza si no permaneces en Cristo. Si has abandonado a Cristo, no tienes derecho a esta esperanza. No tienes ninguna razón para esperar la aparición de Jesucristo, porque traerá la condenación final a los incrédulos.</p> <p align="justify">Eso es lo que dice 1 Juan 2:28: Tu capacidad de estar con confianza ante un Cristo que regresa depende de que permanezcas fiel hasta el final. Nunca estarás ante el Señor cuando regrese, teniendo una esperanza justa, a menos que mantengas una fe permanente en Cristo y en el evangelio.</p> <p align="justify">Pero para aquellos que se mantienen firmes, tenemos una magnífica esperanza. Cuando Cristo aparezca, no tendremos que acobardarnos y tratar de escondernos de Él. Estaremos de pie con valentía, y entraremos en el gozo del Señor.</p> <p align="justify">En el próximo artículo, quiero exponer exactamente lo que sucederá en aquel día - cómo termina exactamente la historia - para que sepas cuál es esa esperanza a la que te aferras.</p> <p align="justify">Este artículo está basado en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 2003, titulado "<i>La Esperanza Purificadora, parte 1</i>".</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-56475009901132508012021-10-20T07:52:00.001-05:002021-10-20T07:52:48.997-05:00Una Señal Clave De Que Está Madurando Como Predicador<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1hWmecR0AGSwentXE8LeiqwV2Y5EHtElF"><img title="ESJ_BLG_2021020_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021020_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1geX_RkjXI4a1gKOBNCRH7UwgHHP-fKBj" width="776" height="437" /></a> </h1> <h1>Una Señal Clave De Que Estás Madurando Como Predicador</h1> <h1 align="justify"></h1> <p align="justify"> Por Michael J. Kruger</p> <p align="justify"> Como profesor de seminario (y pastor) paso mucho tiempo ayudando a los estudiantes a crecer y desarrollarse como predicadores. Después de escuchar a un estudiante predicar, a menudo tomo un café o almuerzo con ese estudiante y discutimos las fortalezas y debilidades del sermón y cómo se puede mejorar.</p> <p align="justify">A lo largo de los años, he aprendido a hacer a los alumnos una pregunta clave que puede revelar mucho sobre su desarrollo como predicador.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">"¿Qué has omitido?"</p> <p align="justify">La mayoría de las veces que hago esa pregunta me encuentro con una mirada perdida. Los alumnos esperan que se les pregunte por el contenido del sermón, es decir, por lo que se ha dejado. Pero no están preparados para responder a la pregunta sobre lo que ha quedado fuera. Y hay una razón para ello. A menudo, se omite muy poco.</p> <p align="justify">Uno de los principales errores de los predicadores jóvenes (¡e incluso de algunos predicadores de edad!) es tomar todo lo que han aprendido durante la preparación del sermón y ponerlo en su sermón. Cada observación exegética, cada matiz textual, cada conexión con el Antiguo Testamento (o el Nuevo Testamento), cada analogía o ilustración, llegan a la versión final.</p> <p align="justify">Por supuesto, esta es la razón por la que los sermones de los estudiantes del seminario son conocidos por ser extremadamente detallados, demasiado técnicos y, a menudo, bastante largos.</p> <p align="justify">¿Por qué los seminaristas tienden a hacer esto? Positivamente, porque están orientados al texto. Se preocupan por el contenido. Se preocupan por la teología. Se preocupan por hacerlo bien. Y estos motivos son dignos de elogio.</p> <p align="justify">Pero, si los sermones van a ser efectivos, y si uno va a crecer como predicador, tiene que haber otro factor que guíe la preparación del sermón más allá de la preocupación por el contenido. Y ese algo es la congregación.</p> <p align="justify">Dios nos llama a predicar la palabra, sin duda. Pero nos llama a predicar a la gente. Personas reales, vivas. Personas con una serie de asuntos, necesidades y problemas específicos.</p> <p align="justify">Y una vez que tienes en mente la audiencia que Dios te ha dado, de repente tienes una razón para afinar, dar forma, moldear y elaborar el sermón para conectar con las personas a las que les estás predicando. Y cuando haces eso, algunas cosas se quedan fuera. Algunos puntos no son tan importantes como otros. Algunas ilustraciones simplemente no funcionan.</p> <p align="justify">Y ésta es, con mucho, la parte más difícil de la preparación de un sermón. Una cosa es reunir un montón de información sobre un pasaje. Otra cosa es dar forma a ese contenido pensando en personas reales.</p> <p align="justify">En pocas palabras, los predicadores deben distinguir entre la extracción y la criba. La minería es la investigación exhaustiva que reúne la materia prima de un pasaje. El cribado es el trabajo duro de escoger las joyas de ese material que necesita la congregación.</p> <p align="justify">Hacemos minería porque estamos orientados al texto. Hacemos la criba porque estamos orientados a las personas. Los buenos predicadores hacen ambas cosas.</p> <p align="justify">Lo mismo ocurre con los que hacen películas. Un director puede tener innumerables horas de metraje al final del proceso de producción. Pero, nadie pone todo su material en la película. Una buena película se debe no sólo a las muchas horas de rodaje. Una buena película también se debe a las muchas y dolorosas horas dedicadas a la edición.</p> <p align="justify">Cuando terminamos de preparar nuestro sermón, deberíamos estar rodeados de muchos puntos buenos, observaciones y aplicaciones que no llegaron a la versión final. Y eso es algo bueno.</p> <p align="justify">Entonces, ¿cuál es la señal clave de un predicador que está madurando? Los restos en el suelo de la sala de corte.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-59871380581287090242021-10-18T19:13:00.001-05:002021-10-18T19:13:11.536-05:00El ABC de la Confrontación<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1vcnjKl73ZBJmo1a2S32KJhzMtx9mMkAY"><img title="ESJ_BLG_2021018_03" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021018_03" src="https://drive.google.com/uc?id=1EmrsDEovrPaZSsQzpPhnzhuLWhhdLjcC" width="788" height="444" /></a> </h1> <h1>El ABC de la Confrontación</h1> <h1></h1> <p> Por David Huffstutler</p> <p align="justify"> El perdón ha sido el tema de mis artículos estas últimas semanas. La semana pasada exploramos cuándo las Escrituras obligan a la confrontación, al arrepentimiento y al perdón. Esta semana es una mirada bíblica y práctica a la confrontación misma. ¿Cómo debe tener lugar? ¿Qué decimos y cómo lo decimos?</p> <p align="justify">Lo que sigue a continuación es un "ABC" que trata de captar cierta sabiduría básica necesaria cuando tiene lugar la confrontación.[1]</p> <a name='more'></a> <h3 align="justify"><b>Al que confronta al pecador:</b></h3> <p align="justify"><b>Afirma tu afecto</b>. Si realmente estás siendo fiel como amigo para reprender abiertamente a un compañero cristiano, afirma lo obvio. Afirma tu afecto cristiano por el pecador con palabras. No lo des por sentado, y no dejes que tu conservación sea sólo sobre el pecado del pecador.</p> <p align="justify"><b>Prepárate para equivocarte</b>. Puede que exponga su caso y descubra del posible ofensor que está equivocado en cuanto a los hechos o a las intenciones de su hermano (Proverbios 18:17 ). Dos o tres testigos podrían animarle a dejar el asunto en lugar de llevarlo ante la iglesia (cf. Mateo 18:16 ).</p> <p align="justify"><b>Comuníquese cuidadosamente.</b> Diga exactamente cuál es el problema y luego no diga más. Elija sus palabras con sabiduría. Evite siempre el "siempre" y nunca diga "nunca" en su reprensión. Lo más probable es que el pecador no cometa <i>siempre</i> este pecado o no haga nunca lo que es correcto. Incluso en la reprensión: “Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo.” (Proverbios 25:11 ).</p> <p align="justify"><b>Hazlo bien.</b> Involucre a las personas correctas-el pecador mismo (Proverbios 25:9-10 ; Mateo 18:15 ) y sólo a otros cuando sea necesario (Mateo 18:16-17 ). Use la manera correcta: sea amable y gentil con sus palabras (Proverbios 15:1 ; Colosenses 4:6 ). Hágalo por la razón correcta-por el bien del otro cristiano y no por venganza personal (Romanos 12:17-21 ; 1 Corintios 13:5 ; 1 Tesalonicenses 5:15 ; 1 Pedro 3:9 ). Hágalo en el ambiente adecuado-este tipo de conversaciones es mejor cara a cara en privado, no por mensajes de texto, carta o teléfono (cf. 3 Juan 13-14 ).</p> <p align="justify"><b>Espere un poco, pero espere mucho. </b>No des por sentado que la conversación se desarrollará perfectamente como la imaginas en tu mente. Las confrontaciones suelen ser como un laberinto. Puedes ver la entrada y la salida, pero los giros en el camino pueden impedirte llegar a tu destino. Al mismo tiempo, si ambas partes son verdaderamente cristianas, caminarán en el Espíritu y evitarán reacciones y distracciones que les alejen de su objetivo (cf. Gálatas 5:22-26 ).</p> <p align="justify"><b>Perdone</b>. Si tu reprensión está justificada y va bien, tu ofensor se arrepiente y pide perdón. Si es así, perdona y deja pasar el asunto. Tal vez haya consecuencias que no puedas evitar. Tal vez el asunto sea civil, y la legalidad deba seguir su curso. Pero eso no significa que puedas hacer todo lo posible por dejar atrás el asunto y no recordarlo más (cf. Hebreos Jeremías 31:34 ; 8:12 ; 10:17 ).</p> <h3 align="justify"><b>Al que está atrapado en el pecado:</b></h3> <p align="justify"><b>Pida perdón.</b> Si has pecado contra tu hermano, arrepiéntete y pídele perdón (cf. Lucas 17:3-4 ). Sé diligente para dar muerte a tu pecado y, en su lugar, vive con rectitud.</p> <p align="justify"><b>Agradece las heridas de un hermano fiel.</b> El pecado grave necesita reprensión, y esta reprensión es el amor de Cristo a través de él hacia ti (cf. Apocalipsis 3:19 ). Su amor perdura en la adversidad, y permanece fiel a ti a pesar del pecado (Proverbios 17:11 ; 27:5-6 ).</p> <p align="justify"><b>Comunícate con cuidado al responder. </b>Al igual que en el caso anterior, sea prudente en lo que dice. En concreto...</p> <p align="justify"><b>No te pongas a la defensiva.</b> La vergüenza, la sorpresa, el bochorno o el shock -en el momento de recibir una merecida reprensión - pueden activar nuestra adrenalina y producir todo tipo de respuestas. Por difícil que sea, no debemos ponernos a la defensiva. Eso sólo podría aumentar la tensión de la situación y probablemente conducir a más pecado.</p> <p align="justify"><b>Espera una reprensión aquí y allá. </b>El poder del pecado está roto para los cristianos, pero todavía pecamos de vez en cuando. A veces pecamos contra otros o nos exponemos al pecado habitual. Cualquiera que sea el pecado, necesitaremos una reprensión ocasional de otro.</p> <p align="justify"><b>Vuelva a tener comunión</b>. No se limite a pedir disculpas y a alejarse, para no volver a tener comunión. De hecho, tu comunión debería ser mucho mejor porque has visto la fidelidad de tu amigo (cf. Proverbios 27:5-6 ). En lugar de ofenderse y ser inflexible (cf. Proverbios 18:19 ), su hermano respondió con amor a su pecado. Amigos así hay pocos y distantes. Deje que su compañerismo continúe.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-9838080635487232232021-10-18T09:33:00.001-05:002021-10-18T09:33:47.702-05:00Apocalipsis 14:10-11 ¿Durará realmente el infierno toda la eternidad?<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1SSL8tpDi8BxOoiKdgvWw8cTGgaWP1cRH"><img title="ESJ_BLG_2021018_02" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021018_02" src="https://drive.google.com/uc?id=1DMWWS_yVedeDmtOkBvP4ABfrUDoNDrmc" width="795" height="448" /></a> </h1> <h1>Apocalipsis 14:10-11 ¿Durará realmente el infierno toda la eternidad?</h1> <h1></h1> <p align="justify"> POR MARK HITCHCOCK</p> <p align="justify"> La doctrina del infierno es, sin duda, el tema más inquietante de la Biblia, y la verdad más inquietante sobre el infierno es su duración. La idea de que la gente sea castigada por sus pecados y fechorías no molesta a la mayoría de la gente. Pero la noción de que el infierno durará para siempre es totalmente repugnante para muchos. Por esta razón, hay quienes han tratado de suavizar esta verdad adoptando una visión "más amable y gentil" del infierno.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">En los últimos años se han hecho populares dos opiniones erróneas sobre el destino de los perdidos. La primera de ellas es el <i>aniquilacionismo</i>, que enseña que todas las almas son inmortales, pero que los malvados pierden su inmortalidad en el juicio final y son extinguidos por Dios. Para los aniquilacionistas, el castigo para los perdidos es la extinción eterna.</p> <p align="justify">El segundo punto de vista no bíblico es la <i>inmortalidad condicional,</i> que enseña que las almas humanas no son inherentemente inmortales, y que en el juicio, los malvados pasarán al olvido mientras que a los justos se les da la inmortalidad.</p> <p align="justify">Estas dos ideas son tan similares que no suelen distinguirse la una de la otra. En aras de la simplicidad, se suelen fusionar y se denominan <i>aniquilacionismo</i>.</p> <p align="justify">¿Cómo defienden su punto de vista los defensores del aniquilacionismo? En primer lugar, sostienen que los perdidos son destruidos o dejan de existir, ya sea en el momento de la muerte o en algún momento posterior determinado por Dios. Mateo 10:28 es uno de los versículos a los que apelan: "No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno".</p> <p align="justify">En el texto original del Nuevo Testamento, la palabra griega que se traduce como "destruir" (<i>appolumi/apoleia</i>) significa la mayoría de las veces "arruinar, desperdiciar o perder". En Marcos 14:4 significa "desperdiciar". En Lucas 15 se usa ocho veces y significa "perder". La moneda, la oveja y el hijo están perdidos, pero obviamente siguen existiendo.</p> <p align="justify">El segundo argumento utilizado por los aniquilacionistas es que el <i>castigo</i> de los perdidos es eterno, pero no el castigo. En otras palabras, el fuego del infierno arderá para siempre, pero los perdidos no estarán allí para soportarlo.</p> <p align="justify">Aunque el aniquilacionismo es ciertamente más atractivo para la mente humana que la visión tradicional de la condenación eterna en el infierno, la Biblia enseña claramente que el castigo en el infierno durará para siempre. La palabra griega <i>daionios</i>, que se traduce como "eterno" o "para siempre", se utiliza 71 veces en el Nuevo Testamento. Cincuenta y una veces se utiliza para referirse a la felicidad de los salvos en el cielo. Se utiliza tanto para la calidad como para la cantidad de la vida que los creyentes experimentarán con Dios. La palabra se usa otras dos veces de la duración de Dios en Su gloria (Romanos 16:26; 1 Timoteo 6:16). Una vez se usa de la duración de los cuerpos glorificados de los creyentes en el cielo (2 Corintios 5:1). Varias otras veces se usa de tal manera que nadie cuestionaría que significa para siempre. Siete veces se usa para referirse al destino de los impíos, y no debería haber ninguna duda para una mente objetiva de que en estos pasajes la palabra significa eterno, para siempre, o sin fin (Mateo 18:8; 25:41,46; Marcos 3:29; 2 Tesalonicenses 1:9; Hebreos 6:2; Judas 7).</p> <p align="justify">Una de las referencias más claras en el Nuevo Testamento a la eternidad del castigo en el infierno es Apocalipsis 14:10-11:</p> <blockquote> <p align="justify">beberá también el vino del furor de Dios, que en la copa de su ira está puro, no diluido. Será atormentado con fuego y azufre, en presencia de los santos ángeles y del Cordero. El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen, ni para quien se deje poner la marca de su nombre».</p> </blockquote> <p align="justify">En Mateo 25:46, en el espacio de un versículo, <i>tanto</i> el cielo como el infierno se describen como "eternos": "Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna". Para limitar el significado de eterno para los condenados, hay que estar dispuesto a limitarlo también para los salvos.</p> <p align="justify">Marcos 9:47-48 indica que el castigo y la pena en el infierno son eternos: “...ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga.” ¿Por qué el fuego en el infierno sería eterno si nadie estará allí para siempre?</p> <p align="justify">Apocalipsis 20:10 también establece claramente la eternidad del castigo en el infierno: “Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Este pasaje deja claro que el tormento en sí es eterno. El gran comentarista luterano R.C.H. Lenski dijo,</p> <blockquote> <p align="justify">La expresión más fuerte para nuestro "para siempre" es <i>eis tous aionan ton aionon</i>, "por los eones de los eones"; cada uno de ellos de vasta duración, se multiplican por muchos más, lo que imitamos con "por los siglos de los siglos". El lenguaje humano sólo es capaz de utilizar términos temporales para expresar lo que está totalmente más allá del tiempo y es intemporal. El griego toma su mayor término para el tiempo, el eón, lo pluraliza, y luego lo multiplica por su propio plural, utilizando incluso artículos que hacen de los eones los definidos. [148]</p> </blockquote> <p align="justify">La misma frase de duración se utiliza varias veces para hablar de la duración de la existencia de Dios (Apocalipsis 1:18; 4:9-10; 10:6; 15:7).</p> <p align="justify">La eternidad del infierno es realmente aleccionadora. Conocer el terrible y eterno juicio que espera a los perdidos debería hacernos suplicar que se reconcilien con Dios (2 Corintios 5:20-21).</p> <p align="justify">El verdadero talón de Aquiles del punto de vista de la aniquilación es la verdad sobre los grados de castigo en el infierno. Obviamente, no habría necesidad de grados de aniquilación. O eres aniquilado o no lo eres. Que la verdad de un infierno eterno nos llene de pasión y compasión por los que van allí sin Cristo. </p> <hr /> <p align="justify">[148]. Citado por Larry Dixon en, <i>The Other Side of the Good News</i>(Wheaton, IL: Bridge-Point, 1992), 93.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-41959489065565898052021-10-18T09:24:00.001-05:002021-10-18T09:24:23.507-05:00Esperanza que Purifica<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=18ptSHRd1dV5keVAqz-LQxK1_hxxIr7WO"><img title="ESJ_BLG_20211018_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211018_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1uV1I00idPtXP5bPNuHIW6m4iRFX2K2jq" width="787" height="443" /></a> </h1> <h1>Esperanza que Purifica</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> Una cosa que parece faltar en la cultura popular cristiana de hoy es cualquier preocupación por la santidad y la pureza personal. Y sin embargo, esto es a lo que todos nosotros estamos llamados:</p> <a name='more'></a> <blockquote> <p align="justify">Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. (1 Juan 2:28-3:3)</p> </blockquote> <p align="justify">Este es un pasaje sobre la esperanza en la segunda venida. Como creyentes, estamos esperando la aparición de Jesús. Pero también es un pasaje sobre cómo esta esperanza nos purifica. Al esperar a nuestro Dios, nos santificamos. Nos despojamos progresivamente del pecado y crecemos en santidad.</p> <p align="justify">El deseo del Señor es tener una iglesia santa, un pueblo santo. Vea lo que dice Pedro:</p> <blockquote> <p align="justify">sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo..” (1 Pedro 1:15-16)</p> </blockquote> <p align="justify">Estamos llamados a la santidad. Debemos separarnos del pecado para alcanzar la justicia. La obligación es clara. Se repite una y otra vez en las Escrituras. Y una de las motivaciones más fuertes que tenemos para buscar la santidad es la esperanza.</p> <p align="justify">Como creyentes, tenemos la esperanza de que Jesús aparecerá un día, y nos uniremos a Él. Y si realmente vives a la luz de este momento venidero, si realmente reconoces que algún día vas a enfrentarte al Juez y tu vida va a ser evaluada como la base de tu recompensa eterna, estarás motivado a buscar la santidad.</p> <p align="justify">Recuerda, todos vamos a estar ante el Señor. Todos vamos a estar allí en el tribunal de Cristo, y nuestras vidas van a ser evaluadas. No vamos a pagar por nuestros pecados, porque Jesús ya lo hizo. Pero toda la escoria de nuestras vidas, todos los fracasos, nos restarán nuestra recompensa eterna. Como nos advierte Pablo,</p> <blockquote> <p align="justify">Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. (1 Corintios 3:12-15)</p> </blockquote> <p align="justify">Vivir a la luz de la eternidad no es fácil en esta sociedad. Muy pocas personas, incluso cristianas, lo hacen. Nos aferramos a esta vida con fuerza. Hacemos todo lo que podemos para llenar esta vida con todas las buenas experiencias, beneficios y posesiones que son concebibles. Es una maldición, en cierto modo, vivir en una sociedad materialista.</p> <p align="justify">Siempre me acuerdo de la vez que volé a Kazajstán para hacer una serie de reuniones con 1.700 pastores de Asia central que se reunían para la primera conferencia de pastores en la historia de esa zona. Y se suponía que debía enseñar todo sobre el plan de Dios para la iglesia, durante seis días seguidos.</p> <p align="justify">Alrededor del tercer o cuarto día, los líderes vinieron a mí y me dijeron: "¿Cuándo llegamos a la parte buena?". Y yo dije: "¿Qué quieres decir con 'la parte buena'?" Dijeron: "La parte del cielo".</p> <p align="justify">Esta gente no tenía nada. Estábamos dos personas en casa de una viuda que había perdido a su marido hacía unos meses. Ella hacía largas colas para conseguir un poco de carne de caballo y algunos huevos para alimentarnos cada día. No había nada en este mundo a lo que ella se aferrara; vivía en la esperanza del cielo. Vivía en la esperanza de su recompensa eterna y del reencuentro con su amado esposo.</p> <p align="justify">Esta esperanza es poderosa. Nos motiva a obedecer mientras esperamos escuchar: “Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:23)</p> <p align="justify">Espero que no estés atrapado en sacar el máximo provecho de esta vida y el mínimo de la vida venidera. Esta vida es un vapor. La que viene dura para siempre.</p> <p align="justify"><i>Este post está basado en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 2003, titulado "La Esperanza Purificadora, Parte 1".</i></p> <h3><a href="https://drive.google.com/uc?id=1NDhlResYsRojDAuvOSXOyYmDXKMMYa6m"><img title="clip_image002" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="clip_image002" src="https://drive.google.com/uc?id=1lQgdkN5Egz7PyzbGk14P1MhPF-hKq4Zn" width="360" height="86" /></a></h3>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-24725204883194404322021-10-13T08:48:00.001-05:002021-10-13T08:48:46.638-05:00Cuando el Pecado Obliga a una Confrontación y el Perdón Debe ser Formal<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=15KAPmOkmJAmirMZMWP-GcqFLuBuyKzwJ"><img title="ESJ_BLG_2021013_02" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021013_02" src="https://drive.google.com/uc?id=1xudlixytVNJSYNLeBu1E0QDoUE8j7iS7" width="785" height="442" /></a> </h1> <h1>Cuando el Pecado Obliga a una Confrontación y el Perdón Debe ser Formal</h1> <h1></h1> <p> Por David Huffstutler</p> <p align="justify"> La ocasión pasada, vimos que incluso cuando uno es agraviado y gravemente, puede elegir pasar por alto el pecado. Pero hay veces en que pasar por alto un pecado no es una opción. En estas situaciones, la Escritura requiere una confrontación, una disculpa y el perdón para restaurar la relación. Este es un perdón condicional: no podemos perdonar al pecador a menos que se arrepienta de su pecado.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Escuche a Jesús al respecto: “¡Tened cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: «Me arrepiento», perdónalo.” (Lucas 17:3-4 ). Todos los componentes están ahí: el pecado que daña la relación (peca contra ti), la confrontación (reprensión), la condición de arrepentimiento (si se arrepiente) y el perdón (perdónalo). Además, Jesús subraya que la parte inocente debe estar lista y dispuesta a perdonar repetidamente (cf. Mateo 18:21-22 , 35 ).</p> <p align="justify">Así, mientras que a veces "el amor cubre multitud de pecados" (1 Pedro 4:8 ) y puede ser "glorioso pasar por alto una ofensa" (Proverbios 19:11 ), hay otras veces en las que hay que decir: "Mejor es la reprensión abierta que el amor oculto", un amor que se manifiesta como "las fieles... heridas de un amigo" (Proverbios 27:5-6 ). Pero, ¿cuándo son esos momentos?</p> <p align="justify">Adaptando los pensamientos de otros,[1] he encontrado útil hacer cuatro preguntas para determinar si debo o no confrontar a un pecador que está pecando contra mí o contra alguien más. Si la respuesta es "sí" a cualquiera de las preguntas que aparecen a continuación, debe haber una confrontación. Y, si Dios quiere, esta confrontación llevará a una disculpa y a un perdón que restablecerá la relación como antes. Y tal vez la relación sea incluso más fuerte por haber superado el pecado y el perdón.</p> <h4 align="justify"><strong>¿El pecado daña el vínculo entre nosotros?</strong></h4> <p align="justify">A veces la víctima no puede pasar por alto el pecado y debe enfrentarse al pecador. En este caso, el pecado es de tal naturaleza que ha roto la relación entre la parte inocente y la pecadora. Como se ve en Lucas 17:3-4 , el pecado es "contra ti" y Jesús ordena a la parte ofendida que "reprenda".</p> <p align="justify">Si el ofensor ha pecado claramente y se niega a arrepentirse, la parte inocente debe enfrentarse de nuevo con dos o tres testigos. Si el arrepentimiento sigue sin llegar, el pecado debe ser llevado ante la iglesia (Mateo 18:15-18 ). En cada paso del camino (e incluso en la excomunión; cf. 1 Timoteo 1:20 ), el objetivo es que el ofensor se arrepienta.</p> <h4 align="justify"><strong>¿El pecado perjudica al propio hermano?</strong></h4> <p align="justify">A veces un pecado se convierte en un hábito y atrapa al pecador en el pecado. "Si alguno es sorprendido en alguna transgresión, vosotros que sois espirituales debéis restaurarlo con espíritu de mansedumbre" (Gálatas 6:1 ). El pecador está extraviado y necesita que un hermano lo haga volver, arrebatándolo de la muerte y del fuego (Santiago 5:19-20 ; Judas 23 ). De lo contrario, podría endurecerse contra Dios si no es exhortado por sus hermanos (Hebreos 3:13 ).</p> <h4 align="justify">¿El pecado perjudica a otro hermano en Cristo?</h4> <p align="justify">A veces un pecado es contra alguien más que uno mismo. La justicia en esta situación exige que otro cristiano venga al rescate confrontando al hermano que está dañando a otro. El inocente puede ser pobre, huérfano, viudo u oprimido de alguna otra manera (Santiago 1:27 ; cf. Éxodo 23:6 ; Proverbios 31:8-9 ; Isaías 1:17 ; Jeremías 22:3 ). Cualquiera que sea el pecado, hay veces en que un cristiano debe confrontar a un hermano en Cristo por pecar contra otro.</p> <h4 align="justify"><strong>¿Perjudica el pecado al cuerpo de Cristo?</strong></h4> <p align="justify">A veces el pecado es tan pecaminoso que puede arruinar el testimonio de una iglesia. Pasar por alto el incesto, por ejemplo, no es amoroso sino arrogante y ni siquiera lo practican los paganos (1 Corintios 5:1-2 ). Otros pecadores que debemos confrontar incluyen a aquellos "culpables de inmoralidad sexual o avaricia... un idólatra, injuriador, borracho o estafador" (1 Corintios 5:11 ). Además, tolerar este nivel de pecado fomenta más pecado en la iglesia (1 Corintios 5:6-8 ). Permitir que una raíz amarga de una persona brote y dé frutos venenosos podría contaminar el cuerpo en su conjunto (Hebreos 12:15 ; cf. Deuteronomio 29:18-19 ). Si tal persona no se arrepiente, debe ser expulsada de la iglesia (1 Corintios 5:13 ). Sin embargo, incluso en ese caso, esta acción está destinada a provocar el arrepentimiento del pecador y, si se arrepiente, debe ser perdonado y restaurado (cf. 2 Corintios 2:5-8 ).</p> <p align="justify">Visto en las preguntas anteriores, algunos pecados obligan a una confrontación, y el confrontado debe arrepentirse. El que se enfrenta puede entonces perdonar, y ambos siguen como antes. Que Dios nos utilice como medio de gracia unos a otros para vencer nuestros pecados y perseverar<strong>.</strong></p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-83835412300530852642021-10-13T07:57:00.001-05:002021-10-13T07:57:56.996-05:00La Esperanza Que nos Libra del Miedo<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1LWr2J1JtLv1PYBhwjB-8Ser_UTafgzd5"><img title="ESJ_BLG_20211013_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211013_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1JAWYuutaTviok6Bj6tkFh0vAgu9M9kPz" width="794" height="447" /></a> </h1> <h1>La Esperanza Que nos Libra del Miedo</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> Hemos estado examinando la esperanza que Dios nos da como un regalo de gracia. Esta esperanza proviene de las Escrituras y está asegurada para nosotros por la resurrección de Cristo. Se nos comunica a través de la Palabra de Dios y se nos confirma mediante el Espíritu Santo. Nos defiende contra las dudas que Satanás podría traer. Es la fuente de nuestra bendición y alegría continuas. Se fortalece y confirma a través de las pruebas.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Esta esperanza, por tanto, elimina nuestro miedo a la muerte. ¿De qué hay que tener miedo si lo único que hace la muerte es liberarte a la realización de tu esperanza?</p> <p align="justify">Cuando viniste a Jesucristo y lo reconociste como Salvador, ¿qué querías? Probablemente no viniste a Cristo y dijiste: "Quiero ser salvado para ser una mejor esposa", o "Quiero ser salvado para tener a Dios trabajando en mi esquina para hacer mi vida más exitosa".</p> <p align="justify">Cuando alguien es verdaderamente salvo, lo que lo abruma en ese momento no son sus circunstancias, sino la realidad de su propio pecado. La oración del verdaderamente salvado es: "Dios, líbrame de mi pecado y sus consecuencias hacia la bendición de esa vida eterna que tú provees."</p> <p align="justify">Las personas que se acercan a Dios en busca de la salvación saben que lo están involucrando en un asunto que tiene consecuencias eternas. No es sólo un asunto temporal. Las personas se salvan cuando miran hacia la eternidad y se dan cuenta de que el camino en el que están tiene consecuencias eternas inmensamente aterradoras.</p> <p align="justify">Cuando vinieron a Cristo, entonces, se les dio la vida eterna. Y en ese mismo momento, el miedo a la muerte debería haber sido conquistado.</p> <p align="justify">Ahora, no quiero decir que el miedo a la muerte fue conquistado. Hay cosas normales a las que temer. Preferiría no sufrir el dolor de un accidente mortal o de una enfermedad terminal. No tengo ganas de sufrir. Es normal temer el proceso de morir. Dios lo incorporó en nosotros. Pero eso no es lo mismo que temer a la muerte.</p> <p align="justify">Una vez tuve una conversación con Larry King. Me preguntó: "¿Tienes miedo de morir?" Y le dije: "No tengo miedo a la muerte". Me volvió a preguntar: "¿Lo dices en serio, no tienes miedo a la muerte?" Y le dije: "No tengo miedo a la muerte. Tengo una ansiedad normal por la forma en que podría sufrir antes de la muerte, pero no tengo miedo a la muerte debido a mi esperanza en Cristo. Ese es el cumplimiento de todo lo que me importa". Luego dijo: "Ojalá pudiera tener esa fe". Y yo le dije: "Oh, podrías. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Cristo".</p> <p align="justify">Cuando tienes esta esperanza, el aguijón de la muerte desaparece. Desaparece porque la muerte simplemente te lleva a la presencia del Señor, y por eso el apóstol Pablo espera con alegría la muerte. Dice,</p> <blockquote> <p align="justify">" ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?</p> </blockquote> <blockquote> <p align="justify">ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 15:55-57)</p> </blockquote> <p align="justify">Somos victoriosos sobre el pecado. Somos victoriosos sobre la acusación y el castigo de la ley, y por eso podemos mirar al futuro hacia "una esperanza guardada para vosotros en el cielo" (Colosenses 1:5).</p> <p align="justify">¿Hay alguien que tenga miedo del cielo? ¿Hay algún creyente que tenga miedo de la presencia de Jesucristo? ¿Hay alguien que tenga miedo de entrar en la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial, la capital del estado eterno? ¿Hay alguien que tenga miedo de una eternidad en comunión con los santos? Nada del cielo me asusta, y la muerte es la puerta de entrada a esa experiencia. Así que no tenemos nada que temer cuando se trata de la muerte.</p> <p align="justify">La muerte es nuestra liberación, nos libera para ser aquello para lo que fuimos redimidos. Esta esperanza es segura. Es una esperanza absolutamente fija. De hecho, Tito 1:2 se refiere a "la esperanza de la vida eterna, que Dios, que no puede mentir, prometió hace mucho tiempo".</p> <p align="justify">¿No amas eso? Dios, que no puede mentir, prometió esta esperanza de vida eterna antes de que comenzara el tiempo. La prometió a sus elegidos, y escribió sus nombres en un libro. Y antes de que tú fueras creado, antes de que Adán fuera creado, antes de que el universo fuera creado, Dios ya había escrito los nombres de aquellos que recibirían la esperanza de la vida eterna. Y Dios no puede mentir. Y por eso Hebreos 6:19-20 dice esto:</p> <p align="justify">la cual tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás[a] del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.</p> <p align="justify">Este es un lenguaje sorprendente. Tenemos una esperanza que está anclada en Jesús, que está dentro del velo en el mismo trono de Dios, intercediendo por nosotros. Esta es nuestra esperanza.</p> <p align="justify">Pero esta esperanza no sólo tiene implicaciones en la forma en que pensamos en la muerte. También tiene implicaciones para la forma en que vivimos nuestra vida actual. Ese será el tema del próximo artículo.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-12900900214831700142021-10-12T09:59:00.001-05:002021-10-12T09:59:13.302-05:00Como Vencer el Miedo en el Evangelismo<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1-Pi-87f3SuMpxYCArbZ7yJSNa35eCCn6"><img title="ESJ_BLG_2021012_03" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021012_03" src="https://drive.google.com/uc?id=1-PoKE1kBTSqZoyNLdeTXIrbhmbw3LtY9" width="787" height="443" /></a> </h1> <h1>Como Vencer el Miedo en el Evangelismo</h1> <h1 align="justify"></h1> <p align="justify"> Por <a href="https://thecripplegate.com/author/standridgejl/">Jordan Standridge</a></p> <p align="justify"> Odio las arañas. Realmente odio las arañas.</p> <p align="justify">No quiero que me toquen, no quiero estar en la misma habitación que una, no quiero estar en la misma ciudad que una, de hecho prefiero no estar en el mismo continente que una. </p> <p align="justify">Esta aracnofobia, me lleva a hacer cosas extrañas. Por ejemplo, cuando tengo que sentarme en un banco que está al aire libre, suelo mirar debajo del banco para ver si hay telas de araña. No me malinterpreten, temo parecer estúpido, pero temo más estar cerca de una araña. Si una araña se acercara a mí, probablemente saldría corriendo. Entre el miedo a parecer débil y a que me toque una araña, elijo siempre lo primero. Todo se reduce a miedos contrapuestos.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">También hay temores contrapuestos cuando se trata de evangelizar. </p> <p align="justify">Hace poco recordé cómo mi abuelo comenzó su iglesia en Roma. Todos los domingos por la noche, él y sus hijos se situaban en una plaza a 100 metros de la famosa Escalera Santa que cambió la vida de Martín Lutero, cantando canciones y predicando el Evangelio a los desconocidos de la calle. </p> <p align="justify">Mi tío comentaba que la gente se burlaba constantemente, les gritaba insultos y les perseguía por sus acciones. Sin embargo, mi abuelo, a pesar de que, como cualquier ser humano normal, odiaba el sentimiento de rechazo y persecución, siguió adelante. Cincuenta años después, la iglesia que fundó sigue existiendo y funcionando bien.</p> <p align="justify">Nadie quiere ser rechazado. Nadie quiere que se burlen de uno. Nadie quiere perder relaciones. Todos esos son temores comprensibles que todos enfrentamos como cristianos. Pero el hecho es que tenemos que sopesar los temores que compiten. </p> <p align="justify">Sí, se burlarán de ti. Pero Dios te ha llamado a ser fiel y te ha prometido toda bendición espiritual en los lugares celestiales. (Ef. 1:3)</p> <p align="justify">Sí, puedes perder una relación en esta vida. (Mat. 10:34) Pero ciertamente la perderás por la eternidad si no se arrepienten y creen en Cristo.</p> <p align="justify">Sí, podrían ser perjudicados e incluso perder su vida. (Mat. 10:39) Pero no debemos temer a aquellos que sólo pueden matar el cuerpo, debemos temer a aquel que después de matar el cuerpo tiene el poder de enviar nuestra alma al infierno. (Mateo 10:28)</p> <p align="justify">Se trata de temores contrapuestos. </p> <p align="justify">Ahora que se acerca el día de la reforma, me acuerdo de Lutero el día de la dieta de Worms. Se le pidió que se retractara.</p> <p align="justify">No podemos olvidar que uno de nuestros héroes vaciló ese día.</p> <p align="justify">Pidió un día para pensar y orar. Se cuenta que se quedó despierto toda la noche y entró en guerra con el diablo, según sus propias palabras.</p> <p align="justify">¿Cuál era el problema? ¿En qué estaba pensando?</p> <p align="justify">Bueno, lo iban a excomulgar de la Iglesia Católica Romana. Esto era un gran problema porque la Iglesia Católica dice que fuera de ella no hay salvación. Además, su vida estaba amenazada, ¡había muchas posibilidades de que lo quemaran!</p> <p align="justify">Sin embargo, incluso bajo ese temor, el miedo que competía prevalecía. El miedo a ir en contra de su conciencia. El miedo a que las almas alemanas no llegaran a escuchar el Evangelio. El miedo a que su Salvador no fuera glorificado. Y así, valientemente se mantuvo firme y defendió fielmente el verdadero Evangelio.</p> <p align="justify">Sé que es difícil compartir el Evangelio. Decirle a alguien que va a ir al infierno a menos que se arrepienta y crea en Jesús es difícil. Decirle a alguien que si muere hoy se enfrentará a Dios y que a menos que sea perfecto no tendrá ninguna oportunidad. Decirle a alguien que no es una buena persona, sino que constantemente ofende a Dios con su conducta y con su vida.</p> <p align="justify">Ninguna de estas cosas es fácil de hacer. Todas estas cosas pueden traer graves consecuencias a tu vida. Pero vale la pena. Vale la pena porque no hay otra manera de que la persona con la que estás hablando pueda ser salvada. Vale la pena porque el Rey de la Gloria te llamó a tomar tu cruz y seguirlo. Vale la pena porque el Dios del universo te ha elegido para ser su portavoz. Vale la pena porque la trinidad merece la adoración de cada ser humano que camina por este mundo.</p> <p align="justify">Por supuesto, no se trata sólo de miedo. Hay mucha alegría que viene con la proclamación fiel del Evangelio. Nunca debemos olvidar el poderoso recordatorio que recibimos cada vez que declaramos la verdad de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Es estimulante compartir el Evangelio con un no creyente porque es una maravillosa oportunidad para declarar la poderosa obra de Dios en nuestras vidas. También es un gozo tan grande, difícil de encontrar, ver el poder transformador del Evangelio en la vida de las personas cuando Él abre sus ojos y los hace seguir a Cristo. Y nunca debemos olvidar las recompensas que aquellos con pies hermosos obtendrán en el Cielo por proclamar fielmente el Evangelio a la gente según Dios nos dé oportunidades. Todas estas son razones maravillosas y positivas para compartir el Evangelio. </p> <p align="justify">Pero siempre debemos ser conscientes de los temores que compiten con el evangelismo.</p> <p align="justify">La próxima vez que te encuentres sopesando las consecuencias de compartir el Evangelio, considera los temores que compiten entre sí y pregúntate a qué temes más. ¿Temes al hombre o a Dios? ¿Temes perder una relación terrenal o perder una relación eterna? O más importante, ¿temes perder la gloria personal o que Dios no obtenga la gloria?</p> <p align="justify">Temamos siempre a Dios más que al hombre, y con gozo proclamemos fielmente la verdad a todas las almas que Él ha puesto en nuestro camino..</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-38849551084489570412021-10-12T09:32:00.001-05:002021-10-12T09:32:51.535-05:00He Sido Agraviado. ¿Debo Esperar que mi Agresor me Diga “lo siento”?<h1><a href="https://drive.google.com/uc?id=1F9l6WY9JoS9uO4kYhWCALl33rRONBXtW"><img title="ESJ_BLG_2021012_02" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021012_02" src="https://drive.google.com/uc?id=1fwOph2rAbRwn3BkcZzd-x7ocuEEDgdR2" width="788" height="444" /></a> <p>He Sido Agraviado. ¿Debo Esperar que mi Agresor me Diga “lo siento”?</p> </h1> <p>Por David Huffstutler </p> <p align="justify"> A veces nos preocupamos por si una confrontación destrozará o no una relación que parece agrietada y que se desmorona. ¿Cómo discernimos si debemos o no confrontar a alguien por un pecado y pedirle una disculpa?</p> <p align="justify">A continuación se examina las Escrituras para responder a esta pregunta y adapto los pensamientos de otros en mis propias palabras.[1] Se podría decir mucho más de lo que sigue, pero aquí al menos tres preguntas para ayudar a determinar si es necesaria o no una confrontación.</p> <a name='more'></a> <h3 align="justify"><strong>En primer lugar, ¿es importante este pecado?</strong></h3> <p align="justify">No me malinterpretes con esta pregunta: todo pecado es importante porque viola la naturaleza infinitamente santa de nuestro Dios perfectamente puro. La idea con esta pregunta es discernir la importancia relativa del pecado.</p> <p align="justify">A veces, las Escrituras indican que hay que evitar las represalias. Podemos esperar ser perseguidos por nuestros enemigos, y debemos amarlos a cambio (Mateo 5:10-12 ). Cuando los enemigos o cualquiera nos abofetea o nos quita el abrigo, podemos pasar por alto este tipo de ofensa y dar bondad a cambio (Mateo 5:38-41 ). Una ofensa menor no necesita una respuesta mayor. Si la ofensa es menor, deja que tu "amor cubra una multitud de pecados" (1 Pedro 4:8 ). Podría ser tu "gloria pasar por alto una ofensa" (Proverbios 19:11 ). Jesús enseñó este amor (Mateo 5:10-12 , 39-40 ) y lo vivió también (Isaías 53:7 ; Mateo 27:12 ; Marcos 14:61 ; 15:4-5 ; Lucas 23:9 ; Juan 19:9 ; 1 Pedro 2:22-23 ).</p> <h3 align="justify"><strong>En segundo lugar, ¿es este pecado intencionado?</strong></h3> <p align="justify">Una cosa es que alguien ofenda a otro de forma premeditada. Otra cosa es que alguien ofenda a otro por accidente. Relacionando esta pregunta con la anterior, puede que merezca la pena mencionar un asunto importante al ofensor. Sin embargo, si el asunto no es importante, y si el ofensor no tuvo la intención de ofender (como mejor sabemos), entonces es probable que sea mejor "pasar por alto una ofensa" (Proverbios 19:11 ).</p> <h3 align="justify"><strong>Tercero, ¿es este pecado individual?</strong></h3> <p align="justify">Por individual, quiero decir que el infractor te ha ofendido a ti y sólo a ti. Puede ser una ofensa privada o pública. Incluso puede ser bastante grave. Sin embargo, incluso en ese caso, si el pecado es contra ti y contra nadie más, puedes elegir pasar por alto el pecado.</p> <p align="justify">José pasó por alto el pecado de sus hermanos al venderlo y despedirlo (Génesis 45:4-5 ; 50:20 ). David pasó por alto las maldiciones de Simei y el lanzamiento de piedras (2 Samuel 16:5-14 ; 19:18-23 ). Jesús oró por el perdón de sus asesinos (Lucas 23:34 ), y Esteban también lo hizo (Hechos 7:60 ). No todos los asesinos vinieron a Cristo, pero algunos lo hicieron con el tiempo (Marcos 15:39 ; Hechos 2:37 ; 9:17 ).</p> <p align="justify">Por lo que estos individuos pasaron por alto, Dios Todopoderoso haría perfecta justicia en su momento. Pero tanto si un agresor encuentra el perdón de Dios como si no, nosotros como individuos podemos pasar por alto el pecado. Este amor no significa que la justicia pueda exigir consecuencias y una disculpa formal por un pecado grave, sino que podemos pasar por alto lo que podamos y estar dispuestos a perdonar.</p> <p align="justify">Entonces, ¿debe usted esperar que su ofensor diga "lo siento"? Como dijo un pastor: "La respuesta corta es que es una cuestión de sabiduría o discernimiento"[.2]</p> <p align="justify">Esperamos que las tres preguntas anteriores proporcionen algo de sabiduría y discernimiento general. Y para cualquier cosa que quede sin decir, le animo a leer el libro citado en las notas de abajo.</p> <p align="justify">La próxima semana, espero volver a escribir sobre el perdón y aclarar cuándo las Escrituras requieren que alguien se enfrente al ofensor. </p> <hr /> <p align="justify">[1] Ver especialmente Chris Brauns, <i>Unpacking Forgiveness</i> (Wheaton, IL: Crossway, 2008) y John MacArthur, <i>The Freedom and Power of Forgiveness</i> (Wheaton, IL: Crossway, 1998). []</p> <p align="justify">[2] Brauns, <i>Unpacking Forgiveness</i>, 98</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-10340954878058101402021-10-12T09:10:00.001-05:002021-10-12T09:10:44.096-05:00La Esperanza Bajo Ataque<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1Z6B82GqKiWGR8tX1U_G57eWDYG2mYTNn"><img title="ESJ_BLG_20211012_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211012_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1oZ_YyE7NZ70GIod7XSDj09gt9JNFahhO" width="810" height="456" /></a> </h1> <h1>La Esperanza Bajo Ataque</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> Como cristiano, asumo que voy a ser atacado por Satanás. Asumo que voy a estar involucrado en la batalla contra “poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.” (Efesios 6:12). Esa batalla se dará en muchos, muchos niveles. Pero una avenida de ataque con la que Satanás trata de aplastarnos es la duda.</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Todo cristiano que ha vivido ha experimentado la duda. La duda no es una indicación de que usted no es salvo. La duda es un pecado, pero como todos los demás pecados en la vida de un creyente, es perdonable. Y por medio de las Escrituras y la obra del Espíritu, lo superamos. Satanás quiere entrar con los golpes aplastantes de la duda, pero tenemos puesto un yelmo, que es la esperanza de la salvación. La esperanza, entonces, nos defiende contra los ataques de Satanás.</p> <blockquote> <p align="justify">Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.. (1 Tesalonicenses 5:8-10)</p> </blockquote> <p align="justify">Para muchos creyentes, hay momentos en los que nos preguntamos si realmente somos salvos. Tal vez tengas el pensamiento fugaz: "Ni siquiera sé si todo este asunto del evangelio es cierto. Me pregunto si estoy creyendo en una fantasía". O tal vez tu pensamiento sea: "No sé si el Señor me ha salvado realmente. Soy tan pecador que no estoy seguro de ser digno. No sé si estoy dentro o fuera. Tal vez el Señor ha decidido dejarme ir. Tal vez sólo pensé que era un cristiano".</p> <p align="justify">Esas batallas pueden seguir y seguir. Entonces, ¿a qué puedes anclarte en medio de ellas? Vuelve a la esperanza de salvación que te dan las Escrituras por gracia, garantizada por la resurrección de Cristo y confirmada por el maravilloso testimonio interno del Espíritu Santo, que sigue afirmando que eres hijo de Dios.</p> <p align="justify">La esperanza nos defiende de Satanás. Porque no importa lo que vaya mal en este mundo, sabemos que hay una vida mejor por venir. No importa qué problemas y pruebas y luchas y enfermedades y desastres y muerte vengan, sabemos que hay algo mejor por venir. Y lo esperamos ansiosamente. Cuando Satanás nos martillea con la duda, volvemos a la revelación de nuestra esperanza. Esto es lo que Pablo nos anima a hacer en 1 Tesalonicenses 5:8-10, y esto es lo mismo que nos anima a hacer en Romanos 8:31-35:</p> <blockquote> <p align="justify">Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?</p> </blockquote> <blockquote> <p align="justify">¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?</p> </blockquote> <p align="justify">Sabemos por la fe que Dios sí está por nosotros, y que eso significa que salvará y concederá la vida eterna a quienes confíen en Él. Y recordar esta esperanza nos hace más fuertes que cualquier duda que pueda asaltarnos.</p> <p align="justify">Nadie puede condenarnos con éxito porque Cristo ya ha muerto por nosotros. Nadie puede separarnos del amor de Cristo. Pablo lo sabía por experiencia personal, ya que había sufrido muchas cosas en nombre de Jesús sin ser nunca abandonado por Él.</p> <p align="justify">Así pues, la esperanza es lo que nos defiende de los ataques de Satanás cuando nos golpea con la duda. La esperanza se confirma y fortalece a través de nuestras pruebas cuando vemos la mano protectora y preservadora de Dios, y cuando sufrimos el dolor que nos hace anhelar aún más la brillante realidad de nuestra esperanza eterna. Como dice Jeremías,</p> <blockquote> <p align="justify">Bendito es el hombre que confía en el Señor,</p> <p align="justify">cuya confianza es el Señor. (Jeremías 17:7)</p> </blockquote> <p align="justify">Cuando tienes tu esperanza en Él, esa esperanza se convierte en la fuente de tu alegría más verdadera, más pura y más alta. Y esto es así porque Dios es una roca; Él es inmutable, fiel y soberano. Nadie puede obstaculizar el desarrollo de Su propósito. Por lo tanto, como veremos en la próxima entrada, este tipo de esperanza no deja lugar al miedo.</p> <p align="justify"><i>Esta entrada está basada en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 2003, titulado "Una teología de la esperanza.<em>"</em></i></p> <h3><a href="https://drive.google.com/uc?id=1GmXtRv_O0hweDjHuhQDVluAk02zPncNI"><img title="clip_image002" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="clip_image002" src="https://drive.google.com/uc?id=1lo97_ERkJnrB5EzQbP9TjBunYsA12_ZS" width="160" height="38" /></a></h3>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-22651241648822137432021-10-11T06:57:00.001-05:002021-10-11T06:57:41.817-05:00¿Qué es el “evangelio eterno” en Apocalipsis 14:6?<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1t-qKOUu_Hu-SnlX4tM2p8DiC4gR9nEcp"><img title="ESJ_BLG_2021011_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_2021011_01" src="https://drive.google.com/uc?id=10KwE3f9wfMs3lMfLnJZ1qiDeEzp9Ze4X" width="781" height="440" /></a> </h1> <h1>¿Qué es el “evangelio eterno” en Apocalipsis 14:6?</h1> <h1></h1> <p align="justify"> POR MARK HITCHCOCK</p> <p align="justify"> En Apocalipsis 14:6-7 leemos sobre un ángel que vuela en el cielo predicando un "evangelio eterno" o buenas noticias a los que están en la tierra durante la gran Tribulación. Hoy en día, la predicación de las buenas noticias se da a los hombres, pero durante la Tribulación, los ángeles la proclamarán por todo el mundo. c dice,</p> <a name='more'></a> <blockquote> <p align="justify">Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.</p> </blockquote> <p align="justify">No se nos deja a nuestra imaginación o especulación el contenido de esta buena noticia eterna. Cuando el ángel habla en Apocalipsis 14:7, revela la naturaleza de este evangelio:</p> <blockquote> <p align="justify">No es el evangelio eterno de la gracia redentora de Dios en Cristo Jesús, sino, como muestra el siguiente versículo, un llamado a temer, honrar y adorar al Creador. Es un llamamiento final a todos los hombres para que reconozcan al único Dios verdadero. Es un evangelio eterno, ya que expone el propósito eterno de Dios para el hombre. Se relaciona con el juicio y la salvación en la era venidera. [147]</p> </blockquote> <p align="justify">Durante la Tribulación, se le dirá a la gente que tema a la bestia y la adore. Pero este mensajero celestial llamará a la gente de todo el mundo a adorar, honrar y temer sólo a Dios, que se ha revelado abundantemente en la naturaleza, de modo que la gente que se niega a reconocerlo no tiene excusa (Romanos 1:19-20). </p> <hr /> <p align="justify">147 . Mounce, <i>The Book of Revelation</i> , 72-73.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-91034262991575611652021-10-08T17:20:00.001-05:002021-10-08T17:20:01.749-05:00La Naturaleza de Nuestra Esperanza<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1I0PQDtnWOjB5zeDwzgKpKmcF7_67HANe"><img title="ESJ_BLG_20211008_02" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211008_02" src="https://drive.google.com/uc?id=1TgIgjdsmZ56yTKgh_RPsbHMpKUNk7LSA" width="781" height="440" /></a> </h1> <h1>La Naturaleza de Nuestra Esperanza</h1> <h1></h1> <p> Por John MacArthur</p> <p align="justify"> En esta entrada quiero ofrecerles un poco de teología de la esperanza. Y quiero empezar con la idea de que nuestra esperanza, fundamentalmente, está en Dios. Está en el Dios inmutable, el Dios que no puede decir otra cosa que la verdad. Por eso el Salmo 43:5 puede decir esto:</p> <a name='more'></a> <blockquote> <p align="justify">¿Por qué te abates, oh alma mía, <br />Y por qué te turbas dentro de mí? <br />Espera en Dios; porque aún he de alabarle, <br />Salvación mía y Dios mío.</p> </blockquote> <p align="justify">Las cosas no son lo que deberían ser. Las cosas no son como las planearíamos si estuviéramos al mando. Y esto puede llevarnos a la desesperación. Pero el salmista dice: "Deja eso y espera en Dios". Dios ha prometido cuidarnos, protegernos, guiarnos y sostenernos, y podemos confiar en Él para la vida eterna.</p> <p align="justify">La Biblia también dice que nuestra esperanza en Dios es un don de la gracia. No es algo que podamos ganar. Mira esta bendición:</p> <blockquote> <p align="justify">Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, consuele vuestros corazones y <i>os</i> afirme en toda obra y palabra buena. (2 Tesalonicenses 2:16-17)</p> </blockquote> <p align="justify">Que no se diga que hemos hecho algo para ganar nuestra esperanza. Dios es quien nos da algo que esperar, y nos da esta buena esperanza por gracia.</p> <p align="justify">Ahora bien, ¿dónde encontramos la esencia de esta esperanza? ¿Dónde aprendemos qué es exactamente lo que esperamos? Esto es lo que dice Romanos 15:4:</p> <blockquote> <p align="justify">Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.</p> </blockquote> <p align="justify">Todo lo que está escrito en la Escritura -tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento- se escribió para que tuviéramos esperanza. Nuestra esperanza viene de Dios por gracia y se nos dispensa en la Escritura. Es a medida que aprendemos lo que dice la Escritura que tenemos esperanza. Y como esta esperanza de Dios por gracia se da a través de la Escritura, es algo razonable. Así lo dice 1 Pedro 3:15:</p> <blockquote> <p align="justify"><b><sup></sup></b>sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, <i>estando</i> siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero <i>hacedlo</i> con mansedumbre y reverencia.</p> </blockquote> <p align="justify">Pedro dice que nuestra esperanza es defendible. No se trata de una esperanza ilusoria. Nuestra esperanza en la vida eterna, en el cielo, en ser finalmente hechos como Cristo, en un cuerpo redimido unido en una unidad indivisible por toda la eternidad con nuestro espíritu redimido por el que alabaremos y serviremos al Señor, es una esperanza razonable.</p> <p align="justify">Alguien puede preguntar: "¿Cómo es defendible?". Es defendible porque proviene de la Palabra de Dios. Y la Palabra de Dios es verdadera. Cualquier estudio honesto de la Biblia permitirá que la propia Escritura descargue su propia veracidad sobre un lector de mente abierta. La Biblia puede defenderse ante cualquiera que la estudie.</p> <p align="justify">Además de todo esto, sabemos que nuestra esperanza ya ha sido asegurada para nosotros. ¿Y cómo fue asegurada? Por la resurrección de Jesucristo. De nuevo, Pedro nos ayuda con esto.</p> <blockquote> <p align="justify">Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. (1 Pedro 1:3)</p> </blockquote> <p align="justify">Tenemos la esperanza de que nos dirigimos hacia la vida eterna. Y bendecimos a Dios porque nos ha hecho nacer de nuevo a esta esperanza a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Hemos muerto en Él y hemos resucitado en Él. Hemos resucitado para caminar en una vida nueva en la misma resurrección de Jesucristo.</p> <p align="justify">Cuando Jesús fue a la cruz, podría haber habido alguna duda sobre si nuestra esperanza era válida. Podría haber habido alguna razón para preguntarse si la promesa del Antiguo Testamento, "Ni permitirás que tu Santo vea corrupción,” sería realmente cierta (Salmo 16:10). ¿Tenía el salmista alguna razón para esa esperanza? Al menos se podía cuestionar hasta un acontecimiento monumental: la resurrección de Jesucristo.</p> <p align="justify">En la resurrección, nuestra vida eterna fue asegurada. Por lo tanto, tenemos una esperanza viva. Pero con esto no termina este sorprendente tratamiento de la esperanza en la Biblia. Vea Romanos 15:13.</p> <blockquote> <p align="justify">Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.</p> </blockquote> <p align="justify">Es el Espíritu Santo quien suscita esa actitud esperanzada en el corazón en respuesta a las promesas de Dios reveladas en la Escritura. La esperanza, pues, abarca al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. El Padre da la esperanza, el Hijo asegura la esperanza y el Espíritu confirma la esperanza.</p> <p align="justify">Como creyentes, pues, debemos vivir con esperanza. No somos un pueblo que tiene esperanza sólo en este mundo; tenemos esperanza en el mundo futuro, y es una esperanza viva. Es una esperanza de vida real, garantizada y asegurada para nosotros porque Jesús venció la muerte no sólo para sí mismo, sino para todos los que están en él. Y como veremos la próxima vez, esta esperanza es nuestra ancla a través de las dudas y pruebas de la vida.</p> <p align="justify"><em>Este post se basa en un sermón que el Dr. MacArthur predicó en 2003, titulado “Una teología de la esperanza.”</em></p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8437923515425968394.post-66054714717032871132021-10-08T09:09:00.001-05:002021-10-08T09:09:23.392-05:00¡Basta De Cursos!<h1 align="center"><a href="https://drive.google.com/uc?id=1wmdUkGT84m9II54qRZmLQ-gxRHEWSVKR"><img title="ESJ_BLG_20211008_01" style="border: 0px currentcolor; display: inline; background-image: none;" border="0" alt="ESJ_BLG_20211008_01" src="https://drive.google.com/uc?id=1lPJr5wkP4zIE26KIaRchPDzKNMfMB0za" width="787" height="443" /></a> </h1> <h1>¡Basta De Cursos!</h1> <h1></h1> <p> Por Stephen Kneale</p> <p align="justify"> ¿Por qué la gente no hace evangelismo? En el fondo, la respuesta es bastante sencilla: no quieren hacerlo. ¿Por qué las iglesias no hacen mucho en cuanto al discipulado? En el fondo, la respuesta es bastante simple: no quieren hacerlo. Si quisieran, lo harían, ¿no es así?</p> <a name='more'></a> <p align="justify">Ahora bien, puede haber todo tipo de razones por las que no quieran hacer esas cosas. Puede que tengan miedo. Puede que se sientan mal preparados. Puede que se sientan demasiado ocupados. Pueden sentir que una u otra cosa no es tan importante (usualmente el discipulado toma un lugar secundario con respecto al evangelismo cuando uno es dejado de lado por el otro). Puede que sientan que uno se enrolla en el otro, es decir, que el discipulado consiste fundamentalmente en conseguir que la gente haga evangelismo y no mucho más. Las razones abundan.</p> <p align="justify">Los evangélicos tienden a tener dos respuestas a este tipo de cosas. O bien organizamos una conferencia o producimos un curso. A veces, somos muy inteligentes y organizamos una conferencia que promueve nuestro nuevo curso. Vengan a la conferencia y usen el curso y todos estos problemas desaparecerán para siempre. ¡Haga que toda su iglesia haga evangelismo y discipulado en tres sencillos pasos! Haga este curso de siete semanas sobre cómo entrar en la iglesia (esto es, en realidad, un curso real). Haga este curso para aprender qué decir en el evangelismo. Haga este curso para aprender a hacer tazas de té en la iglesia. Haz este curso para aprender a abrir la puerta a alguien y decir "hola" cuando entra. Tenemos cursos para casi todo.</p> <p align="justify">Pero si nuestro problema consistiera en la falta de formación o en no saber qué hacer, te imaginarás que ya lo habríamos resuelto con el sinfín de cursos que producimos. Tenemos Cristianismo Explorado, Cristianismo Explicado, Cristianismo Exhalado, Cristianismo Exhumado, ya te haces una idea. 7 pasos para esto, aquello o lo otro (hay un montón de ellos). Y, sin embargo, no parece que mejoremos especialmente en estas cosas. Sigo escuchando las mismas razones y argumentos para que la gente no haga estas cosas que he escuchado durante los últimos 30 años de ser cristiano. La cuestión no puede ser simplemente el acceso a los cursos.</p> <p align="justify">Es notable que la iglesia primitiva no tenía acceso a este tipo de cursos y se enfrentaba a razones mucho más fuertes (y más comprensibles) para no seguir adelante. Sin embargo, se las arreglaron para hacerlo y la iglesia explotó como resultado. En mi propia iglesia, algunos de los mejores evangelistas no han tenido una verdadera formación en evangelismo y no se han molestado en hacer ningún curso. Parecen contentos de hablar con la gente sobre el Jesús que conocen y aman. De hecho, la mayoría de los miembros de nuestra iglesia están involucrados en algún tipo de evangelización y casi nunca organizamos cursos especiales para formarlos. En lugar de eso, simplemente nos ponemos a trabajar y llevamos a la gente con nosotros mientras lo hacemos y luego les decimos que vayan y hagan lo mismo.</p> <p align="justify">Una vez le dije esto a alguien y se sugirió que, tal vez, esto es el resultado de que soy una especie de líder excepcional. Creo que cualquiera que me conozca encontraría eso tan poco convincente como cualquier respuesta que usted quiera dar. Otros han sugerido que tal vez sólo tengo una iglesia excepcionalmente dotada de evangelistas de la SAS. Pero la mitad de mi iglesia opera en inglés como segunda lengua y son cristianos desde hace 5 minutos, y ni siquiera llevan tanto tiempo en nuestro país. Ninguno de ellos sería la primera elección del draft en tu equipo de "evangelismo de fantasía" sobre el papel. Sin embargo, aquí están involucrándose en la evangelización, compartiendo el evangelio, trayendo gente a la iglesia y hablando con ellos sobre Cristo. Los que operan en inglés parecen dispuestos a seguir adelante sin necesidad de hacer muchos cursos antes de intentarlo. La mayoría de ellos se han dado cuenta de que conocen el evangelio y pueden compartirlo con otra persona con la suficiente facilidad si lo conocen, cosa que hacen porque son miembros de la iglesia después de habérselo contado para entrar en ella.</p> <p align="justify">Dejando de lado mi iglesia, muchos países no tienen el mismo acceso a cursos que nosotros en sus propios idiomas. Y, sin embargo, sus iglesias parecen poder seguir adelante y hacer evangelismo y discipulado. El Señor no parece necesitar estos cursos para que el evangelio salga en esos países y, aparentemente, tampoco los creyentes. ¿Quizás el problema no sea realmente el acceso a los cursos?</p> <p align="justify">De hecho, ya lo he dicho antes, creo que la plétora de cursos aumenta la sensación de que no podemos hacerlo. Su misma existencia sugiere que hay alguna clave para todo esto más allá de abrir la boca y hablar de Jesús. Hay un entrenamiento especial que requerimos antes de poder compartir el evangelio. Hay alguna visión mágica que debemos tener antes de poder sentarnos con una Biblia abierta y leerla con alguien. Los cursos aumentan el aire de misterio, lo que incrementa el miedo, que a su vez hace que seamos menos propensos a ponernos en marcha y hacerlo.</p> <p align="justify">Me pregunto si nos ayudaría simplificar todo el asunto. Olvídate de los cursos. Simplemente ve y pregunta a alguien si puedes hablarle de Jesús. Pregúntale a alguien si está dispuesto a leer la Biblia contigo. Cuéntale a la gente lo que hiciste el fin de semana y lo que oíste en la iglesia cuando te pregunten: '¿qué hiciste el fin de semana? Cuéntale a la gente el evangelio en el que crees y que dices que ha cambiado tu vida. Inténtalo, y apuesto a que si lo hiciéramos, todos llegaríamos mucho más lejos.</p>Evangeliohttp://www.blogger.com/profile/09909536166608610458noreply@blogger.com0